/ jueves 23 de diciembre de 2021

Perfil humano | Los gobernadores aliancistas de nuevo a la Conago

Debido a sus diferencias con el actual presidente López Obrador, diez gobernadores abandonaron la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) para crear la Alianza Federalista de México.

Esta nueva organización tuvo poco éxito en sus gestiones, por lo que después de las elecciones de este año buena parte de sus integrantes de facto la abandonaron como lo demostraron en la reciente reunión de la Conago en Villahermosa, Tabasco.

Entre los asistentes a esta convocatoria para convivir con el presidente de la república estuvieron los gobernadores panistas de Chihuahua, Durango, Tamaulipas, Aguascalientes y Guanajuato.

Entrevistados coincidieron que consideran mejor el diálogo con el gobierno federal que la confrontación que antes caracterizara a los aliancistas. Habrá que ver si ahora sí funciona la Conago, pues al menos hasta el momento ha tenido una actuación poco benéfica para las entidades que son representadas en ella.

La realidad es que en la época postrevolucionaria el federalismo ha sido más una aspiración que una forma real de gobierno en nuestro país. El centralismo se ha caracterizado por predominar al grado de que las decisiones principales continúan tomándose desde la capital mexicana y la autonomía de los estados continúa siendo más formal que real.

La prometida descentralización de la administración federal es parte de esta simulación, pues ahora como nunca se da una dependencia mayor de las entidades federativas, sobre todo con el avance del partido en el poder y el mayor debilitamiento de la oposición.

La Conago fue creada en el sexenio de Vicente Fox a iniciativa de los gobernadores priistas para formar un bloque más independiente ante el primer presidente que no era del tricolor.

Sin embargo esta conferencia se fue convirtiendo más en una pasarela política que en una asociación autónoma que ejerciera algún poder para lograr mayores repartos equitativos sobre todo en el presupuesto federal.

Los problemas que aquejan al país como la inseguridad nacional, la pobreza, la falta de crecimiento económico, la carencia de servicios médicos, la migración y otros son los mismos sin que se haya visto el funcionamiento de la Conago para lograr su resolución.

En la capital tabasqueña todos los gobernadores asistentes después de comer con el presidente se trasladaron a la sesión ordinaria del Consejo Nacional de Seguridad, donde al menos plantearon a los responsables sus quejas por el aumento de la violencia criminal en sus estados.

Será el mismo ritual acostumbrado, pues después las acciones dependerán de las decisiones que se tomen desde Palacio Nacional, sobre todo la movilización de las fuerzas armadas hacia las regiones con mayores actos delictivos.

Para que funcionara como un organismo autónomo la Conago requeriría ser sobre todo federalista, esto es, colocar como prioridad el bienestar no sólo de las entidades federativas, sino también de los municipios, pues éstos a su vez dependen de las decisiones de los gobernadores en turno.

Por lo pronto a la mitad de este sexenio se fortalece no tanto la Conago con el regreso de los gobernadores antes aliancistas, sino el poder presidencial que cada vez tiene menores contrapesos para actuar, lo cual desde luego no es una buena señal para una auténtica república democrática.

Aprovecho el espacio para desear a todos mis lectores una feliz Navidad en compañía de sus familias.


Debido a sus diferencias con el actual presidente López Obrador, diez gobernadores abandonaron la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) para crear la Alianza Federalista de México.

Esta nueva organización tuvo poco éxito en sus gestiones, por lo que después de las elecciones de este año buena parte de sus integrantes de facto la abandonaron como lo demostraron en la reciente reunión de la Conago en Villahermosa, Tabasco.

Entre los asistentes a esta convocatoria para convivir con el presidente de la república estuvieron los gobernadores panistas de Chihuahua, Durango, Tamaulipas, Aguascalientes y Guanajuato.

Entrevistados coincidieron que consideran mejor el diálogo con el gobierno federal que la confrontación que antes caracterizara a los aliancistas. Habrá que ver si ahora sí funciona la Conago, pues al menos hasta el momento ha tenido una actuación poco benéfica para las entidades que son representadas en ella.

La realidad es que en la época postrevolucionaria el federalismo ha sido más una aspiración que una forma real de gobierno en nuestro país. El centralismo se ha caracterizado por predominar al grado de que las decisiones principales continúan tomándose desde la capital mexicana y la autonomía de los estados continúa siendo más formal que real.

La prometida descentralización de la administración federal es parte de esta simulación, pues ahora como nunca se da una dependencia mayor de las entidades federativas, sobre todo con el avance del partido en el poder y el mayor debilitamiento de la oposición.

La Conago fue creada en el sexenio de Vicente Fox a iniciativa de los gobernadores priistas para formar un bloque más independiente ante el primer presidente que no era del tricolor.

Sin embargo esta conferencia se fue convirtiendo más en una pasarela política que en una asociación autónoma que ejerciera algún poder para lograr mayores repartos equitativos sobre todo en el presupuesto federal.

Los problemas que aquejan al país como la inseguridad nacional, la pobreza, la falta de crecimiento económico, la carencia de servicios médicos, la migración y otros son los mismos sin que se haya visto el funcionamiento de la Conago para lograr su resolución.

En la capital tabasqueña todos los gobernadores asistentes después de comer con el presidente se trasladaron a la sesión ordinaria del Consejo Nacional de Seguridad, donde al menos plantearon a los responsables sus quejas por el aumento de la violencia criminal en sus estados.

Será el mismo ritual acostumbrado, pues después las acciones dependerán de las decisiones que se tomen desde Palacio Nacional, sobre todo la movilización de las fuerzas armadas hacia las regiones con mayores actos delictivos.

Para que funcionara como un organismo autónomo la Conago requeriría ser sobre todo federalista, esto es, colocar como prioridad el bienestar no sólo de las entidades federativas, sino también de los municipios, pues éstos a su vez dependen de las decisiones de los gobernadores en turno.

Por lo pronto a la mitad de este sexenio se fortalece no tanto la Conago con el regreso de los gobernadores antes aliancistas, sino el poder presidencial que cada vez tiene menores contrapesos para actuar, lo cual desde luego no es una buena señal para una auténtica república democrática.

Aprovecho el espacio para desear a todos mis lectores una feliz Navidad en compañía de sus familias.