Recapitulando: En la conferencia del precandidato presidencial José Antonio Meade Curibreña (PRI, PVEM y Nueva Alianza), de febrero 7 a empresarios chihuahuenses, llamó a diversificar la economía, como lo hace Chihuahua; convocó al debate de ideas, de propuestas; porque elegiremos no sólo a una persona, sino un rumbo; así, es necesario que ese rumbo lo escojamos bien.
De los empresarios que dieron tema mencionó a Víctor, sobre el ramo automotriz; a Eugenio, respecto al TLC. y a Rubén, sobre “la tarea pendiente”.
Desarrollar la infraestructura le da sustento al TLC, la integración con América del Norte nos da enorme competitividad. Si además logramos la conciliación interna, tendremos la certeza que, ante cualquier perturbación, México va a seguir siendo exitoso.
Eso nos lleva al tema de la impunidad y la corrupción y nos lleva de nuevo a hacer una reflexión institucional: el combate a la corrupción exige voluntad, sin duda, voluntad, compromiso, consistencia además en las trayectorias, el hecho de haber seguido una trayectoria de manera honorable, transparente; pero exige también que cambiemos las instituciones, un cambio que es fundamental: necesitamos hacer dos cosas: necesitamos sacar a la política del combate a la corrupción y sacar a la corrupción de la política.
Qué es lo que vemos en los países del mundo que son exitosos en el combate a la corrupción: que la gente no se está preocupando por lo que hace el presidente, la gente se está preocupando por lo que va a hacer el fiscal.
Si vemos lo que sucedió en Italia, la gente no le preguntaba al presidente Giulio Andreotti qué iba a hacer para combatir la mafia, le preguntaba al fiscal Giovanni Falcone.
Si hoy vemos el debate en EU, la conversación en todas las mesas es lo que va a hacer el fiscal especial de la trama rusa, Robert Mueller. Aquí el planteamiento que deberíamos tener es que estuviéramos hablando de qué va a hacer el fiscal, de qué va hacer el ministerio público, no de qué va a hacer el Ejecutivo.
Si hemos sido exitosos en construir instituciones que nos dan respuesta y en las que encontramos confianza, no hay ninguna razón para que no podamos construir instituciones a las que tengamos confianza en seguridad y a las que tengamos confianza en el combate a la corrupción. Si hoy nos vulnera la seguridad de la corrupción es porque las instituciones no están a la altura, no por voluntad política. Si las instituciones no fallan, más bien, si las instituciones fallan, no hay voluntad política que alcance, y si las instituciones están ahí, son robustas incluso a una voluntad política que no esté comprometida con estos temas, en esos dos factores: seguridad y corrupción, lo que nos falta es que el estado tenga mejores instrumentos.
Hemos planteado una ley de extinción de dominio. En México no hay manera jurídica hoy de quitarle los recursos ni a los corruptos ni a los criminales, porque para poderlo hacer tenemos primero que deslindar responsabilidades aun cuando para todo el mundo sea evidente que ahí están los bienes y son bienes mal habidos.
Cuando las instituciones funcionan, lo primero que pasa es que el bien mal habido, el bien cuyo origen no se puede explicar se confisca y no se puede utilizar, en consecuencia, para defenderse o para disfrutar de ellos en lo que los procesos siguen, ya después deslindaremos las responsabilidades...