/ miércoles 3 de noviembre de 2021

Por los que callaron

Por Sebastián Sáenz Nieto

Los días pasados fueron muy emotivos. Gracias a la resiliencia que nació de la pandemia, fue posible celebrar un día de muertos en los panteones, barrer el polvo de las lápidas y llenar de flores a nuestros seres queridos. Siempre recordaremos a los que terminaron físicamente, pero cuya alma sigue viviendo en nuestros corazones. Hoy quiero conmemorar también a todos aquéllos y aquéllas que nos fueron arrebatados injustamente.

El trabajo de un periodista y de un activista es trasladarnos hasta el epicentro de cualquier problemática. Por medio de los diferentes medios de comunicación o el internet (que es donde podemos acceder a todos cómodamente), han permitido que cada mexicano se contextualice en su totalidad con las diversas situaciones desapacibles que ocurren en la actualidad. El ejercer cualquier profesión implica ciertos riesgos; sin embargo, es inaceptable el trabajar y vivir con un constante miedo de que alguien pueda hacerte daño o a cualquier miembro de tu familia.

¿Cuál es el problema?

Los profesores nos dicen que existe una línea, una frontera que puede traer consecuencias si se es cruzada ¨No se metan con nadie¨ El rascar en la tierra e ir desnudando el interés que corrompe a las personas, el darnos cuenta de las cosas que suceden frente a nosotros y no percibimos, es cuando ya estamos del otro lado. No sabes hacia dónde correr, pues el golpe puede venir incluso de donde eres ¨protegido¨

¿Y la solución?

Ya existe un programa creado por el gobierno con el objetivo de salvaguardar sus vidas y la de su familia; aún así, son varios los que han sido asesinados formando parte de él.

Hagamos un momento de silencio por Alejandro Márquez de Nayarit, que murió al destapar actos ilícitos de funcionarios. Por las amenazas a Francisco Romero para después ser asesinado, por la muerte de María Elena Ferral Martínez y no olvidemos el asesinato de Miroslava Breach. Igualmente, por los activistas que lucharon hasta el final para dar voz. Por Abiram Hernández, Homero Gómez y Aline Sánchez. Por Marisela Escobedo…

Tres mil caracteres no alcanzan para escribir los nombres de todos aquellos periodistas y activistas mexicanos que han sido privados de la vida injustamente, mucho menos para describir la acción más valiente de cada uno de ellos. Por ello te invito a que googlees sus nombres. Ver solamente números nos obliga a cosificar de una manera inconsciente a todas estas personas. El día de hoy, los jóvenes no permitiremos que esto suceda, les recordaremos y les demostraremos que su trabajo y lucha no ha sido en vano.

Un gobierno que no solamente manifieste su condenación hacia estos crímenes, sino también garantice la existencia de aquellos que nos desvendan los ojos: Es un gobierno admirable.

Tal vez sus lápidas estén llenas de flores moradas, blancas, naranjas o amarillas, sus fotos estuvieron en los altares y sus nombres aparecieron en papel picado; pero, siguen siendo la llama viviente de un verdadero cambio. Hoy escribo por los que callaron.


Por Sebastián Sáenz Nieto

Los días pasados fueron muy emotivos. Gracias a la resiliencia que nació de la pandemia, fue posible celebrar un día de muertos en los panteones, barrer el polvo de las lápidas y llenar de flores a nuestros seres queridos. Siempre recordaremos a los que terminaron físicamente, pero cuya alma sigue viviendo en nuestros corazones. Hoy quiero conmemorar también a todos aquéllos y aquéllas que nos fueron arrebatados injustamente.

El trabajo de un periodista y de un activista es trasladarnos hasta el epicentro de cualquier problemática. Por medio de los diferentes medios de comunicación o el internet (que es donde podemos acceder a todos cómodamente), han permitido que cada mexicano se contextualice en su totalidad con las diversas situaciones desapacibles que ocurren en la actualidad. El ejercer cualquier profesión implica ciertos riesgos; sin embargo, es inaceptable el trabajar y vivir con un constante miedo de que alguien pueda hacerte daño o a cualquier miembro de tu familia.

¿Cuál es el problema?

Los profesores nos dicen que existe una línea, una frontera que puede traer consecuencias si se es cruzada ¨No se metan con nadie¨ El rascar en la tierra e ir desnudando el interés que corrompe a las personas, el darnos cuenta de las cosas que suceden frente a nosotros y no percibimos, es cuando ya estamos del otro lado. No sabes hacia dónde correr, pues el golpe puede venir incluso de donde eres ¨protegido¨

¿Y la solución?

Ya existe un programa creado por el gobierno con el objetivo de salvaguardar sus vidas y la de su familia; aún así, son varios los que han sido asesinados formando parte de él.

Hagamos un momento de silencio por Alejandro Márquez de Nayarit, que murió al destapar actos ilícitos de funcionarios. Por las amenazas a Francisco Romero para después ser asesinado, por la muerte de María Elena Ferral Martínez y no olvidemos el asesinato de Miroslava Breach. Igualmente, por los activistas que lucharon hasta el final para dar voz. Por Abiram Hernández, Homero Gómez y Aline Sánchez. Por Marisela Escobedo…

Tres mil caracteres no alcanzan para escribir los nombres de todos aquellos periodistas y activistas mexicanos que han sido privados de la vida injustamente, mucho menos para describir la acción más valiente de cada uno de ellos. Por ello te invito a que googlees sus nombres. Ver solamente números nos obliga a cosificar de una manera inconsciente a todas estas personas. El día de hoy, los jóvenes no permitiremos que esto suceda, les recordaremos y les demostraremos que su trabajo y lucha no ha sido en vano.

Un gobierno que no solamente manifieste su condenación hacia estos crímenes, sino también garantice la existencia de aquellos que nos desvendan los ojos: Es un gobierno admirable.

Tal vez sus lápidas estén llenas de flores moradas, blancas, naranjas o amarillas, sus fotos estuvieron en los altares y sus nombres aparecieron en papel picado; pero, siguen siendo la llama viviente de un verdadero cambio. Hoy escribo por los que callaron.