/ domingo 7 de febrero de 2021

Políticos y celebridades se venden al mejor postor

Show en la política mexicana

¿Draft o prostitución ideológica?

Los partidos “partidos”

Además de la falta de credibilidad, la polarización interna y escasez de líderes, los partidos han recurrido a las “alianzas” ideológicas, antes impensables; así como a la búsqueda de candidatos entre luchadores, artistas, futbolistas, reinas de belleza, presentadores de televisión, cómicos y políticos “muy quemados”.

Son más de 30 celebridades que se anotaron ante el Instituto Nacional Electoral para alcanzar un cargo, pero es una clara treta de los partidos por “cachar votos”, consolidar su registro y las prerrogativas. La imagen del órgano político poco importa.

Es claro, que los partidos están partidos en México. No solamente por la corrupción, sino también por el alejamiento de la ciudadanía y de los principios ideológicos que le dieron origen. Hoy es el pragmatismo puro, pues está en juego el poder.

El próximo 6 de junio de 2021, según el INE serán convocados a las urnas 95 millones de mexicanos para elegir a 500 diputados, 1,900 alcaldes y 15 gobernadores. El presupuesto rebasa los 8 mil millones de pesos.

Una de las estrategias es sumar personajes con un capital de popularidad, algunos con pésimos antecedentes. A veces es efectiva en la cosecha de sufragios e incluso han llegado a importantes puestos. Se metieron a un medio donde no siempre sus historias son de éxito. Hay a quienes los envolvió la suciedad.

El irlandés George Bernard Shaw (premios Nobel y Oscar por su obra “Pigmalión”) se caracterizó por ser por polémico y directo en cuestiones ideológicas. Sobre las personas que se meten en política advertía: “Aprendí hace mucho tiempo no luchar con un cerdo. Tú te ensucias, y además, al cerdo le gusta”.

De cara a la elección, hay una burda “mezcolanza” (extraña mezcla, a veces confusa e incluso ridícula de personas, cosas o ideas opuestas o inconexas) que los partidos le llaman pomposamente alianza o coalición. La izquierda se “amarró” con la derecha; la derecha va de la mano con centro-izquierda; la izquierda con los ecologistas; los partidos religiosos y magisteriales con la izquierda. Quedó a un lado la ideología.

Los políticos (y no) se venden al mejor postor. Es como el draft de piernas en el futbol mexicano. Pero hay opinológos más severos, que afirman que se trata de una “prostitución ideológica”.

José Rubén Romero fue un escritor que reflejo en sus obras como Mariano Azuela (Los de abajo de 1916) la gran crisis social y política de la nación durante la época posrevolucionaria, muchos aspectos que no han cambiado hoy en día.

n “La vida inútil de Pito Pérez” (1938), al referirse a la clase política puntualizó: “No ha observado usted que la profesión de déspota es más fácil que la del médico o la del abogado? Primer año: ciclo de promesas, sonrisas y cortesías para los electores; segundo año: liquidación de viejas amistades para evitar que con su presencia recuerden el pasado, y creación de su supremo consejo de lambiscones; tercer año: curso completo de egolatría y megalomanía, cuarto año y último año: preponderancia de la opinión personal y arbitrariedades a toda orquesta. A los cuatro años, el título empieza a hacerse odioso, sin que universidad alguna ose revalidarlo”.

En efecto, todo eso y más ha provocado una tremenda falta de credibilidad de los ciudadanos hacia los gobernantes.

Algunos artistas han sido sinceros, como Paquita la del Barrio, hoy candidata a diputada local en Veracruz. En rueda de prensa dijo: “Yo no sé a qué vengo aquí”.

Por último, recordar una frase del primer ministro británico Winston Churchill, sobre la política: “Es casi tan emocionante como la guerra y no menos peligrosa. En la guerra nos pueden matar una vez; en política, muchas veces”.


Nos pueden seguir: palabrapropia@hotmail.com twitter@palabrapropia

Antena Radio 102.5 FM, de lunes a viernes de 5:00 a 6:00 de la tarde

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¿Draft o prostitución ideológica?

Los partidos “partidos”

Además de la falta de credibilidad, la polarización interna y escasez de líderes, los partidos han recurrido a las “alianzas” ideológicas, antes impensables; así como a la búsqueda de candidatos entre luchadores, artistas, futbolistas, reinas de belleza, presentadores de televisión, cómicos y políticos “muy quemados”.

Son más de 30 celebridades que se anotaron ante el Instituto Nacional Electoral para alcanzar un cargo, pero es una clara treta de los partidos por “cachar votos”, consolidar su registro y las prerrogativas. La imagen del órgano político poco importa.

Es claro, que los partidos están partidos en México. No solamente por la corrupción, sino también por el alejamiento de la ciudadanía y de los principios ideológicos que le dieron origen. Hoy es el pragmatismo puro, pues está en juego el poder.

El próximo 6 de junio de 2021, según el INE serán convocados a las urnas 95 millones de mexicanos para elegir a 500 diputados, 1,900 alcaldes y 15 gobernadores. El presupuesto rebasa los 8 mil millones de pesos.

Una de las estrategias es sumar personajes con un capital de popularidad, algunos con pésimos antecedentes. A veces es efectiva en la cosecha de sufragios e incluso han llegado a importantes puestos. Se metieron a un medio donde no siempre sus historias son de éxito. Hay a quienes los envolvió la suciedad.

El irlandés George Bernard Shaw (premios Nobel y Oscar por su obra “Pigmalión”) se caracterizó por ser por polémico y directo en cuestiones ideológicas. Sobre las personas que se meten en política advertía: “Aprendí hace mucho tiempo no luchar con un cerdo. Tú te ensucias, y además, al cerdo le gusta”.

De cara a la elección, hay una burda “mezcolanza” (extraña mezcla, a veces confusa e incluso ridícula de personas, cosas o ideas opuestas o inconexas) que los partidos le llaman pomposamente alianza o coalición. La izquierda se “amarró” con la derecha; la derecha va de la mano con centro-izquierda; la izquierda con los ecologistas; los partidos religiosos y magisteriales con la izquierda. Quedó a un lado la ideología.

Los políticos (y no) se venden al mejor postor. Es como el draft de piernas en el futbol mexicano. Pero hay opinológos más severos, que afirman que se trata de una “prostitución ideológica”.

José Rubén Romero fue un escritor que reflejo en sus obras como Mariano Azuela (Los de abajo de 1916) la gran crisis social y política de la nación durante la época posrevolucionaria, muchos aspectos que no han cambiado hoy en día.

n “La vida inútil de Pito Pérez” (1938), al referirse a la clase política puntualizó: “No ha observado usted que la profesión de déspota es más fácil que la del médico o la del abogado? Primer año: ciclo de promesas, sonrisas y cortesías para los electores; segundo año: liquidación de viejas amistades para evitar que con su presencia recuerden el pasado, y creación de su supremo consejo de lambiscones; tercer año: curso completo de egolatría y megalomanía, cuarto año y último año: preponderancia de la opinión personal y arbitrariedades a toda orquesta. A los cuatro años, el título empieza a hacerse odioso, sin que universidad alguna ose revalidarlo”.

En efecto, todo eso y más ha provocado una tremenda falta de credibilidad de los ciudadanos hacia los gobernantes.

Algunos artistas han sido sinceros, como Paquita la del Barrio, hoy candidata a diputada local en Veracruz. En rueda de prensa dijo: “Yo no sé a qué vengo aquí”.

Por último, recordar una frase del primer ministro británico Winston Churchill, sobre la política: “Es casi tan emocionante como la guerra y no menos peligrosa. En la guerra nos pueden matar una vez; en política, muchas veces”.


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