/ lunes 29 de marzo de 2021

¿Para cuándo el crecimiento?

Aún recordamos aquellas promesas de campaña de Andrés Manuel López Obrador, en donde afirmaba que, bajo su mandato, México tendría tasas de crecimiento económico de hasta el 6% anual, o por lo menos prometía un 4% cada año como promedio en su sexenio.

2019, su primer año de mandato, fue la primera vez en 10 años que México presentó una contracción en su economía: -0.10%. El resultado devastador de 2020 ya lo conocemos, -8.5% de crecimiento, la peor contracción de la economía desde 1932.

Si bien nuestro banco central, Banco de México, prevé una recuperación de 3.74% en 2021, el inicio de año no ha sido bueno, pues según informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la actividad económica cayó 5.4% en enero pasado respecto al mismo mes de 2020, debido principalmente a la caída de los sectores servicios e industrial. En la variación anual del mes de febrero de este año, se estima que la economía cayó 4%, con lo que suma ya 20 meses consecutivos con pérdida.

La agencia calificadora Moody’s mantuvo la perspectiva negativa para México, afirmando el miércoles pasado que nuestro país tardaría dos años en volver a estar en el mismo nivel económico que 2019 (año en el que ya de por sí la economía presentó contracción), mencionando incluso que esto podría representar riesgos de morosidad para los bancos comerciales: "En México, la actividad económica tardará más de dos años en alcanzar niveles prepandémicos, lo cual afectará a bancos y deudores", explicó la agencia de consultoría.

Por otra parte, Banxico tiene poco margen para reducir la tasa de referencia en aras de incentivar el consumo y por ende la producción y el empleo. El jueves pasado decidió no realizar cambios en dicho indicador, manteniéndolo en 4% anual, esto debido a que la inflación en la primera quincena de marzo se ubicó en 4.12% anual, saliendo del rango aceptable del banco central (del 2 al 4%), y representando la inflación más alta de los últimos 2 años, incluso algunos analistas prevén que siga avanzado y supere el 5% en abril de este año.

Por si todo lo anterior fuera poco, van ya dos años consecutivos con disminuciones en la inversión (tanto privada como pública), de hecho, según datos del Inegi, en 2020 la inversión total retrocedió 18.3% respecto al año anterior, la caída más pronunciada desde 1995. En 2019 ya se había observado una disminución de la inversión del 4.6%.

A estas alturas, ya no podemos esperar que el gobierno federal haga algo al respecto, como implementar apoyos a los empresarios, dar incentivos fiscales a las Pymes o implementar programas de reactivación para la industria. Somos nosotros los ciudadanos y los dueños de los negocios los que tendremos que encontrar las estrategias empresariales para sortear esta situación.


MF Luis Gómez, analista financiero


Aún recordamos aquellas promesas de campaña de Andrés Manuel López Obrador, en donde afirmaba que, bajo su mandato, México tendría tasas de crecimiento económico de hasta el 6% anual, o por lo menos prometía un 4% cada año como promedio en su sexenio.

2019, su primer año de mandato, fue la primera vez en 10 años que México presentó una contracción en su economía: -0.10%. El resultado devastador de 2020 ya lo conocemos, -8.5% de crecimiento, la peor contracción de la economía desde 1932.

Si bien nuestro banco central, Banco de México, prevé una recuperación de 3.74% en 2021, el inicio de año no ha sido bueno, pues según informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la actividad económica cayó 5.4% en enero pasado respecto al mismo mes de 2020, debido principalmente a la caída de los sectores servicios e industrial. En la variación anual del mes de febrero de este año, se estima que la economía cayó 4%, con lo que suma ya 20 meses consecutivos con pérdida.

La agencia calificadora Moody’s mantuvo la perspectiva negativa para México, afirmando el miércoles pasado que nuestro país tardaría dos años en volver a estar en el mismo nivel económico que 2019 (año en el que ya de por sí la economía presentó contracción), mencionando incluso que esto podría representar riesgos de morosidad para los bancos comerciales: "En México, la actividad económica tardará más de dos años en alcanzar niveles prepandémicos, lo cual afectará a bancos y deudores", explicó la agencia de consultoría.

Por otra parte, Banxico tiene poco margen para reducir la tasa de referencia en aras de incentivar el consumo y por ende la producción y el empleo. El jueves pasado decidió no realizar cambios en dicho indicador, manteniéndolo en 4% anual, esto debido a que la inflación en la primera quincena de marzo se ubicó en 4.12% anual, saliendo del rango aceptable del banco central (del 2 al 4%), y representando la inflación más alta de los últimos 2 años, incluso algunos analistas prevén que siga avanzado y supere el 5% en abril de este año.

Por si todo lo anterior fuera poco, van ya dos años consecutivos con disminuciones en la inversión (tanto privada como pública), de hecho, según datos del Inegi, en 2020 la inversión total retrocedió 18.3% respecto al año anterior, la caída más pronunciada desde 1995. En 2019 ya se había observado una disminución de la inversión del 4.6%.

A estas alturas, ya no podemos esperar que el gobierno federal haga algo al respecto, como implementar apoyos a los empresarios, dar incentivos fiscales a las Pymes o implementar programas de reactivación para la industria. Somos nosotros los ciudadanos y los dueños de los negocios los que tendremos que encontrar las estrategias empresariales para sortear esta situación.


MF Luis Gómez, analista financiero