/ miércoles 23 de octubre de 2019

Operativo fallido


El aplicar el Estado de derecho nunca podrá estar por encima de salvaguardar la vida de los ciudadanos.


Sin duda el tema de la semana refiere a lo sucedido en la capital sinaloense el pasado jueves, donde en un operativo fallido, no se logró complementar la captura del hijo del Chapo Guzmán causando un revuelo con grandes ingredientes para quienes desesperadamente buscan pretextos para descalificar al gobierno de López Obrador y el proyecto de Cuarta Transformación, ante las amenazas y muestra de poderío del grupo que controla desde hace muchos años la zona occidente del país.


Recordemos que no es la primera vez que en nuestro país suceden hechos similares, pero sí es la primera vez que se asume con toda rectitud la responsabilidad de salvaguardar la vida de los ciudadanos por sobre el Estado de derecho, lo cual pudiera ser cuestionable para quienes consideran que la vida de los miembros de las fuerzas armadas, de sus familias y de ciudadanos inocentes tiene menos valor que aprehender a un capo que goza de los privilegios que da el dinero y el poder.


Es tiempo de que como sociedad tengamos claro que necesitamos un cambio de switch mental ante la visión que las series televisivas, las acciones de apoyo social de los delincuentes construyendo aulas para escuelas, dando trabajo, repartiendo dinero y efectuando acciones de “justicia” se ganan el respeto y apoyo social a pesar del origen de los recursos con los cuales ejecutan esas acciones.


El operativo para la captura del hijo del Chapo falló, eso nos queda absolutamente claro, elementos que pudiéramos pensar que se originan porque la corrupción aún permea en muchos sectores al ver la rapidez con que se organizaron los delincuentes, sicarios con armas de alto poder, equipos de comunicación, camionetas y autos blindados para impedir la captura de Ovidio Guzmán, así como la tardanza en obtener la documentación respectiva, para la ejecución judicial son evidencia de ello.


Muchas horas de tensión vivieron los sinaloenses capitalinos ante la presencia de convoyes de vehículos con gente fuertemente armada disparando, haciendo retenes, incendiando vehículos y amenazando a la población con el riesgo de que cumplieran sus amenazas.


Independientemente de todo y a pesar del costo político que representa, la decisión de retirarse fue la más acertada ante la amenaza de comenzar a disparar no sólo a los militares, sino a sus familias y población civil, lo que evitó que se desatara una masacre que hoy estaríamos lamentando. No es una guerra contra el narco, es un intento por aplicar la ley salvaguardando la vida como el elemento más importante que tenemos.


Correo: vicmedina@hotmail.com


El aplicar el Estado de derecho nunca podrá estar por encima de salvaguardar la vida de los ciudadanos.


Sin duda el tema de la semana refiere a lo sucedido en la capital sinaloense el pasado jueves, donde en un operativo fallido, no se logró complementar la captura del hijo del Chapo Guzmán causando un revuelo con grandes ingredientes para quienes desesperadamente buscan pretextos para descalificar al gobierno de López Obrador y el proyecto de Cuarta Transformación, ante las amenazas y muestra de poderío del grupo que controla desde hace muchos años la zona occidente del país.


Recordemos que no es la primera vez que en nuestro país suceden hechos similares, pero sí es la primera vez que se asume con toda rectitud la responsabilidad de salvaguardar la vida de los ciudadanos por sobre el Estado de derecho, lo cual pudiera ser cuestionable para quienes consideran que la vida de los miembros de las fuerzas armadas, de sus familias y de ciudadanos inocentes tiene menos valor que aprehender a un capo que goza de los privilegios que da el dinero y el poder.


Es tiempo de que como sociedad tengamos claro que necesitamos un cambio de switch mental ante la visión que las series televisivas, las acciones de apoyo social de los delincuentes construyendo aulas para escuelas, dando trabajo, repartiendo dinero y efectuando acciones de “justicia” se ganan el respeto y apoyo social a pesar del origen de los recursos con los cuales ejecutan esas acciones.


El operativo para la captura del hijo del Chapo falló, eso nos queda absolutamente claro, elementos que pudiéramos pensar que se originan porque la corrupción aún permea en muchos sectores al ver la rapidez con que se organizaron los delincuentes, sicarios con armas de alto poder, equipos de comunicación, camionetas y autos blindados para impedir la captura de Ovidio Guzmán, así como la tardanza en obtener la documentación respectiva, para la ejecución judicial son evidencia de ello.


Muchas horas de tensión vivieron los sinaloenses capitalinos ante la presencia de convoyes de vehículos con gente fuertemente armada disparando, haciendo retenes, incendiando vehículos y amenazando a la población con el riesgo de que cumplieran sus amenazas.


Independientemente de todo y a pesar del costo político que representa, la decisión de retirarse fue la más acertada ante la amenaza de comenzar a disparar no sólo a los militares, sino a sus familias y población civil, lo que evitó que se desatara una masacre que hoy estaríamos lamentando. No es una guerra contra el narco, es un intento por aplicar la ley salvaguardando la vida como el elemento más importante que tenemos.


Correo: vicmedina@hotmail.com