/ martes 2 de agosto de 2022

Participación ciudadana 

Por: Antonio Ríos Ramírez

El término significa acción y efecto de tomar parte en algo. En el caso del ciudadano pudiera ser la persona como como un miembro activo del estado. Así, se entiende como una expresión de la democracia y encargado de vigilar la realidad de este proceso. A lo largo de la historia la participación ciudadana se ha convertido, en su gran mayoría, en el simple hecho de un “voto”, reflejando a una sociedad pasiva, intermitente y fácilmente manipulable. Hoy en día, a pesar de que la participación ciudadana es mecanismo que ayuda a mejorar las administraciones públicas y su desempeño, esto significa la posibilidad de un control popular que puede impactar en la efectividad y eficiencia de las gestiones gubernamentales, sin embargo, este mecanismo es ejercido a un nivel muy bajo. Obviamente los tres niveles de gobierno, en su gran mayoría, tratan de no promover esta participación ciudadana, o de promoverla con “ciertas reglas” que puedan ser fácilmente controladas por las autoridades, limitando sus alcances, nombrando sus representantes, etc.

Además del derecho al voto, algunas entidades han abierto las posibilidades de plebiscito, referéndum, iniciativa ciudadana, consulta ciudadana, colaboración ciudadana, rendición de cuentas, difusión pública, red de contralorías ciudadanas, audiencia pública, recorridos del titular de la entidad y asamblea ciudadana, entre otros.

Dentro de las organizaciones de la sociedad civil existen algunas que en sus objetivos contienen el incrementar el fortalecimiento y participación de la sociedad civil en el desarrollo social, esto es, la participación ciudadana. Sin embargo se reduce, en la mayoría de los casos, a presentaciones y eventos junto con las autoridades. Hay un temor, miedo o costumbre de no incluir la rendición de cuentas o las solicitudes ciudadanas para uso de presupuestos y selección de necesidades en las comunidades. Prefieren “llevársela bien” con las autoridades, que verdaderamente ser un contrapeso positivo hacia una mejor sociedad. Y en lugar de ser una participación ciudadana, se convierte en entrar al juego de la simulación, de las porras, de los aplausos, los eventos, etc. Es necesario tomar más en serio y con madurez el concepto de “participación ciudadana” y por un lado exigir a nuestras organizaciones de la sociedad civil un cambio de rumbo en cuanto al ejercicio de este derecho ciudadano, más allá de lo que se hace actualmente.

Existen algunas organizaciones que son apoyadas por la iniciativa privada y que en sus principales objetivos está este fortalecimiento de las redes ciudadanas, sin embargo, se enfocan principalmente a apoyar ladrillos. Todavía no se entiende por qué, teniendo el presupuesto, el objetivo y la gran necesidad ciudadana, no le entran a este punto de la participación ciudadana, probablemente porque no saben cómo o porque también son parte del juego, del miedo o de la costumbre. A nivel individuo, también sucede el mismo patrón, no somos capaces de elevar nuestro nivel de ciudadanos y se los dejamos a aquellos que ni ven por la comunidad ni buscan una mejor sociedad, los llamamos partidos políticos. Debemos ser conscientes de que, para crecer como sociedad, necesitamos que cada uno de nosotros se preocupe y ocupe por participar activamente en el desempeño y rendición de cuentas de los diferentes niveles de gobierno. Necesitamos madurez ciudadana y así como participamos en clubes, sociedades, etc. seamos parte de un cambio de mentalidad y de actuación hacia la sociedad.

email: antonio.rios@tec.mx, miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua

Por: Antonio Ríos Ramírez

El término significa acción y efecto de tomar parte en algo. En el caso del ciudadano pudiera ser la persona como como un miembro activo del estado. Así, se entiende como una expresión de la democracia y encargado de vigilar la realidad de este proceso. A lo largo de la historia la participación ciudadana se ha convertido, en su gran mayoría, en el simple hecho de un “voto”, reflejando a una sociedad pasiva, intermitente y fácilmente manipulable. Hoy en día, a pesar de que la participación ciudadana es mecanismo que ayuda a mejorar las administraciones públicas y su desempeño, esto significa la posibilidad de un control popular que puede impactar en la efectividad y eficiencia de las gestiones gubernamentales, sin embargo, este mecanismo es ejercido a un nivel muy bajo. Obviamente los tres niveles de gobierno, en su gran mayoría, tratan de no promover esta participación ciudadana, o de promoverla con “ciertas reglas” que puedan ser fácilmente controladas por las autoridades, limitando sus alcances, nombrando sus representantes, etc.

Además del derecho al voto, algunas entidades han abierto las posibilidades de plebiscito, referéndum, iniciativa ciudadana, consulta ciudadana, colaboración ciudadana, rendición de cuentas, difusión pública, red de contralorías ciudadanas, audiencia pública, recorridos del titular de la entidad y asamblea ciudadana, entre otros.

Dentro de las organizaciones de la sociedad civil existen algunas que en sus objetivos contienen el incrementar el fortalecimiento y participación de la sociedad civil en el desarrollo social, esto es, la participación ciudadana. Sin embargo se reduce, en la mayoría de los casos, a presentaciones y eventos junto con las autoridades. Hay un temor, miedo o costumbre de no incluir la rendición de cuentas o las solicitudes ciudadanas para uso de presupuestos y selección de necesidades en las comunidades. Prefieren “llevársela bien” con las autoridades, que verdaderamente ser un contrapeso positivo hacia una mejor sociedad. Y en lugar de ser una participación ciudadana, se convierte en entrar al juego de la simulación, de las porras, de los aplausos, los eventos, etc. Es necesario tomar más en serio y con madurez el concepto de “participación ciudadana” y por un lado exigir a nuestras organizaciones de la sociedad civil un cambio de rumbo en cuanto al ejercicio de este derecho ciudadano, más allá de lo que se hace actualmente.

Existen algunas organizaciones que son apoyadas por la iniciativa privada y que en sus principales objetivos está este fortalecimiento de las redes ciudadanas, sin embargo, se enfocan principalmente a apoyar ladrillos. Todavía no se entiende por qué, teniendo el presupuesto, el objetivo y la gran necesidad ciudadana, no le entran a este punto de la participación ciudadana, probablemente porque no saben cómo o porque también son parte del juego, del miedo o de la costumbre. A nivel individuo, también sucede el mismo patrón, no somos capaces de elevar nuestro nivel de ciudadanos y se los dejamos a aquellos que ni ven por la comunidad ni buscan una mejor sociedad, los llamamos partidos políticos. Debemos ser conscientes de que, para crecer como sociedad, necesitamos que cada uno de nosotros se preocupe y ocupe por participar activamente en el desempeño y rendición de cuentas de los diferentes niveles de gobierno. Necesitamos madurez ciudadana y así como participamos en clubes, sociedades, etc. seamos parte de un cambio de mentalidad y de actuación hacia la sociedad.

email: antonio.rios@tec.mx, miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua