/ jueves 19 de noviembre de 2020

Otro confinamiento, ¿es posible?

De acuerdo con Salomón Chertorivsky, especialista que encabeza al Consejo Consultivo Ciudadano Nacional de MC “Pensando en México”, debido a que en México nunca se han dejado de dar contagios del Covid-19, pese a que aquí como en otros países se han dado reducciones en el número de infectados, por falta de pruebas y medidas de seguimiento a los focos del padecimiento, muy posiblemente la enfermedad continuará con nosotros durante varios meses más –tal vez años- y sus efectos no sólo afectarán al sistema sanitario, sino que profundizará la depresión económica.

La pérdida de impuestos, de parte del gobierno, y de ingresos de las familias, hará cada vez más difícil que la comunidad pueda absorber las pérdidas ocasionadas por el confinamiento social y económico ante los periódicos brotes de esta pandemia. Ciertamente, si el aislamiento social o política de confinamiento se convirtió en el antídoto por excelencia para evitar el contagio y la consiguiente propagación del coronavirus en todo el mundo, para México parece que esta estrategia ha sido superada por la falta de medidas científicamente eficaces para cortar la agresividad del virus.

La consigna “Quédate en Casa” ha sido causante, directa o indirectamente, de que al primer día de septiembre, 79.6% de las personas que han fallecido en México víctimas del contagio con SARS-Cov-2 (51,924), no tuvieran atención médica. Tampoco tener camas libres ha sido una política exitosa para salvar vidas, porque sin pruebas (serológica o PCR) la comorbilidad ha aumentado al tener reunidas a personas, vulnerables o no, con un simple resfriado u otras enfermedades, junto a aquellas que efectivamente están infectadas con este mal, pero ignoran que lo están contagiando.

El resultado de lo anterior es, de acuerdo con Francisco Moreno, médico internista e infectólogo del Centro Médico ABC, que un tercio de los pacientes que sí llegan a tener atención médica en los hospitales mueran. Y bueno, la epidemia no parece acabar. No es tarde para que el gobierno federal dé una respuesta nacional, coherente, temprana, coordinada y proporcional al desafío en alianza con los gobiernos estatales: pruebas masivas para la localización y seguimiento de todos los casos posibles y crear ejércitos de rastreadores para canalizar al sistema médico a quienes dieron positivo.

Ejemplos: Canadá incluyó en su plan de 60,000 a 120,000 pruebas diarias para tener una reapertura, similar a lo que hicieron China, Colombia y Corea del Sur. Alemania aumentó la capacidad de las salas de cuidado intensivo, medicina clínica y especialistas. Este país puede hacer hasta un millón de pruebas diagnósticas por día (pronto 5 millones de pruebas serológicas al mes). Se ofrecieron a los hospitales incentivos fiscales para habilitar camas y, Corea del Sur, incapacidad laboral pagada a infectados. La clave ya no es confinar, sino exagerar las medidas preventivas, dice el Dr. Moreno.

Aparte del cubrebocas, pensemos en las campañas de vacunación contra la influenza estacional que complica la atención del Covid-19. En México, enfrentamos escasez de estas vacunas y usted puede comprobarlo en cualquier hospital del sector salud de la localidad. Aún tenemos un largo camino por recorrer. agusperezr@hotmail.com


De acuerdo con Salomón Chertorivsky, especialista que encabeza al Consejo Consultivo Ciudadano Nacional de MC “Pensando en México”, debido a que en México nunca se han dejado de dar contagios del Covid-19, pese a que aquí como en otros países se han dado reducciones en el número de infectados, por falta de pruebas y medidas de seguimiento a los focos del padecimiento, muy posiblemente la enfermedad continuará con nosotros durante varios meses más –tal vez años- y sus efectos no sólo afectarán al sistema sanitario, sino que profundizará la depresión económica.

La pérdida de impuestos, de parte del gobierno, y de ingresos de las familias, hará cada vez más difícil que la comunidad pueda absorber las pérdidas ocasionadas por el confinamiento social y económico ante los periódicos brotes de esta pandemia. Ciertamente, si el aislamiento social o política de confinamiento se convirtió en el antídoto por excelencia para evitar el contagio y la consiguiente propagación del coronavirus en todo el mundo, para México parece que esta estrategia ha sido superada por la falta de medidas científicamente eficaces para cortar la agresividad del virus.

La consigna “Quédate en Casa” ha sido causante, directa o indirectamente, de que al primer día de septiembre, 79.6% de las personas que han fallecido en México víctimas del contagio con SARS-Cov-2 (51,924), no tuvieran atención médica. Tampoco tener camas libres ha sido una política exitosa para salvar vidas, porque sin pruebas (serológica o PCR) la comorbilidad ha aumentado al tener reunidas a personas, vulnerables o no, con un simple resfriado u otras enfermedades, junto a aquellas que efectivamente están infectadas con este mal, pero ignoran que lo están contagiando.

El resultado de lo anterior es, de acuerdo con Francisco Moreno, médico internista e infectólogo del Centro Médico ABC, que un tercio de los pacientes que sí llegan a tener atención médica en los hospitales mueran. Y bueno, la epidemia no parece acabar. No es tarde para que el gobierno federal dé una respuesta nacional, coherente, temprana, coordinada y proporcional al desafío en alianza con los gobiernos estatales: pruebas masivas para la localización y seguimiento de todos los casos posibles y crear ejércitos de rastreadores para canalizar al sistema médico a quienes dieron positivo.

Ejemplos: Canadá incluyó en su plan de 60,000 a 120,000 pruebas diarias para tener una reapertura, similar a lo que hicieron China, Colombia y Corea del Sur. Alemania aumentó la capacidad de las salas de cuidado intensivo, medicina clínica y especialistas. Este país puede hacer hasta un millón de pruebas diagnósticas por día (pronto 5 millones de pruebas serológicas al mes). Se ofrecieron a los hospitales incentivos fiscales para habilitar camas y, Corea del Sur, incapacidad laboral pagada a infectados. La clave ya no es confinar, sino exagerar las medidas preventivas, dice el Dr. Moreno.

Aparte del cubrebocas, pensemos en las campañas de vacunación contra la influenza estacional que complica la atención del Covid-19. En México, enfrentamos escasez de estas vacunas y usted puede comprobarlo en cualquier hospital del sector salud de la localidad. Aún tenemos un largo camino por recorrer. agusperezr@hotmail.com