/ jueves 16 de septiembre de 2021

Perfil humano; La vacunación, ¿cuándo concluiría?

Por: Eduardo Fernández Armendáriz

La Secretaría de Salud acaba de informar que la vacunación a los adultos mayores de 18 años en contra de la Covid-19 concluiría hasta el mes de marzo o abril de 2022.

Lo anterior sería factible si se pudieran vacunar unos 348 mil adultos diarios para cubrir el total de la población adulta en el país, ya que hasta la fecha sólo ha recibido una inoculación completa el 45% de la misma, de un total calculado en 85 millones de personas con esta edad.

De acuerdo con cifras de la dependencia, se han recibido 106 millones de vacunas de seis presentaciones farmacéuticas, de las cuales se han aplicado 91 millones y están pendientes de hacerlo unos 15 millones.

Si se lograra la cobertura señalada por la Ssa para el siguiente año, aún se tendría el reto de iniciar una nueva vacunación para esas fechas, ya que la duración de buena parte de las vacunas habría caducado. En pocas palabras, se necesitaría una segunda o tercera vacuna de refuerzo como ya la están haciendo en algunos países que han logrado inocular a la mayoría de sus adultos.

Unos pocos países incluso ampliaron su margen de vacunación a mayores de 12 años para inmunizar a los adolescentes y jóvenes, no sólo a los adultos.

Ahora bien, ante la magnitud del reto no se comprende el porqué el gobierno federal no incluye en este esfuerzo nacional a los gobiernos estatales y municipales, así como al sector privado. En este caso, entre más actores participen en la vacunación se podrían tener más resultados a un menor plazo.

Todo parece indicar que la pandemia llegó lamentablemente para quedarse como una endemia más que requerirá la vacunación periódica, como la influenza, sobre todo debido a las variantes que se han esparcido por todo el mundo.

La percepción de que ya va de salida podría resultar contraproducente, sobre todo en nuestro estado con el inicio de la época invernal cuando se manifiestan más las enfermedades pulmonares. Además, habría que esperar los resultados del regreso a las aulas de miles de estudiantes para comprobar que no hubo aumentos significativos de contagios que pondrían en duda el color verde que se le dio a Chihuahua.

Lo anterior debido a que estamos en la transición de poderes estatales y municipales, lo que no deja de crear ciertos vacíos administrativos entre los que se van y los que llegan, sobre todo en el sector salud.

La falsa confianza en que ya la pandemia fue controlada podría causar efectos negativos y dar al traste con los avances que se han obtenido en los últimos meses. Por ello se debe continuar con las medidas preventivas usuales y sobre todo considerar que puede darse otra oleada como ha sucedido desde que apareció el coronavirus.

Por otra parte, se debe motivar más a la población que se niega a vacunarse, pues entre más inmunizados haya habría menos riesgos de contagio y de complicaciones de salud que ameritaran la hospitalización.

Enfrentar la Covid-19 ha sido cansado y frustrante, sin lugar a dudas, para todos. Sin embargo, los que hemos tenido la suerte de no enfermarnos debemos hacer un esfuerzo mayor para aguantar cuando menos otros seis meses o tal vez más para volver a una relativa normalidad.

El gobierno por su parte debería no menguar en su campaña de vacunación y sobre todo informar con la verdad a la población para no crear falsas expectativas de mejoría cuando las condiciones son otras.

La realidad por lo pronto es que la vacunación será continua y periódica para contrarrestar a esta pandemia que ha causado grandes pérdidas de vidas humanas y materiales. No hay un final previsible para poder asegurar que el peligro ya se superó, menos en un mundo tan globalizado y contaminado como el nuestro.

Por: Eduardo Fernández Armendáriz

La Secretaría de Salud acaba de informar que la vacunación a los adultos mayores de 18 años en contra de la Covid-19 concluiría hasta el mes de marzo o abril de 2022.

Lo anterior sería factible si se pudieran vacunar unos 348 mil adultos diarios para cubrir el total de la población adulta en el país, ya que hasta la fecha sólo ha recibido una inoculación completa el 45% de la misma, de un total calculado en 85 millones de personas con esta edad.

De acuerdo con cifras de la dependencia, se han recibido 106 millones de vacunas de seis presentaciones farmacéuticas, de las cuales se han aplicado 91 millones y están pendientes de hacerlo unos 15 millones.

Si se lograra la cobertura señalada por la Ssa para el siguiente año, aún se tendría el reto de iniciar una nueva vacunación para esas fechas, ya que la duración de buena parte de las vacunas habría caducado. En pocas palabras, se necesitaría una segunda o tercera vacuna de refuerzo como ya la están haciendo en algunos países que han logrado inocular a la mayoría de sus adultos.

Unos pocos países incluso ampliaron su margen de vacunación a mayores de 12 años para inmunizar a los adolescentes y jóvenes, no sólo a los adultos.

Ahora bien, ante la magnitud del reto no se comprende el porqué el gobierno federal no incluye en este esfuerzo nacional a los gobiernos estatales y municipales, así como al sector privado. En este caso, entre más actores participen en la vacunación se podrían tener más resultados a un menor plazo.

Todo parece indicar que la pandemia llegó lamentablemente para quedarse como una endemia más que requerirá la vacunación periódica, como la influenza, sobre todo debido a las variantes que se han esparcido por todo el mundo.

La percepción de que ya va de salida podría resultar contraproducente, sobre todo en nuestro estado con el inicio de la época invernal cuando se manifiestan más las enfermedades pulmonares. Además, habría que esperar los resultados del regreso a las aulas de miles de estudiantes para comprobar que no hubo aumentos significativos de contagios que pondrían en duda el color verde que se le dio a Chihuahua.

Lo anterior debido a que estamos en la transición de poderes estatales y municipales, lo que no deja de crear ciertos vacíos administrativos entre los que se van y los que llegan, sobre todo en el sector salud.

La falsa confianza en que ya la pandemia fue controlada podría causar efectos negativos y dar al traste con los avances que se han obtenido en los últimos meses. Por ello se debe continuar con las medidas preventivas usuales y sobre todo considerar que puede darse otra oleada como ha sucedido desde que apareció el coronavirus.

Por otra parte, se debe motivar más a la población que se niega a vacunarse, pues entre más inmunizados haya habría menos riesgos de contagio y de complicaciones de salud que ameritaran la hospitalización.

Enfrentar la Covid-19 ha sido cansado y frustrante, sin lugar a dudas, para todos. Sin embargo, los que hemos tenido la suerte de no enfermarnos debemos hacer un esfuerzo mayor para aguantar cuando menos otros seis meses o tal vez más para volver a una relativa normalidad.

El gobierno por su parte debería no menguar en su campaña de vacunación y sobre todo informar con la verdad a la población para no crear falsas expectativas de mejoría cuando las condiciones son otras.

La realidad por lo pronto es que la vacunación será continua y periódica para contrarrestar a esta pandemia que ha causado grandes pérdidas de vidas humanas y materiales. No hay un final previsible para poder asegurar que el peligro ya se superó, menos en un mundo tan globalizado y contaminado como el nuestro.