/ sábado 18 de enero de 2020

Pedirán los productores el cese de funcionarios de Conagua

La problemática por el agua entre la Comisión Nacional del Agua y los productores, encabezados por el presidente de la SRL, Unidad Conchos, del Distrito de Riego 05, Salvador Alcántar, podrá tomar un rumbo que para nada conviene ni a los productores ni mucho menos al Gobierno.

La solución es muy sencilla, Tamaulipas está padeciendo sequía, le urge un riego para sobrevivir, o agua en las escuelas, que eso dicen, pero Conagua no tiene por qué repartir miserias, ni dejar a Chihuahua en un peligro que no tiene ahora por qué afrontar, cuando el agua que necesita para este 2020 la tiene apenas asegurada.

En 1995 en el estado de Chihuahua no se sembró un solo metro con agua de las presas porque no había y, nadie acudió al auxilio de los productores chihuahuenses, ni de las escuelas, ni de las amas de casa, si acaso el Gobierno Federal prometió apoyos para tecnificar el Distrito, mismos que llegaron a cuentagotas.

Y no se trata de no apoyar nada más por fregar o por venganza, se trata simplemente de garantizar la comida de muchas familias y no repartir miserias como se acostumbra nada más para lucimiento de la esfera oficial. Ya dijeron los productores, ni una gota de agua para Tamaulipas, ni para nadie y no enrarezcan el Tratado de Aguas Internacionales del 44, nada tiene que ver particularmente en este asunto.

Una muy interesante reunión se llevó a cabo el pasado jueves 16 por la tarde, en la sede de la SRL Unidad Conchos, con la presencia de los dirigentes de los cuatro Distritos del Centro Sur del Estado y los módulos, presidida por el exgobernador Patricio Martínez y el anfitrión Salvador Alcántar.

El tema fue el delicado asunto presuntamente por la deuda de agua al Tratado Internacional de Aguas signado con Estados Unidos, que por cierto nada tiene que ver con este conflicto aunque pretendan darle ese giro y la labor de la Comisión Internacional de Límites y Agua (CILA), creada en 1889 por Estados Unidos y México con el fin de aplicar los tratados internacionales, cosa que jamás han realizado.

Desde luego fue una reunión muy participativa y con una increíble unión, pese a las diferencias y simpatías por diferentes partidos políticos de los ahí reunidos, como el mismo Patricio Martínez, el anfitrión Chava Alcántar, Pepe Carreón, del casi extinto PRI; el diputado federal Mario Mata y algunos productores más del PAN; el presidente municipal de Rosales Pepe Ramírez y el diputado local Rubén Chávez, de Morena, y uno que otro independiente, pero todos con la misma decisión en cuanto al problema que enfrentan.

A partir de la exposición de la problemática por Patricio Martínez, las conclusiones fueron dos: para nada sirven el CILA y la propia Conagua, la primera porque sus nombramientos parecen ser más bien pagos por facturas pendientes y nunca, cuando menos desde 1944, se han distinguido por hacer su trabajo, principalmente el CILA, cuando sus integrantes ni de faul se paran por la cuenca del Bravo, mucho menos para realizar mediciones, viviendo como reyes con sus sueldos en dólares.

El acuerdo para solicitar tanto el cese o el cambio del director local de la Conagua, como de quienes hasta ahora conforman el CILA, surgieron por unanimidad de los productores reunidos, ante la insistencia del primero de ceder agua a Tamaulipas y de los funcionarios del CILA por brillar por su ausencia en la aplicación de su trabajo.

La problemática por el agua entre la Comisión Nacional del Agua y los productores, encabezados por el presidente de la SRL, Unidad Conchos, del Distrito de Riego 05, Salvador Alcántar, podrá tomar un rumbo que para nada conviene ni a los productores ni mucho menos al Gobierno.

La solución es muy sencilla, Tamaulipas está padeciendo sequía, le urge un riego para sobrevivir, o agua en las escuelas, que eso dicen, pero Conagua no tiene por qué repartir miserias, ni dejar a Chihuahua en un peligro que no tiene ahora por qué afrontar, cuando el agua que necesita para este 2020 la tiene apenas asegurada.

En 1995 en el estado de Chihuahua no se sembró un solo metro con agua de las presas porque no había y, nadie acudió al auxilio de los productores chihuahuenses, ni de las escuelas, ni de las amas de casa, si acaso el Gobierno Federal prometió apoyos para tecnificar el Distrito, mismos que llegaron a cuentagotas.

Y no se trata de no apoyar nada más por fregar o por venganza, se trata simplemente de garantizar la comida de muchas familias y no repartir miserias como se acostumbra nada más para lucimiento de la esfera oficial. Ya dijeron los productores, ni una gota de agua para Tamaulipas, ni para nadie y no enrarezcan el Tratado de Aguas Internacionales del 44, nada tiene que ver particularmente en este asunto.

Una muy interesante reunión se llevó a cabo el pasado jueves 16 por la tarde, en la sede de la SRL Unidad Conchos, con la presencia de los dirigentes de los cuatro Distritos del Centro Sur del Estado y los módulos, presidida por el exgobernador Patricio Martínez y el anfitrión Salvador Alcántar.

El tema fue el delicado asunto presuntamente por la deuda de agua al Tratado Internacional de Aguas signado con Estados Unidos, que por cierto nada tiene que ver con este conflicto aunque pretendan darle ese giro y la labor de la Comisión Internacional de Límites y Agua (CILA), creada en 1889 por Estados Unidos y México con el fin de aplicar los tratados internacionales, cosa que jamás han realizado.

Desde luego fue una reunión muy participativa y con una increíble unión, pese a las diferencias y simpatías por diferentes partidos políticos de los ahí reunidos, como el mismo Patricio Martínez, el anfitrión Chava Alcántar, Pepe Carreón, del casi extinto PRI; el diputado federal Mario Mata y algunos productores más del PAN; el presidente municipal de Rosales Pepe Ramírez y el diputado local Rubén Chávez, de Morena, y uno que otro independiente, pero todos con la misma decisión en cuanto al problema que enfrentan.

A partir de la exposición de la problemática por Patricio Martínez, las conclusiones fueron dos: para nada sirven el CILA y la propia Conagua, la primera porque sus nombramientos parecen ser más bien pagos por facturas pendientes y nunca, cuando menos desde 1944, se han distinguido por hacer su trabajo, principalmente el CILA, cuando sus integrantes ni de faul se paran por la cuenca del Bravo, mucho menos para realizar mediciones, viviendo como reyes con sus sueldos en dólares.

El acuerdo para solicitar tanto el cese o el cambio del director local de la Conagua, como de quienes hasta ahora conforman el CILA, surgieron por unanimidad de los productores reunidos, ante la insistencia del primero de ceder agua a Tamaulipas y de los funcionarios del CILA por brillar por su ausencia en la aplicación de su trabajo.