/ jueves 1 de abril de 2021

Perfil humano | Chihuahua naranja y la vacunación

De acuerdo con el semáforo epidemiológico nacional, Chihuahua regresa al color naranja, aunque en la práctica continuará con las mismas medidas que se aplicaban con el color amarillo.

Son 7 los estados que están ahora en naranja, 18 en amarillo y por primera vez son siete los que ahora son verde. Ninguna entidad está en rojo, aunque en algunos continúa al alza los contagios y fallecimientos.

Según la Secretaría de Salud Estatal nuestro estado ahora vuelve al naranja precisamente porque existe una tendencia de aumento de casos de Covid 19 y se llegó a los 16 puntos que ya corresponde a este color, por lo que deja de estar en amarillo.

El país acaba de superar las 200 mil muertes a causa del coronavirus a un año de que iniciada la pandemia en territorio nacional, colocándose en el tercer lugar de mortalidad en el mundo después de Estados Unidos y Brasil.

El país sudamericano por cierto está en un nivel crítico, pues su sistema sanitario está colapsando con una ocupación del 90% de sus hospitales, un aumento diario de hasta 100 mil contagios y de 3 mil fallecimientos.

En comparación, México se encuentra mejor, aunque también en riesgo de sufrir como Brasil una tercera ola que podría ser más dañina que las dos anteriores.

La amenaza de un rebrote en Chihuahua y el resto del país se debe, de acuerdo con las autoridades sanitarias, a la mayor movilidad que hay por las vacaciones de Semana Santa, el proceso electoral de este año y las nuevas variantes del virus como la brasileña que está asolando a la nación sudamericana.

La advertencia de una nueva ola mundial de la pandemia la han externado países como Alemania, distinta postura a la optimista de los Estados Unidos que continúa en forma acelerada vacunando a su población para cumplir con la promesa de Biden de que en este año serán inmunizados todos los estadounidenses.

En México la vacunación ha sido lenta por diversas causas, entre ellas la tradicional burocracia y los criterios raros, como iniciar primero con las zonas rurales, cuando es en las urbanas donde se ocasionan el mayor número de contagios y muertes.

Así ha pasado en Chihuahua, pues se empezó en municipios con pocos habitantes y hasta esta semana se ha iniciado la vacunación en la capital, aunque de forma limitada, pues sólo incluyó a los adultos mayores de 68 años y más de edad.

En donde al parecer han aplicado mejor la vacuna ha sido en la capital del país, pues han demostrado una buena organización y cobertura, por lo que han avanzado significativamente en la zona metropolitana con el mayor número de habitantes y por ende de contagios.

Ahora bien, la vacunación no es garantía de inmunidad sino de un menor efecto del coronavirus, por lo que quienes hayan recibido las dos dosis de vacuna deberán continuar con las medidas preventivas que se han aplicado hasta ahora.

La vacunación no es la panacea, según los especialistas en la materia, pues puede tener efectos contraproducentes, ya que no deja de ser experimental. Por ello lo que se requiere es un manejo más científico que político, tanto con el semáforo epidemiológico como con las campañas de vacunación.

De acuerdo con el semáforo epidemiológico nacional, Chihuahua regresa al color naranja, aunque en la práctica continuará con las mismas medidas que se aplicaban con el color amarillo.

Son 7 los estados que están ahora en naranja, 18 en amarillo y por primera vez son siete los que ahora son verde. Ninguna entidad está en rojo, aunque en algunos continúa al alza los contagios y fallecimientos.

Según la Secretaría de Salud Estatal nuestro estado ahora vuelve al naranja precisamente porque existe una tendencia de aumento de casos de Covid 19 y se llegó a los 16 puntos que ya corresponde a este color, por lo que deja de estar en amarillo.

El país acaba de superar las 200 mil muertes a causa del coronavirus a un año de que iniciada la pandemia en territorio nacional, colocándose en el tercer lugar de mortalidad en el mundo después de Estados Unidos y Brasil.

El país sudamericano por cierto está en un nivel crítico, pues su sistema sanitario está colapsando con una ocupación del 90% de sus hospitales, un aumento diario de hasta 100 mil contagios y de 3 mil fallecimientos.

En comparación, México se encuentra mejor, aunque también en riesgo de sufrir como Brasil una tercera ola que podría ser más dañina que las dos anteriores.

La amenaza de un rebrote en Chihuahua y el resto del país se debe, de acuerdo con las autoridades sanitarias, a la mayor movilidad que hay por las vacaciones de Semana Santa, el proceso electoral de este año y las nuevas variantes del virus como la brasileña que está asolando a la nación sudamericana.

La advertencia de una nueva ola mundial de la pandemia la han externado países como Alemania, distinta postura a la optimista de los Estados Unidos que continúa en forma acelerada vacunando a su población para cumplir con la promesa de Biden de que en este año serán inmunizados todos los estadounidenses.

En México la vacunación ha sido lenta por diversas causas, entre ellas la tradicional burocracia y los criterios raros, como iniciar primero con las zonas rurales, cuando es en las urbanas donde se ocasionan el mayor número de contagios y muertes.

Así ha pasado en Chihuahua, pues se empezó en municipios con pocos habitantes y hasta esta semana se ha iniciado la vacunación en la capital, aunque de forma limitada, pues sólo incluyó a los adultos mayores de 68 años y más de edad.

En donde al parecer han aplicado mejor la vacuna ha sido en la capital del país, pues han demostrado una buena organización y cobertura, por lo que han avanzado significativamente en la zona metropolitana con el mayor número de habitantes y por ende de contagios.

Ahora bien, la vacunación no es garantía de inmunidad sino de un menor efecto del coronavirus, por lo que quienes hayan recibido las dos dosis de vacuna deberán continuar con las medidas preventivas que se han aplicado hasta ahora.

La vacunación no es la panacea, según los especialistas en la materia, pues puede tener efectos contraproducentes, ya que no deja de ser experimental. Por ello lo que se requiere es un manejo más científico que político, tanto con el semáforo epidemiológico como con las campañas de vacunación.