/ sábado 7 de julio de 2018

Paz y bien

“Paz y bien” era el saludo de San Francisco de Asís, quien con su sencillez y alegría características inspiró a miles de corazones a buscar la paz y hacer el bien; su saludo siempre ha estado vigente en las personas de buena voluntad, con esas dos palabras tan breves y profundas a la vez.

Paz y bien se debe desear en todos los ámbitos de la vida y en todas las actividades, no se pueden tener resultados buenos cuando se desean cosas malas. Por lo general paz y bien se desea a los seres queridos y tiene un efecto muy gratificante. Acostumbrarse a desear lo positivo influye para que las personas trabajemos y nos desenvolvamos en ambientes inspiradores. No se estila esta tersura en otros ámbitos, menos en el político, que suele contaminarse de sentimientos de envidia, de resentimiento, de egoísmo, de soberbia, de prepotencia, de falsas alabanzas, de vanaglorias, etc., aún más se contamina cuando se repite que la política es sucia, que todos los políticos son iguales, que son rateros, que son ineptos, que son corruptos.

A muchos no nos gustó el resultado de las elecciones del pasado domingo, pero los demócratas entendemos que en la democracia se gana y se pierde; sabemos ser humildes en las victorias y afrontar las derrotas con dignidad y reconocer los resultados sin andar haciendo aspavientos ni manifestaciones de fraude, ni bloqueando avenidas ni sembrando odio y división entre los mexicanos. Por eso deseamos paz y bien a quienes resultaron electos para dirigir el gobierno y representar a la ciudadanía en los puestos de elección popular, sólo esperamos que estén a la altura, que cumplan sus promesas de campaña, y busquen el bien común, que como decía don Manuel Gómez Morín, “es brega de eternidad”. Pero también sabemos que las derrotas y los triunfos no son para siempre, así que estaremos ejerciendo nuestra vocación ciudadana, vigilando y exigiendo la actuación correcta y transparente del nuevo gobierno y de los poderes del Estado, México merece continuar por el sendero de la democracia, donde todas las voces sean escuchadas y respetadas.



“Paz y bien” era el saludo de San Francisco de Asís, quien con su sencillez y alegría características inspiró a miles de corazones a buscar la paz y hacer el bien; su saludo siempre ha estado vigente en las personas de buena voluntad, con esas dos palabras tan breves y profundas a la vez.

Paz y bien se debe desear en todos los ámbitos de la vida y en todas las actividades, no se pueden tener resultados buenos cuando se desean cosas malas. Por lo general paz y bien se desea a los seres queridos y tiene un efecto muy gratificante. Acostumbrarse a desear lo positivo influye para que las personas trabajemos y nos desenvolvamos en ambientes inspiradores. No se estila esta tersura en otros ámbitos, menos en el político, que suele contaminarse de sentimientos de envidia, de resentimiento, de egoísmo, de soberbia, de prepotencia, de falsas alabanzas, de vanaglorias, etc., aún más se contamina cuando se repite que la política es sucia, que todos los políticos son iguales, que son rateros, que son ineptos, que son corruptos.

A muchos no nos gustó el resultado de las elecciones del pasado domingo, pero los demócratas entendemos que en la democracia se gana y se pierde; sabemos ser humildes en las victorias y afrontar las derrotas con dignidad y reconocer los resultados sin andar haciendo aspavientos ni manifestaciones de fraude, ni bloqueando avenidas ni sembrando odio y división entre los mexicanos. Por eso deseamos paz y bien a quienes resultaron electos para dirigir el gobierno y representar a la ciudadanía en los puestos de elección popular, sólo esperamos que estén a la altura, que cumplan sus promesas de campaña, y busquen el bien común, que como decía don Manuel Gómez Morín, “es brega de eternidad”. Pero también sabemos que las derrotas y los triunfos no son para siempre, así que estaremos ejerciendo nuestra vocación ciudadana, vigilando y exigiendo la actuación correcta y transparente del nuevo gobierno y de los poderes del Estado, México merece continuar por el sendero de la democracia, donde todas las voces sean escuchadas y respetadas.