/ jueves 19 de marzo de 2020

Pandemia del Covid-19: la paranoia y las medidas oficiales

La OMS, algo tardíamente, decretó a la epidemia del Covid-19 como pandemia al cambiar el epicentro de su contagio fuera de China a países europeos como Italia y España.

En México, para variar, apenas se inició la transición lenta a la fase dos que consiste en la transmisión comunitaria, la cual aún no es necesaria de acuerdo a las autoridades sanitarias encabezadas por el médico Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud.

Optimista pero más prudente que su jefe López Obrador, el cual continúa con sus giras de abrazos y besos, López-Gatell anunció junto con el secretario de la SEP la cancelación de clases en todo el país a partir del 20 de marzo.

Antes ya se habían tomado algunas medidas para cancelar eventos masivos sobre todo en la Ciudad de México, aunque se llevó a cabo el Festival Latino con una asistencia de 40 mil personas. Tal acto fue tomado como prueba de muestra por la SSA pues se les hizo la prueba de temperatura a 20 mil personas y solo se detectó a un sospechoso de estar contagiado.

Las medidas que está tomando la Secretaría de Saludo son las de “sana distancia” ya que solo se han comprobado 41 casos de portadores del Covid-19, aunque se habla de más contagiados en hospitales privados como nueve en el ABC de las Ciudad de México.

Sin embargo, no dejan de surgir las dudas ante esta óptima situación mexicana comparada con la del vecino país con un estado de emergencia decretado por el presidente Trump con más de 40 fallecimientos y cientos si no es que miles de contagiados.

La diferencia puede estar en que en nuestro país escasean las pruebas para diagnosticar el coronavirus pues como ejemplo el estado de Chihuahua solo cuenta con 40 pruebas cuyo costo por unidad es de 7 mil pesos.

En caso de entrar a la fase tres que consiste en brotes regionales con dispersión nacional, ¿tendrá el sistema de salud las suficientes pruebas para detectar los casos de contagios y poder aislarlos oportunamente?

Es comprensible que las autoridades de los distintos niveles actúen tratando de presentar un escenario mejor que el de otros países para contrarrestar la paranoia mundial, pero sería más convincente que demostraran con hechos que en realidad México si está preparado para afrontar la peor pandemia de este siglo.

Por lo pronto el Covid-19 en una semana derrumbó las bolsas de valores del mundo en un diez por ciento y se conforma un escenario negativo para las economías, las cuales entrarán en recesión en este año. Al igual que las personas más débiles serán las más afectadas por el coronavirus, también las economías menos fuertes como la nuestra serán las que sufrirán más las peores consecuencias.

La tormenta perfecta parece seguir conformándose para que no solo haya otra vez crecimiento económico sino también para que se agraven los problemas económicos y sociales.

En tiempos de crisis sería pertinente aplicar el sentido que le dan los chinos como de oportunidad para modificar las erróneas políticas aplicadas por el gobierno federal y fortalecer el sector hasta ahora menos favorecido y más necesario, el de salud.

Son tiempos de prueba no solo del coronavirus sino también de la calidad que tenemos como ciudadanos, lo cual se demostrará con las acciones que emprendamos para enfrentar al Covid-19 y no nos dejemos guiar por el pánico contagioso irracional difundido en las redes sociales.

La OMS, algo tardíamente, decretó a la epidemia del Covid-19 como pandemia al cambiar el epicentro de su contagio fuera de China a países europeos como Italia y España.

En México, para variar, apenas se inició la transición lenta a la fase dos que consiste en la transmisión comunitaria, la cual aún no es necesaria de acuerdo a las autoridades sanitarias encabezadas por el médico Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud.

Optimista pero más prudente que su jefe López Obrador, el cual continúa con sus giras de abrazos y besos, López-Gatell anunció junto con el secretario de la SEP la cancelación de clases en todo el país a partir del 20 de marzo.

Antes ya se habían tomado algunas medidas para cancelar eventos masivos sobre todo en la Ciudad de México, aunque se llevó a cabo el Festival Latino con una asistencia de 40 mil personas. Tal acto fue tomado como prueba de muestra por la SSA pues se les hizo la prueba de temperatura a 20 mil personas y solo se detectó a un sospechoso de estar contagiado.

Las medidas que está tomando la Secretaría de Saludo son las de “sana distancia” ya que solo se han comprobado 41 casos de portadores del Covid-19, aunque se habla de más contagiados en hospitales privados como nueve en el ABC de las Ciudad de México.

Sin embargo, no dejan de surgir las dudas ante esta óptima situación mexicana comparada con la del vecino país con un estado de emergencia decretado por el presidente Trump con más de 40 fallecimientos y cientos si no es que miles de contagiados.

La diferencia puede estar en que en nuestro país escasean las pruebas para diagnosticar el coronavirus pues como ejemplo el estado de Chihuahua solo cuenta con 40 pruebas cuyo costo por unidad es de 7 mil pesos.

En caso de entrar a la fase tres que consiste en brotes regionales con dispersión nacional, ¿tendrá el sistema de salud las suficientes pruebas para detectar los casos de contagios y poder aislarlos oportunamente?

Es comprensible que las autoridades de los distintos niveles actúen tratando de presentar un escenario mejor que el de otros países para contrarrestar la paranoia mundial, pero sería más convincente que demostraran con hechos que en realidad México si está preparado para afrontar la peor pandemia de este siglo.

Por lo pronto el Covid-19 en una semana derrumbó las bolsas de valores del mundo en un diez por ciento y se conforma un escenario negativo para las economías, las cuales entrarán en recesión en este año. Al igual que las personas más débiles serán las más afectadas por el coronavirus, también las economías menos fuertes como la nuestra serán las que sufrirán más las peores consecuencias.

La tormenta perfecta parece seguir conformándose para que no solo haya otra vez crecimiento económico sino también para que se agraven los problemas económicos y sociales.

En tiempos de crisis sería pertinente aplicar el sentido que le dan los chinos como de oportunidad para modificar las erróneas políticas aplicadas por el gobierno federal y fortalecer el sector hasta ahora menos favorecido y más necesario, el de salud.

Son tiempos de prueba no solo del coronavirus sino también de la calidad que tenemos como ciudadanos, lo cual se demostrará con las acciones que emprendamos para enfrentar al Covid-19 y no nos dejemos guiar por el pánico contagioso irracional difundido en las redes sociales.