/ viernes 27 de agosto de 2021

Oasis

Por: Mario Ramírez

Los aficionados al futbol somos seres peculiares e incómodos para aquellos que no entienden nuestra pasión, somos tachados de ridículos, exagerados y hasta primitivos, pudiera ser que tengan razón en algunos casos o pudiera ser que no, la verdad es que al final de cuentas todo eso nos da igual a los pamboleros, pues cuando tienes tanta pasión dentro de ti, eres intocable. Entendemos la envidia de quienes odian este o cualquier otro deporte, debe ser muy frustrante contemplar tanta felicidad y no tener acceso a ella simplemente por no poder comprenderla.

Claro que esto puede pasar con la afición a cualquier deporte, pero el futbol por ser el más amado es también el más odiado y por eso el hate contra este resalta más, mucho más. Y no se preocupen, haters, no les pediremos que nos entiendan porque aunque lo intentaran, no lo lograrían, no hablan nuestro idioma y nunca lo harán.

Es difícil no ser romántico con el fútbol, la relación más larga de muchos de nosotros es con nuestro equipo favorito, nuestros momentos de mejor desahogo es mientras jugamos en las ligas amateurs, nuestros momentos de mayor relajación es al ver a nuestro equipo jugar, y nuestros momentos de mayor felicidad es al verlos ganar. Terapia 100% natural contra el estrés y la tristeza en este juego llamado vida, con resultados totalmente garantizados aunque sea por unos instantes. La recomendamos.

El futbol (y cualquier deporte) tiene una capacidad indescriptible de hacer olvidar lo que sea que esté yendo mal en la vida de su aficionado, absolutamente todo queda olvidado durante mínimo 90 minutos, los problemas desaparecen y el estrés abandona el cuerpo, el hincha entra en un estado de trance en el cual reina la paz incluso si tu equipo se ve superado, pues la lealtad es la lección más importante que te enseña el deporte más querido y odiado del mundo, y el estar al lado del ente que te ha hecho tan feliz, es suficiente para entrar dicho estado de paz total. Es increíble cómo la industria del deporte tiene haters alrededor del mundo con tanto bien que predica.

Así que la próxima vez que veas a un ser querido viendo un partido, o la siguiente ocasión que veas a un extraño con un jersey, admíralo, y si puedes, apréndele. Esa persona tiene la capacidad de hacer que su mundo sea completamente perfecto durante varias horas a la semana, esa persona deja de estar enferma mientras ese cronómetro siga corriendo, esa persona deja de estar deprimida mientras ese balón siga rodando ¿A quién no le gustaría tener ese súperpoder?

No es que no tengamos ordenadas nuestras prioridades, es que ese día y a esa hora nos elegimos a nosotros mismos por sobre todo lo demás. No es informalidad ante códigos sociales, es formalidad hacia lo que a nosotros nos hace felices. No es un deporte, es un estilo de vida. No es un partido, es un oasis en medio del caos. Y si vamos a tener una adicción, que bueno que esa sea… el futbol.


Mario Ramírez

@LaFutboliza

@MarioRamirec

Por: Mario Ramírez

Los aficionados al futbol somos seres peculiares e incómodos para aquellos que no entienden nuestra pasión, somos tachados de ridículos, exagerados y hasta primitivos, pudiera ser que tengan razón en algunos casos o pudiera ser que no, la verdad es que al final de cuentas todo eso nos da igual a los pamboleros, pues cuando tienes tanta pasión dentro de ti, eres intocable. Entendemos la envidia de quienes odian este o cualquier otro deporte, debe ser muy frustrante contemplar tanta felicidad y no tener acceso a ella simplemente por no poder comprenderla.

Claro que esto puede pasar con la afición a cualquier deporte, pero el futbol por ser el más amado es también el más odiado y por eso el hate contra este resalta más, mucho más. Y no se preocupen, haters, no les pediremos que nos entiendan porque aunque lo intentaran, no lo lograrían, no hablan nuestro idioma y nunca lo harán.

Es difícil no ser romántico con el fútbol, la relación más larga de muchos de nosotros es con nuestro equipo favorito, nuestros momentos de mejor desahogo es mientras jugamos en las ligas amateurs, nuestros momentos de mayor relajación es al ver a nuestro equipo jugar, y nuestros momentos de mayor felicidad es al verlos ganar. Terapia 100% natural contra el estrés y la tristeza en este juego llamado vida, con resultados totalmente garantizados aunque sea por unos instantes. La recomendamos.

El futbol (y cualquier deporte) tiene una capacidad indescriptible de hacer olvidar lo que sea que esté yendo mal en la vida de su aficionado, absolutamente todo queda olvidado durante mínimo 90 minutos, los problemas desaparecen y el estrés abandona el cuerpo, el hincha entra en un estado de trance en el cual reina la paz incluso si tu equipo se ve superado, pues la lealtad es la lección más importante que te enseña el deporte más querido y odiado del mundo, y el estar al lado del ente que te ha hecho tan feliz, es suficiente para entrar dicho estado de paz total. Es increíble cómo la industria del deporte tiene haters alrededor del mundo con tanto bien que predica.

Así que la próxima vez que veas a un ser querido viendo un partido, o la siguiente ocasión que veas a un extraño con un jersey, admíralo, y si puedes, apréndele. Esa persona tiene la capacidad de hacer que su mundo sea completamente perfecto durante varias horas a la semana, esa persona deja de estar enferma mientras ese cronómetro siga corriendo, esa persona deja de estar deprimida mientras ese balón siga rodando ¿A quién no le gustaría tener ese súperpoder?

No es que no tengamos ordenadas nuestras prioridades, es que ese día y a esa hora nos elegimos a nosotros mismos por sobre todo lo demás. No es informalidad ante códigos sociales, es formalidad hacia lo que a nosotros nos hace felices. No es un deporte, es un estilo de vida. No es un partido, es un oasis en medio del caos. Y si vamos a tener una adicción, que bueno que esa sea… el futbol.


Mario Ramírez

@LaFutboliza

@MarioRamirec