/ domingo 20 de marzo de 2022

Pasión por el arte de informar | En defensa del buen periodismo

Por: José Luis Jáquez Balderrama

En estos momentos de ataque sistemático al quehacer periodístico, principalmente en México, se hace necesario su defensa. Y destacar la función del profesional ante la sociedad.

Hay muchas definiciones sobre quién es verdaderamente periodista y la importancia del periodismo. Vamos a empezar con los periodistas norteamericanos Bill Kovach y Tom Rosenstiel.

En su libro “Los elementos del periodismo” presentan los nueve principios básicos:

"1. La primera obligación del periodismo es la verdad. 2 Su primera lealtad es hacia los ciudadanos. 3. Su esencia es la disciplina de la verificación. 4. Sus profesionales deben ser independientes de los hechos y personas sobre las que informan. 5. Debe servir como un vigilante independiente del poder. 6 Debe otorgar tribuna a las críticas públicas y al compromiso. 7. Ha de esforzarse en hacer de lo importante algo interesante y oportuno. 8. Debe seguir las noticias de forma a la vez exhaustiva y proporcionada. 9. Sus profesionales deben tener derecho a ejercer lo que les dicta su conciencia”.

Los grandes periodistas de la historia han triunfado por sentirse esencialmente periodistas y estar al servicio de la noticia. No cambiaron la pasión de la verdad por la pasión de la palabra. El acontecimiento, el hecho noticioso, era y es el eje de su labor.

Según Félix Rebollo: "El periodista mediocre informa por informar; el gran periodista informa y forma". Kapúscinski hace su diferenciación entre uno y otro. Afirma: "El buen y el mal periodismo se diferencian fácilmente: En el buen periodismo, además de la descripción de un acontecimiento, tenéis también la explicación de por qué ha sucedido; en el mal periodismo, en cambio, encontramos sólo la descripción, sin ninguna conexión o referente al contexto histórico".

El arte de escribir, el espíritu crítico como otras de las cualidades señaladas, se pueden ir adquiriendo con tesón, pero el entusiasmo por realizar un buen periodismo sólo se encuentra en la gran pasión por el arte de informar.

La llegada de la revolución tecnológica y económica influyen directamente en la comunicación. Se han producido cambios vertiginosos en los medios y en la sociedad. Las innovaciones se suceden. Nuevas tecnologías, nuevas formas de informar, nuevas demandas... pero la figura del periodista prevalece, como asegura Diezhandino aunque su labor y sus exigencias sí se reajustan a las nuevas necesidades.

El mundo no es estático, el periodismo tampoco lo es y el periodista debe adaptarse a las nuevas necesidades de informar. Hoy, informar, donde el medio por excelencia es el audiovisual, redes sociales, consiste en poner al ciudadano directamente en contacto con el acontecimiento, al igual que lo hace una cámara de televisión o una cámara fotográfica, como afirma Ignacio Ramonet.

El periodista y el periodismo tendrán que involucrarse a esta nueva demanda de una mercancía llamada información, donde la instantaneidad es su razón de ser. Hoy se abren nuevos rumbos.

Las nuevas necesidades del mercado de la información necesitan periodistas que no sean meros escribientes o mensajeros, necesitan observadores que clasifiquen e interpreten lo que sucede. Lo importante consistirá en poner la información lo antes posible al alcance del lector. Esta rapidez está homogeneizando una forma universal de transmitir que se ajusta más a la radio, a la televisión y a internet que a la prensa.

La prensa, si prevalece esa nueva forma de informar, tendrá que desempeñar un papel más de análisis y profundización de los acontecimientos. Será el medio donde la razón y la comprensión tendrán sus mejores fundamentos, porque como afirma Ramonet, "sólo se comprende con la razón, no se comprende con los ojos o con los sentidos".

Imagen, pocas palabras y ya. La empresa comienza a demandar profesionales capaces de actuar como personas polivalentes. La estilográfica queda relegada a un teclado de computadora y a una pequeña cámara de grabación. Que el periodista tenga que lanzar la noticia para radio, televisión e internet (hoy las llamadas redes sociales) casi al unísono ya es una realidad, en algunos casos. Claro ejemplo está en los periodistas de internet que proporcionan audio, imagen y palabras para su entorno.

Hoy, la rapidez de las tecnologías ha hecho que en poco tiempo tengamos como indispensables la computadora y el celular. En esta ocasión las cualidades del arte de escribir se quedan bastante relegadas por la curiosidad, la capacidad de adaptación y el dominio de las nuevas tecnologías.

El periodista Julio Scherer García, al recibir el 3 de abril del 2002 el Premio Nuevo Periodismo Iberoamericano, afirmó que es difícil escapar a la seducción que ejerce la labor periodística, con su dosis de perversidad, sin punto de convergencia con el hastío, pero con deberes estrictos.

El periodista no es un justiciero y tampoco un agente infiltrado del FBI, es un informador de la realidad que le circunda.

La palabra y el hecho noticioso se entrelazan para dar a conocer lo que sucede. El profesional es el que decide hacer una buena labor, corromperse o luchar por la libertad.

Seguir en: palabrapropia@hotmail.com twiter@palabrapropia


Antena Radio 102.5 FM, de lunes a viernes de 5 a 6 de la tarde


Por: José Luis Jáquez Balderrama

En estos momentos de ataque sistemático al quehacer periodístico, principalmente en México, se hace necesario su defensa. Y destacar la función del profesional ante la sociedad.

Hay muchas definiciones sobre quién es verdaderamente periodista y la importancia del periodismo. Vamos a empezar con los periodistas norteamericanos Bill Kovach y Tom Rosenstiel.

En su libro “Los elementos del periodismo” presentan los nueve principios básicos:

"1. La primera obligación del periodismo es la verdad. 2 Su primera lealtad es hacia los ciudadanos. 3. Su esencia es la disciplina de la verificación. 4. Sus profesionales deben ser independientes de los hechos y personas sobre las que informan. 5. Debe servir como un vigilante independiente del poder. 6 Debe otorgar tribuna a las críticas públicas y al compromiso. 7. Ha de esforzarse en hacer de lo importante algo interesante y oportuno. 8. Debe seguir las noticias de forma a la vez exhaustiva y proporcionada. 9. Sus profesionales deben tener derecho a ejercer lo que les dicta su conciencia”.

Los grandes periodistas de la historia han triunfado por sentirse esencialmente periodistas y estar al servicio de la noticia. No cambiaron la pasión de la verdad por la pasión de la palabra. El acontecimiento, el hecho noticioso, era y es el eje de su labor.

Según Félix Rebollo: "El periodista mediocre informa por informar; el gran periodista informa y forma". Kapúscinski hace su diferenciación entre uno y otro. Afirma: "El buen y el mal periodismo se diferencian fácilmente: En el buen periodismo, además de la descripción de un acontecimiento, tenéis también la explicación de por qué ha sucedido; en el mal periodismo, en cambio, encontramos sólo la descripción, sin ninguna conexión o referente al contexto histórico".

El arte de escribir, el espíritu crítico como otras de las cualidades señaladas, se pueden ir adquiriendo con tesón, pero el entusiasmo por realizar un buen periodismo sólo se encuentra en la gran pasión por el arte de informar.

La llegada de la revolución tecnológica y económica influyen directamente en la comunicación. Se han producido cambios vertiginosos en los medios y en la sociedad. Las innovaciones se suceden. Nuevas tecnologías, nuevas formas de informar, nuevas demandas... pero la figura del periodista prevalece, como asegura Diezhandino aunque su labor y sus exigencias sí se reajustan a las nuevas necesidades.

El mundo no es estático, el periodismo tampoco lo es y el periodista debe adaptarse a las nuevas necesidades de informar. Hoy, informar, donde el medio por excelencia es el audiovisual, redes sociales, consiste en poner al ciudadano directamente en contacto con el acontecimiento, al igual que lo hace una cámara de televisión o una cámara fotográfica, como afirma Ignacio Ramonet.

El periodista y el periodismo tendrán que involucrarse a esta nueva demanda de una mercancía llamada información, donde la instantaneidad es su razón de ser. Hoy se abren nuevos rumbos.

Las nuevas necesidades del mercado de la información necesitan periodistas que no sean meros escribientes o mensajeros, necesitan observadores que clasifiquen e interpreten lo que sucede. Lo importante consistirá en poner la información lo antes posible al alcance del lector. Esta rapidez está homogeneizando una forma universal de transmitir que se ajusta más a la radio, a la televisión y a internet que a la prensa.

La prensa, si prevalece esa nueva forma de informar, tendrá que desempeñar un papel más de análisis y profundización de los acontecimientos. Será el medio donde la razón y la comprensión tendrán sus mejores fundamentos, porque como afirma Ramonet, "sólo se comprende con la razón, no se comprende con los ojos o con los sentidos".

Imagen, pocas palabras y ya. La empresa comienza a demandar profesionales capaces de actuar como personas polivalentes. La estilográfica queda relegada a un teclado de computadora y a una pequeña cámara de grabación. Que el periodista tenga que lanzar la noticia para radio, televisión e internet (hoy las llamadas redes sociales) casi al unísono ya es una realidad, en algunos casos. Claro ejemplo está en los periodistas de internet que proporcionan audio, imagen y palabras para su entorno.

Hoy, la rapidez de las tecnologías ha hecho que en poco tiempo tengamos como indispensables la computadora y el celular. En esta ocasión las cualidades del arte de escribir se quedan bastante relegadas por la curiosidad, la capacidad de adaptación y el dominio de las nuevas tecnologías.

El periodista Julio Scherer García, al recibir el 3 de abril del 2002 el Premio Nuevo Periodismo Iberoamericano, afirmó que es difícil escapar a la seducción que ejerce la labor periodística, con su dosis de perversidad, sin punto de convergencia con el hastío, pero con deberes estrictos.

El periodista no es un justiciero y tampoco un agente infiltrado del FBI, es un informador de la realidad que le circunda.

La palabra y el hecho noticioso se entrelazan para dar a conocer lo que sucede. El profesional es el que decide hacer una buena labor, corromperse o luchar por la libertad.

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