/ viernes 18 de septiembre de 2020

Partido Morena necesita un presidente


“Un Presidente de la República (cualquiera) pregunta a un secretario de su gabinete: ¿Qué horas son?... el secretario contesta: las que usted diga Señor Presidente…”

Dicho popular mexicano

La democratización del país pasa necesariamente por la democratización de los partidos políticos nacionales, actores con un gran peso específico en las decisiones buenas o malas, del gobierno federal, de los gobiernos estatales y de los 3 poderes: Legislativo, Ejecutivo y Judicial.

Democratizar los partidos es tarea necesaria pero muy difícil, puesto que todos los partidos políticos, sin excepción, tienen grupos de interés más o menos relacionados, con la estructura de los factores reales de poder, generalmente por encima de los factores formales del poder.

A 6 años de que, en agosto de 2014, el INE otorgó el reconocimiento al Movimiento de Regeneración Nacional como partido político, el proceso para nombrar un nuevo Comité Ejecutivo Nacional se encuentra empantanado, por diversas resoluciones del Instituto Nacional Electoral (INE) y del Tribunal Federal Electoral (Trife), y por contradicciones al interior del partido, hasta la fecha no resueltas.

No está claro aún cuál será el procedimiento a seguir, el panorama es confuso y complejo.

Los principales nombres que se manejan para la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional: Porfirio Muñoz Ledo y Mario Delgado; para la Secretaría General: Antonio Attolini y Citlalli Hernández.

De acuerdo con las encuestas, la elección va a ser muy cerrada.

Los candidatos, con un porcentaje de 5% al sumarse a los punteros, pueden hacer la diferencia entre ganar y perder, la presidencia y la secretaría general del CEN.

Soy de la opinión de que el partido Morena necesita un presidente como el Lic. Porfirio Muñoz Ledo, sin duda alguna uno de los políticos más experimentados del país; Porfirio ha sido uno de los pocos personajes de la izquierda histórica de nuestro país, con el carácter, la decisión y la información suficiente como para apoyar decididamente a Andrés Manuel y a la 4T, y al mismo tiempo mantener una posición crítica ante aspectos relevantes de políticas públicas nacionales, que en opinión de Porfirio no ayudan pero sí estorban a la 4T.

Ejemplos de lo anterior hay varios, uno de los más destacados fue cuando el Presidente envió al Congreso una iniciativa de ley, mediante la cual ante una emergencia económica nacional, el Presidente de la República en funciones, en este caso Andrés Manuel, tendría la facultad de modificar con entera libertad el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), hasta ahora constitucionalmente facultad exclusiva de la Cámara de Diputados.

El Congreso no aceptó dicha reforma constitucional, la rasuró y limitó las facultades del Presidente a un 10% del PEF, en caso de que el Presidente quisiera modificar el PEF en una cantidad superior al 10%, el Presidente tendrá que mandar la iniciativa a la Cámara de Diputados y será ésta la que decida.

El incipiente desarrollo democrático del México actual, aún no permite poner en la mesa de debates algunos de los principales problemas de fondo, a la estructura financiera del país, como es el caso de eliminar las reformas salinistas al Banco de México, que le impiden financiar el desarrollo nacional, facultad que sí tenía en tiempos del Gral. Cárdenas.

Jonathan Heat, alto funcionario del Banco de México, ha señalado que 34 millones de mexicanos requieren empleo, y se han perdido 10 millones de empleos formales sólo en el presente año 2020.

Porfirio apoyando al presidente y a su proyecto, difiere de la política económica de Andrés Manuel.

Sólo un presidente de Morena que tenga la capacidad de decir sí al Presidente cuando se requiera y no cuando sea necesario, podrá romper la larga tradición presidencialista de más de 100 años en México, en donde el Presidente no se le puede contradecir.

Andrés Manuel ha dicho que Porfirio está en su derecho de criticar, hasta ahí llega por ahora, no se toman en cuenta sus críticas para definir las políticas públicas.

Tal vez si Porfirio es presidente de Morena, Andrés Manuel cambie de opinión.

Si Morena se publicitó como la esperanza de México, puede ser que Porfirio sea la esperanza de Morena.

Se ve difícil, pero no imposible: terminar con la cosecha de rábanos al interior de Morena, rojos por fuera y blancos por dentro, son los que impulsan la política de:

“Que todo cambie para que todo siga igual”.



“Un Presidente de la República (cualquiera) pregunta a un secretario de su gabinete: ¿Qué horas son?... el secretario contesta: las que usted diga Señor Presidente…”

Dicho popular mexicano

La democratización del país pasa necesariamente por la democratización de los partidos políticos nacionales, actores con un gran peso específico en las decisiones buenas o malas, del gobierno federal, de los gobiernos estatales y de los 3 poderes: Legislativo, Ejecutivo y Judicial.

Democratizar los partidos es tarea necesaria pero muy difícil, puesto que todos los partidos políticos, sin excepción, tienen grupos de interés más o menos relacionados, con la estructura de los factores reales de poder, generalmente por encima de los factores formales del poder.

A 6 años de que, en agosto de 2014, el INE otorgó el reconocimiento al Movimiento de Regeneración Nacional como partido político, el proceso para nombrar un nuevo Comité Ejecutivo Nacional se encuentra empantanado, por diversas resoluciones del Instituto Nacional Electoral (INE) y del Tribunal Federal Electoral (Trife), y por contradicciones al interior del partido, hasta la fecha no resueltas.

No está claro aún cuál será el procedimiento a seguir, el panorama es confuso y complejo.

Los principales nombres que se manejan para la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional: Porfirio Muñoz Ledo y Mario Delgado; para la Secretaría General: Antonio Attolini y Citlalli Hernández.

De acuerdo con las encuestas, la elección va a ser muy cerrada.

Los candidatos, con un porcentaje de 5% al sumarse a los punteros, pueden hacer la diferencia entre ganar y perder, la presidencia y la secretaría general del CEN.

Soy de la opinión de que el partido Morena necesita un presidente como el Lic. Porfirio Muñoz Ledo, sin duda alguna uno de los políticos más experimentados del país; Porfirio ha sido uno de los pocos personajes de la izquierda histórica de nuestro país, con el carácter, la decisión y la información suficiente como para apoyar decididamente a Andrés Manuel y a la 4T, y al mismo tiempo mantener una posición crítica ante aspectos relevantes de políticas públicas nacionales, que en opinión de Porfirio no ayudan pero sí estorban a la 4T.

Ejemplos de lo anterior hay varios, uno de los más destacados fue cuando el Presidente envió al Congreso una iniciativa de ley, mediante la cual ante una emergencia económica nacional, el Presidente de la República en funciones, en este caso Andrés Manuel, tendría la facultad de modificar con entera libertad el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), hasta ahora constitucionalmente facultad exclusiva de la Cámara de Diputados.

El Congreso no aceptó dicha reforma constitucional, la rasuró y limitó las facultades del Presidente a un 10% del PEF, en caso de que el Presidente quisiera modificar el PEF en una cantidad superior al 10%, el Presidente tendrá que mandar la iniciativa a la Cámara de Diputados y será ésta la que decida.

El incipiente desarrollo democrático del México actual, aún no permite poner en la mesa de debates algunos de los principales problemas de fondo, a la estructura financiera del país, como es el caso de eliminar las reformas salinistas al Banco de México, que le impiden financiar el desarrollo nacional, facultad que sí tenía en tiempos del Gral. Cárdenas.

Jonathan Heat, alto funcionario del Banco de México, ha señalado que 34 millones de mexicanos requieren empleo, y se han perdido 10 millones de empleos formales sólo en el presente año 2020.

Porfirio apoyando al presidente y a su proyecto, difiere de la política económica de Andrés Manuel.

Sólo un presidente de Morena que tenga la capacidad de decir sí al Presidente cuando se requiera y no cuando sea necesario, podrá romper la larga tradición presidencialista de más de 100 años en México, en donde el Presidente no se le puede contradecir.

Andrés Manuel ha dicho que Porfirio está en su derecho de criticar, hasta ahí llega por ahora, no se toman en cuenta sus críticas para definir las políticas públicas.

Tal vez si Porfirio es presidente de Morena, Andrés Manuel cambie de opinión.

Si Morena se publicitó como la esperanza de México, puede ser que Porfirio sea la esperanza de Morena.

Se ve difícil, pero no imposible: terminar con la cosecha de rábanos al interior de Morena, rojos por fuera y blancos por dentro, son los que impulsan la política de:

“Que todo cambie para que todo siga igual”.