/ martes 13 de febrero de 2018

Ponernos a prueba

“La honradez es siempre digna de elogio, aun cuando no reporte utilidad, ni recompensa, ni elogio”.                                                                                                          Cicerón

                                                                                                                             Cicerón

Las situaciones extremas de la vida nos ponen a prueba, mientras nosotros nos hundimos en el mar de la mediocridad, otros pueblos en todo momento se preocupan de cultivar la honradez y la virtud. ¡Vayamos a ver los valores que se han sembrado en nuestras conciencias! Vi una película que no sólo estremeció, sino que me hizo reflexionar profundamente en la confrontación entre lo que los profesores forjan en las aulas y, la cruel realidad de la vida social. La película se intitula “La lengua de las mariposas”.

La real confrontación entre la moral y la ética, es decir, el análisis entre la conducta como es y, como debe ser. La descarnada lucha por el poder, cual escenario del infierno de Dante, entre los elementos internos y externos de la vanidad, los partidos, los poderes fácticos y los grupúsculos que se sienten amos y señores de la pureza y de la verdad (sic), para poner a prueba las conciencias de los ciudadanos en los momentos extremos. Al anciano maestro de una pequeña escuela de un pueblo español, que su bondad lo lleva a extremos de ternura con un alumno que es sometido a las bromas y burlas de sus compañeros. El vínculo con sus padres, matizado de una diáfana honradez afectiva tanto de unos como del maestro, al grado, por un lado, de llevar al campo al discípulo de ocho años a capturar mariposas, para explicar aspectos de su forma de alimentarse, con una lengua en forma de espiral.

El padre del alumno, agradecido con el viejo maestro, por salvar la vida del niño en un trance de salud, recibe un traje diseñado y elaborado por el sastre, padre del niño. Pero la infame guerra civil española, pone a prueba la integridad de los valores de la población en la confrontación entre republicanos y fascistas. Epítetos groseros y maldiciones del niño y de sus padres, golpearon la conciencia del viejo mentor.

                                                       

“La honradez es siempre digna de elogio, aun cuando no reporte utilidad, ni recompensa, ni elogio”.                                                                                                          Cicerón

                                                                                                                             Cicerón

Las situaciones extremas de la vida nos ponen a prueba, mientras nosotros nos hundimos en el mar de la mediocridad, otros pueblos en todo momento se preocupan de cultivar la honradez y la virtud. ¡Vayamos a ver los valores que se han sembrado en nuestras conciencias! Vi una película que no sólo estremeció, sino que me hizo reflexionar profundamente en la confrontación entre lo que los profesores forjan en las aulas y, la cruel realidad de la vida social. La película se intitula “La lengua de las mariposas”.

La real confrontación entre la moral y la ética, es decir, el análisis entre la conducta como es y, como debe ser. La descarnada lucha por el poder, cual escenario del infierno de Dante, entre los elementos internos y externos de la vanidad, los partidos, los poderes fácticos y los grupúsculos que se sienten amos y señores de la pureza y de la verdad (sic), para poner a prueba las conciencias de los ciudadanos en los momentos extremos. Al anciano maestro de una pequeña escuela de un pueblo español, que su bondad lo lleva a extremos de ternura con un alumno que es sometido a las bromas y burlas de sus compañeros. El vínculo con sus padres, matizado de una diáfana honradez afectiva tanto de unos como del maestro, al grado, por un lado, de llevar al campo al discípulo de ocho años a capturar mariposas, para explicar aspectos de su forma de alimentarse, con una lengua en forma de espiral.

El padre del alumno, agradecido con el viejo maestro, por salvar la vida del niño en un trance de salud, recibe un traje diseñado y elaborado por el sastre, padre del niño. Pero la infame guerra civil española, pone a prueba la integridad de los valores de la población en la confrontación entre republicanos y fascistas. Epítetos groseros y maldiciones del niño y de sus padres, golpearon la conciencia del viejo mentor.