/ viernes 23 de agosto de 2019

No tienen llene los que vendieron sus favores a Morena

El pleito entre Ricardo Monreal y Martín Batres exhibe el real y verdadero interior de Morena, en donde la lucha por las más importantes posiciones dentro de la administración pública en los tres niveles de gobierno no solamente es cruda, sino despiadada y en este caso que se trata, de la presidencia del Senado, se da sin dar o pedir cuartel y, sin duda esta misma lucha se dará en todos los niveles a partir de los cambios políticos en Morena, con sus comités directivos municipales, estatales y el nacional que preside Yeidckol Polevnsky.

Fuera de la doctrina partidista de Morena que, hasta el momento no se ve muy definida, más que la lucha por el poder y la cantaleta permanente del presidente contra la corrupción, donde tampoco se ve nada claro de lo mucho que hay y no se compensa con la endeble detención de Rosario Robles, que más pudiera ser lío de amores.

En el caso del crudo pleito en el Senado por la presidencia, indudablemente que Martín Batres, pudiera tener la mejor posición, es un hombre más comprometido en la ahora presunta izquierda mexicana que el ex gobernador de Zacatecas, quien ha conseguido todas sus puestos desde diferentes concepciones políticas, es decir ha recorrido casi todos los partidos políticos existentes, incluido el PRI, pero tiene tiempo hablándole al oído al ahora presidente López Obrador.

Pero como quiera que sea Monreal tiene tiempo de habérsele metido al presidente y no es de dudarse que, si tiene que darse, la definición final de la presidencia en el Senado, como siempre se ha hecho, el beneficiado será Monreal con la designación de su discípula, la senadora Mónica Fernández Balboa, que la verdad no se le ve nada en sus pocas apariciones en los medios de comunicación, como presidenta en sustitución de Martín Batres, aunque este último para nada es una perita en dulce, incluso el mismo miércoles capitalizó una alianza con Porfirio Muñoz Ledo, por lo que, aún se escribirá mucho sobre este asunto y de los que seguramente se vendrán en cascada en todos los niveles y que no tardan ya que están en puerta los cambios hacia los comités políticos de Morena en las entidades.

Es muy probable pues, de que el mundo se le venga encima a Morena aún antes de que se tengan que elegir sus candidatos del 2021, en los que, por ejemplo en Chihuahua, se elegirán todas las posiciones del sector público con la excepción del presidente de la república y los senadores, de ahí para todos los demás estará durísima la rebatinga y no se dude que pueda ser el inicio del fin de Morena, si no se ponen listos los verdaderos seguidores de López Obrador y no de las posiciones y las chambas.

Y ya los cambios de los comités directivos estatales están en puerta y por ejemplo, son muchos, casi todos se pudiera decir, de los que arribaron a Morena en las elecciones pasadas, principalmente los más grillos del PRI, que ya quieren su paga y buscarán incluso puestos de dirección por lo que seguramente se darán enfrentamientos en los que el pleito ahora de Batres y Ricardo Monreal, es pleito de comadres.

Y este será el preámbulo para cuando se inicien los movimientos para designar a los candidatos de la elección del 2021, entonces sí estará en juego la supervivencia de Morena, cuando todos sus arrimadizos de la elección presidencial pasada exijan sus cuotas, aunque algunos más avezados ya lo hicieron consiguiendo posiciones desde ahora, que ya gozan de algunas canonjías hasta en el Congreso de la Unión, pero como se dice, no tienen llene y de eso viven al convertirse en profesionales de la política.


El pleito entre Ricardo Monreal y Martín Batres exhibe el real y verdadero interior de Morena, en donde la lucha por las más importantes posiciones dentro de la administración pública en los tres niveles de gobierno no solamente es cruda, sino despiadada y en este caso que se trata, de la presidencia del Senado, se da sin dar o pedir cuartel y, sin duda esta misma lucha se dará en todos los niveles a partir de los cambios políticos en Morena, con sus comités directivos municipales, estatales y el nacional que preside Yeidckol Polevnsky.

Fuera de la doctrina partidista de Morena que, hasta el momento no se ve muy definida, más que la lucha por el poder y la cantaleta permanente del presidente contra la corrupción, donde tampoco se ve nada claro de lo mucho que hay y no se compensa con la endeble detención de Rosario Robles, que más pudiera ser lío de amores.

En el caso del crudo pleito en el Senado por la presidencia, indudablemente que Martín Batres, pudiera tener la mejor posición, es un hombre más comprometido en la ahora presunta izquierda mexicana que el ex gobernador de Zacatecas, quien ha conseguido todas sus puestos desde diferentes concepciones políticas, es decir ha recorrido casi todos los partidos políticos existentes, incluido el PRI, pero tiene tiempo hablándole al oído al ahora presidente López Obrador.

Pero como quiera que sea Monreal tiene tiempo de habérsele metido al presidente y no es de dudarse que, si tiene que darse, la definición final de la presidencia en el Senado, como siempre se ha hecho, el beneficiado será Monreal con la designación de su discípula, la senadora Mónica Fernández Balboa, que la verdad no se le ve nada en sus pocas apariciones en los medios de comunicación, como presidenta en sustitución de Martín Batres, aunque este último para nada es una perita en dulce, incluso el mismo miércoles capitalizó una alianza con Porfirio Muñoz Ledo, por lo que, aún se escribirá mucho sobre este asunto y de los que seguramente se vendrán en cascada en todos los niveles y que no tardan ya que están en puerta los cambios hacia los comités políticos de Morena en las entidades.

Es muy probable pues, de que el mundo se le venga encima a Morena aún antes de que se tengan que elegir sus candidatos del 2021, en los que, por ejemplo en Chihuahua, se elegirán todas las posiciones del sector público con la excepción del presidente de la república y los senadores, de ahí para todos los demás estará durísima la rebatinga y no se dude que pueda ser el inicio del fin de Morena, si no se ponen listos los verdaderos seguidores de López Obrador y no de las posiciones y las chambas.

Y ya los cambios de los comités directivos estatales están en puerta y por ejemplo, son muchos, casi todos se pudiera decir, de los que arribaron a Morena en las elecciones pasadas, principalmente los más grillos del PRI, que ya quieren su paga y buscarán incluso puestos de dirección por lo que seguramente se darán enfrentamientos en los que el pleito ahora de Batres y Ricardo Monreal, es pleito de comadres.

Y este será el preámbulo para cuando se inicien los movimientos para designar a los candidatos de la elección del 2021, entonces sí estará en juego la supervivencia de Morena, cuando todos sus arrimadizos de la elección presidencial pasada exijan sus cuotas, aunque algunos más avezados ya lo hicieron consiguiendo posiciones desde ahora, que ya gozan de algunas canonjías hasta en el Congreso de la Unión, pero como se dice, no tienen llene y de eso viven al convertirse en profesionales de la política.