/ miércoles 31 de octubre de 2018

Oclocracia

También llamada gobierno de la muchedumbre. Se dice que es una de las formas de degeneración de la democracia. El término se atribuye a Polibio, historiador griego. Mientras que la democracia es el gobierno del pueblo que con la voluntad general legitima al poder estatal, la oclocracia es el gobierno de la muchedumbre, masa o gentío que a la hora de abordar asuntos políticos presenta una voluntad viciada, confusa, irracional. Por lo que carece de capacidad de autogobierno y por ende no conserva los requisitos necesarios para ser considerada como “pueblo”.

Bueno. Pues esto viene por supuesto en relación a la famosa consulta pública del NAIM. Ganó el proyecto de Santa Lucía. Qué casualidad. El proyecto de AMLO. Aunque él, como Poncio Pilatos, se lavó las manos y hasta hizo la payasada pública de anular su voto. El pueblo decidió. Seguro. Ni él se lo cree. Ni el millón de mexicanos que votaron por esa sucia y amañada consulta pública que estaba más arreglada que una pelea de box de Kahwagi.

Pero cuidado, el peligro para México no está lejos. Ya propuso una reforma constitucional para que todos los temas de interés importantes para el país sean sometidos a consulta pública. Espero me equivoque, pero si “Don Loco” sigue por las mismas, qué le costará someter al rato cuestiones como la reelección del presidente. Llámele como quiera, pero en Venezuela le dicen referendo. En otros lugares tendrá otro nombre. Al fin que “cabecita de algodón” se lavará las manos, pues “el pueblo” decidió. Si las cosas salen mal, fue el pueblo. Él no.

Pero puede ser el primer paso para que haga de este país lo que se le venga en gana. Y eso que todavía no llega al poder.

Qué será cuando arribe a la silla.

Dios nos agarre confesados.

Como dijo mi abuela:

“Ahi ’tá la ancheta”.


También llamada gobierno de la muchedumbre. Se dice que es una de las formas de degeneración de la democracia. El término se atribuye a Polibio, historiador griego. Mientras que la democracia es el gobierno del pueblo que con la voluntad general legitima al poder estatal, la oclocracia es el gobierno de la muchedumbre, masa o gentío que a la hora de abordar asuntos políticos presenta una voluntad viciada, confusa, irracional. Por lo que carece de capacidad de autogobierno y por ende no conserva los requisitos necesarios para ser considerada como “pueblo”.

Bueno. Pues esto viene por supuesto en relación a la famosa consulta pública del NAIM. Ganó el proyecto de Santa Lucía. Qué casualidad. El proyecto de AMLO. Aunque él, como Poncio Pilatos, se lavó las manos y hasta hizo la payasada pública de anular su voto. El pueblo decidió. Seguro. Ni él se lo cree. Ni el millón de mexicanos que votaron por esa sucia y amañada consulta pública que estaba más arreglada que una pelea de box de Kahwagi.

Pero cuidado, el peligro para México no está lejos. Ya propuso una reforma constitucional para que todos los temas de interés importantes para el país sean sometidos a consulta pública. Espero me equivoque, pero si “Don Loco” sigue por las mismas, qué le costará someter al rato cuestiones como la reelección del presidente. Llámele como quiera, pero en Venezuela le dicen referendo. En otros lugares tendrá otro nombre. Al fin que “cabecita de algodón” se lavará las manos, pues “el pueblo” decidió. Si las cosas salen mal, fue el pueblo. Él no.

Pero puede ser el primer paso para que haga de este país lo que se le venga en gana. Y eso que todavía no llega al poder.

Qué será cuando arribe a la silla.

Dios nos agarre confesados.

Como dijo mi abuela:

“Ahi ’tá la ancheta”.