/ jueves 21 de enero de 2021

Perfil humano | Avances y retrocesos en el semáforo epidemiológico

La Secretaría de Salud federal anunció el pasado fin de semana los colores que predominarán en el semáforo epidemiológico de riesgo Covid-19 en los estados del 18 al 31 de enero.

Llama la atención de que Chihuahua avance al amarillo, calificado como “seguro” por las autoridades estatales, por lo que la entidad junto con Chiapas serán los únicos que aplicarán tal color.

Para Chiapas es un retroceso el color amarillo, pues antes estaba en verde junto con Campeche, el único estado que permanece con la misma situación epidemiológica. En cambio 10 entidades federativas estarán en color rojo, entre ellos Jalisco, que tuvo que posponer el inicio de clases presenciales en este mes.

La condición en rojo del Estado de México y la Ciudad de México refleja el estado grave que priva en ellos, pues en esta última la hospitalización de enfermos del coronavirus supera la ocupación del 90 por ciento de los nosocomios.

La apertura en Chihuahua es positiva para los sectores económicos, pero no deja de ser riesgosa, pues puede producir un mayor número de contagios y muertes. El 28 de septiembre del año pasado el estado pasó de naranja al color amarillo y luego en noviembre del mismo año tuvo que retroceder al rojo debido a que aumentaron los contagios y muertes por Covid-19.

La apertura de salones de eventos, aunque sea limitada a cien personas, es un ejemplo de lo anterior, al igual que la de los gimnasios y otros sitios como los cines.

La polémica vigente es la de que si cerrando este tipo de negocios se evita el contagio mientras operan otros lugares de manera informal donde decenas y a veces hasta cientos de personas se reúnen sin las medidas adecuadas de prevención.

Por ello la disyuntiva es difícil entre optar por el confinamiento o la apertura de actividades, para lo cual se requiere tener información adecuada de los principales centros de contagios para aislarlos.

En el mundo la segunda ola está causando estragos incluso en países que antes tenían controlado al virus, como Alemania y Japón, por lo que es predecible que los riesgos aumenten en el nuestro con las nuevas cepas detectadas del coronavirus.

Las protestas sobre todo en países europeos por las medidas drásticas que han tenido que aplicar sus gobiernos se han generalizado, pero al parecer no existen otras alternativas mientras la vacunación no abarque cuando menos al 70 por ciento de la población mundial para crear la llamada inmunidad de rebaño.

Tal vez el paso de naranja a amarillo en Chihuahua se adelantó, pues se debió esperar el resto del mes para probar el aumento de contagios debido a las celebraciones navideñas y de fin de año.

El argumento de las autoridades estatales es que ha habido una disminución de hasta el 160% en los dos últimos meses, pero eso no es garantía de que continúe la misma tendencia con la apertura si el rebrote se generaliza y luego se tenga que regresar al rojo que inhibe la mayor parte de las actividades sociales y económicas como le sucedió a Jalisco.

La tendencia global es que la segunda oleada y la tercera que inicia son peores que la primera, por lo que el número de muertes ya es mayor a los 2 millones en todo el mundo. México y desde luego Chihuahua no están aislados por lo que también son afectados por los rebrotes internacionales, los cuales deberían tomar en cuenta y no sólo la situación sanitaria estatal temporal.

Por lo pronto Chihuahua se arriesga al pasar del naranja al amarillo y ojalá sea con buenos resultados, pues de lo contrario se tendrían que aplicar otras medidas coercitivas que afectarían más a la población. Habrá que esperar los resultados objetivos de la segunda mitad de este mes para evaluar si la medida fue acertada o precipitada.


La Secretaría de Salud federal anunció el pasado fin de semana los colores que predominarán en el semáforo epidemiológico de riesgo Covid-19 en los estados del 18 al 31 de enero.

Llama la atención de que Chihuahua avance al amarillo, calificado como “seguro” por las autoridades estatales, por lo que la entidad junto con Chiapas serán los únicos que aplicarán tal color.

Para Chiapas es un retroceso el color amarillo, pues antes estaba en verde junto con Campeche, el único estado que permanece con la misma situación epidemiológica. En cambio 10 entidades federativas estarán en color rojo, entre ellos Jalisco, que tuvo que posponer el inicio de clases presenciales en este mes.

La condición en rojo del Estado de México y la Ciudad de México refleja el estado grave que priva en ellos, pues en esta última la hospitalización de enfermos del coronavirus supera la ocupación del 90 por ciento de los nosocomios.

La apertura en Chihuahua es positiva para los sectores económicos, pero no deja de ser riesgosa, pues puede producir un mayor número de contagios y muertes. El 28 de septiembre del año pasado el estado pasó de naranja al color amarillo y luego en noviembre del mismo año tuvo que retroceder al rojo debido a que aumentaron los contagios y muertes por Covid-19.

La apertura de salones de eventos, aunque sea limitada a cien personas, es un ejemplo de lo anterior, al igual que la de los gimnasios y otros sitios como los cines.

La polémica vigente es la de que si cerrando este tipo de negocios se evita el contagio mientras operan otros lugares de manera informal donde decenas y a veces hasta cientos de personas se reúnen sin las medidas adecuadas de prevención.

Por ello la disyuntiva es difícil entre optar por el confinamiento o la apertura de actividades, para lo cual se requiere tener información adecuada de los principales centros de contagios para aislarlos.

En el mundo la segunda ola está causando estragos incluso en países que antes tenían controlado al virus, como Alemania y Japón, por lo que es predecible que los riesgos aumenten en el nuestro con las nuevas cepas detectadas del coronavirus.

Las protestas sobre todo en países europeos por las medidas drásticas que han tenido que aplicar sus gobiernos se han generalizado, pero al parecer no existen otras alternativas mientras la vacunación no abarque cuando menos al 70 por ciento de la población mundial para crear la llamada inmunidad de rebaño.

Tal vez el paso de naranja a amarillo en Chihuahua se adelantó, pues se debió esperar el resto del mes para probar el aumento de contagios debido a las celebraciones navideñas y de fin de año.

El argumento de las autoridades estatales es que ha habido una disminución de hasta el 160% en los dos últimos meses, pero eso no es garantía de que continúe la misma tendencia con la apertura si el rebrote se generaliza y luego se tenga que regresar al rojo que inhibe la mayor parte de las actividades sociales y económicas como le sucedió a Jalisco.

La tendencia global es que la segunda oleada y la tercera que inicia son peores que la primera, por lo que el número de muertes ya es mayor a los 2 millones en todo el mundo. México y desde luego Chihuahua no están aislados por lo que también son afectados por los rebrotes internacionales, los cuales deberían tomar en cuenta y no sólo la situación sanitaria estatal temporal.

Por lo pronto Chihuahua se arriesga al pasar del naranja al amarillo y ojalá sea con buenos resultados, pues de lo contrario se tendrían que aplicar otras medidas coercitivas que afectarían más a la población. Habrá que esperar los resultados objetivos de la segunda mitad de este mes para evaluar si la medida fue acertada o precipitada.