/ martes 5 de enero de 2021

Para empezar el año, la recomendación de un libro

Iniciar un año es realizar ajuste de caja. Lo inédito del 2020 nos complica esta cuestión. Pareciera que, desde las primeras noticias venidas desde China, pasando por la crisis europea y el arribo del Covid a nuestras tierras hay un impasse que nos mantiene entre el miedo, la incertidumbre y en estos momentos con el desarrollo y paulatina llegada de las vacunas con esperanza. En suspenso se quedó el calendario. Nuestros planes pareciera que sin haberse derrumbado permanecen congelados. Estos son los tiempos de la pandemia. Una vez pasada la crisis, estoy seguro que podremos valorar muchas cosas que avanzamos y logramos resolver, porque tendremos la oportunidad de valorar objetivamente.

Viktor Frankl escribió un libro fundamental: “El hombre en busca de sentido”, versa sobre un panorama desolador: los campos de concentración, uno de los hechos más bestiales e injustificables en la historia de la humanidad. La tortura, las cámaras de gas, los juicios sumarios constituyen un panorama aterrador de lo que puede llegar a ser la adversidad.

Pero ante la pesadilla, siempre hay espíritus que tienen claridad y luz. El psicólogo alemán trazó a partir de la escritura, en una mezcla genial entre literatura y sicología las rutas para salir de la desazón.

Planteó un principio esencial “Cuando no somos capaces ya de cambiar una situación, nos enfrentamos al reto de cambiar nosotros mismos”. A partir de esto, mujeres y hombres asumimos lo que nos toca de responsabilidad. Esta tarea de metamorfosis personal tiene un amplio sentido colectivo. “La mejor forma de conseguir la realización personal es dedicarse a metas desinteresadas”. En ese sentido sólo la solidaridad con el prójimo nos dará la realización plena. Para Frankl el hecho de ponerse sentidos para vivir es la clave para sobreponerse a las penurias. Pero las metas no son las que los otros idearon o plantearon para nosotros, sino las que nacen del ser.

Mis colaboraciones de este año inician recomendando un libro. Siempre son grandes amigos y a partir de los grandes autores, podemos ver el mundo no desde nuestra estatura sino desde sus hombros.

El tema del Covid nos exige ya pensar en la reconstrucción y en la construcción de la nueva sociedad. No volveremos a la normalidad de antes. Crearemos la realidad con los claroscuros de nuestra circunstancia. De nosotros depende, en lo personal y colectivo, que aquello que edifiquemos sea más libertario, más equitativo y más libre. Con ese ánimo, amiga y amigo lector, le deseo toda la fuerza para superar los problemas, toda la inteligencia para aprender de los nuevos escenarios y toda la felicidad para disfrutar de la vida.

Iniciar un año es realizar ajuste de caja. Lo inédito del 2020 nos complica esta cuestión. Pareciera que, desde las primeras noticias venidas desde China, pasando por la crisis europea y el arribo del Covid a nuestras tierras hay un impasse que nos mantiene entre el miedo, la incertidumbre y en estos momentos con el desarrollo y paulatina llegada de las vacunas con esperanza. En suspenso se quedó el calendario. Nuestros planes pareciera que sin haberse derrumbado permanecen congelados. Estos son los tiempos de la pandemia. Una vez pasada la crisis, estoy seguro que podremos valorar muchas cosas que avanzamos y logramos resolver, porque tendremos la oportunidad de valorar objetivamente.

Viktor Frankl escribió un libro fundamental: “El hombre en busca de sentido”, versa sobre un panorama desolador: los campos de concentración, uno de los hechos más bestiales e injustificables en la historia de la humanidad. La tortura, las cámaras de gas, los juicios sumarios constituyen un panorama aterrador de lo que puede llegar a ser la adversidad.

Pero ante la pesadilla, siempre hay espíritus que tienen claridad y luz. El psicólogo alemán trazó a partir de la escritura, en una mezcla genial entre literatura y sicología las rutas para salir de la desazón.

Planteó un principio esencial “Cuando no somos capaces ya de cambiar una situación, nos enfrentamos al reto de cambiar nosotros mismos”. A partir de esto, mujeres y hombres asumimos lo que nos toca de responsabilidad. Esta tarea de metamorfosis personal tiene un amplio sentido colectivo. “La mejor forma de conseguir la realización personal es dedicarse a metas desinteresadas”. En ese sentido sólo la solidaridad con el prójimo nos dará la realización plena. Para Frankl el hecho de ponerse sentidos para vivir es la clave para sobreponerse a las penurias. Pero las metas no son las que los otros idearon o plantearon para nosotros, sino las que nacen del ser.

Mis colaboraciones de este año inician recomendando un libro. Siempre son grandes amigos y a partir de los grandes autores, podemos ver el mundo no desde nuestra estatura sino desde sus hombros.

El tema del Covid nos exige ya pensar en la reconstrucción y en la construcción de la nueva sociedad. No volveremos a la normalidad de antes. Crearemos la realidad con los claroscuros de nuestra circunstancia. De nosotros depende, en lo personal y colectivo, que aquello que edifiquemos sea más libertario, más equitativo y más libre. Con ese ánimo, amiga y amigo lector, le deseo toda la fuerza para superar los problemas, toda la inteligencia para aprender de los nuevos escenarios y toda la felicidad para disfrutar de la vida.