/ jueves 27 de mayo de 2021

Perfil humano | México en verde y amarillo

Por primera vez desde la aplicación del semáforo epidemiológico el país se encuentra en su mayoría en color verde y amarillo con una entidad en naranja, Quintana Roo.

Son 16 estados los que estarán en color verde hasta el 6 de junio, o sea la mitad de México, mientras otros 15 serán color amarillo hasta la misma fecha. La única excepción -como se comentó- es Quintana Roo, el cual debido a la alta incidencia de contagios continuará en naranja.

Con el semáforo amarillo están permitidas todas las actividades laborales y el espacio público estará abierto en forma normal mientras que los espacios cerrados se podrán abrir, pero con un aforo limitado.

En el color verde se permitirá regresar a las actividades escolares de acuerdo a las decisiones que tomen las autoridades escolares locales. Se podrá además tener actividades económicas no esenciales y habrá una reapertura de todos los espacios públicos.

Del color verde se pasaría a la normalidad, pero manteniendo las medidas higiénicas de salud pública y laborales, al igual que el cuidado para las personas vulnerables.

Esta aparente mejoría visible de la tendencia de la pandemia se reconoce a poco más de dos semanas de la celebración de las elecciones, por lo que surge la duda si no se adoptó para dar la apariencia de una mejoría en el tratamiento de la contagiosa enfermedad.

Sería difícil inferir si es correcta o no la anterior percepción, ya que los números oficiales de la incidencia del Covid-19 son manejados tanto por las autoridades estatales como las federales. Lo que sí es notorio es la actitud tanto de unas como de otras de mostrar una mejor cara de la situación adversa que ha tenido el país desde el año pasado.

En el caso de que realmente la aplicación del semáforo epidemiológico sea la adecuada entonces se tendría una buena noticia de que la pandemia va a la baja y existe una disminución real de contagios y fallecimientos.

Además el regreso a la normalidad es un aliciente para superar las anomalías que ha causado en la población la aplicación de la cuarentena como la cancelación de actividades públicas y los obligados confinamientos.

Si en cambio la aparente mejoría es más política que verdadera, entonces se podría caer en el riesgo de una nueva oleada del coronavirus, sobre todo causado por las nuevas cepas. Esto ya ha ocurrido en otros países, en los cuales volvieron a una reapertura total para tener después que regresar a las medidas restrictivas debido al rebrote de la enfermedad.

Obviamente nadie desea regresar al color rojo, el de mayor restricciones y afectación de la pandemia, por lo cual lo más deseable es que la reapertura sea basada en datos objetivos y no en los intereses políticos que se incrementan en las temporadas electorales.

Aunque las autoridades recalcan que las medidas cautelares deben continuar aplicándose en todos los colores, la realidad es que los ciudadanos se confían y vuelven a sus actividades normales sin aplicarlas adecuadamente, sobre todo si se toma en cuenta que son algo molestas y requieren primero formar parte de nuestros hábitos, lo cual lleva tiempo y esfuerzo personal.

Por lo pronto es positivo que el país muestre esta mejoría y continúe adelante en el restablecimiento de sus actividades normales, lo cual es necesario para superar lo negativo de la pandemia en todos los ámbitos, y ojalá que pronto predomine el color verde para bien de todos los habitantes del territorio nacional.

Por primera vez desde la aplicación del semáforo epidemiológico el país se encuentra en su mayoría en color verde y amarillo con una entidad en naranja, Quintana Roo.

Son 16 estados los que estarán en color verde hasta el 6 de junio, o sea la mitad de México, mientras otros 15 serán color amarillo hasta la misma fecha. La única excepción -como se comentó- es Quintana Roo, el cual debido a la alta incidencia de contagios continuará en naranja.

Con el semáforo amarillo están permitidas todas las actividades laborales y el espacio público estará abierto en forma normal mientras que los espacios cerrados se podrán abrir, pero con un aforo limitado.

En el color verde se permitirá regresar a las actividades escolares de acuerdo a las decisiones que tomen las autoridades escolares locales. Se podrá además tener actividades económicas no esenciales y habrá una reapertura de todos los espacios públicos.

Del color verde se pasaría a la normalidad, pero manteniendo las medidas higiénicas de salud pública y laborales, al igual que el cuidado para las personas vulnerables.

Esta aparente mejoría visible de la tendencia de la pandemia se reconoce a poco más de dos semanas de la celebración de las elecciones, por lo que surge la duda si no se adoptó para dar la apariencia de una mejoría en el tratamiento de la contagiosa enfermedad.

Sería difícil inferir si es correcta o no la anterior percepción, ya que los números oficiales de la incidencia del Covid-19 son manejados tanto por las autoridades estatales como las federales. Lo que sí es notorio es la actitud tanto de unas como de otras de mostrar una mejor cara de la situación adversa que ha tenido el país desde el año pasado.

En el caso de que realmente la aplicación del semáforo epidemiológico sea la adecuada entonces se tendría una buena noticia de que la pandemia va a la baja y existe una disminución real de contagios y fallecimientos.

Además el regreso a la normalidad es un aliciente para superar las anomalías que ha causado en la población la aplicación de la cuarentena como la cancelación de actividades públicas y los obligados confinamientos.

Si en cambio la aparente mejoría es más política que verdadera, entonces se podría caer en el riesgo de una nueva oleada del coronavirus, sobre todo causado por las nuevas cepas. Esto ya ha ocurrido en otros países, en los cuales volvieron a una reapertura total para tener después que regresar a las medidas restrictivas debido al rebrote de la enfermedad.

Obviamente nadie desea regresar al color rojo, el de mayor restricciones y afectación de la pandemia, por lo cual lo más deseable es que la reapertura sea basada en datos objetivos y no en los intereses políticos que se incrementan en las temporadas electorales.

Aunque las autoridades recalcan que las medidas cautelares deben continuar aplicándose en todos los colores, la realidad es que los ciudadanos se confían y vuelven a sus actividades normales sin aplicarlas adecuadamente, sobre todo si se toma en cuenta que son algo molestas y requieren primero formar parte de nuestros hábitos, lo cual lleva tiempo y esfuerzo personal.

Por lo pronto es positivo que el país muestre esta mejoría y continúe adelante en el restablecimiento de sus actividades normales, lo cual es necesario para superar lo negativo de la pandemia en todos los ámbitos, y ojalá que pronto predomine el color verde para bien de todos los habitantes del territorio nacional.