/ viernes 1 de octubre de 2021

¿Por qué formar un grupo parlamentario plural en el Senado? 

El arranque de esta nueva legislatura y la segunda parte del sexenio nos llevó a reconocer dos hechos preocupantes:

1.- Que los problemas estructurales del país, en vez de solucionarse, cada vez se agudizan y

2.- Que el debate político cada día se crispa y polariza mas.

Las brechas y rezagos estructurales que se ha querido atender con nuevas propuestas por el gobierno de Morena no han logrado los resultados esperados y la realidad (no la oposición) está venciendo a la 4T. Basta reconocer los datos duros oficiales en materia de violencia, homicidios, feminicidios, narcocontrol de zonas y sectores, combate a la pobreza y la desigualdad, combate a la corrupción, inversión publica y privada, educación, salud, cambio climático, etc.

Pero la crispación y polarización política crece. El presidente promueve una narrativa maniquea de liberales-buenos vs conservadores-malos y la oposición muerde el anzuelo y se dedica a atacar al gobierno y capitalizar el miedo que genera en algunos sectores de la población en un disco rayado ensordecedor. Este formato nos tiene atrapados y sin salida previsible

Y reconocer estos dos hechos también nos permite anticipar que, si no hacemos nada diferente, para el 2024 la situación va a estar mas complicada y mas polarizada lo que constituye un caldo de cultivo propicio para el surgimiento de caudillismos radicales de derecha o de izquierda que capitalicen la irritación social.

No conviene propiciar que en México llegue un Jair Bolsonaro (populista de derecha) ni un Hugo Chávez (populista de izquierda). A lo que debiéramos aspirar es a tener una Ángela Merkel (moderada de centro). Ella ha gobernado 16 años Alemania y 12 de ellos lo ha hecho en una gran coalición, de su partido, la CDU, y el SPD. Su lema fue siempre: Die Mitte (el Centro). Es como si soñáramos que, en México, durante doce años gobernara una gran alianza: de la mejor versión del PAN (Demócrata Cristiano) y la versión que pretende ser Morena (Democracia Social). Hoy esa imagen es impensable por la polarización y hasta nos choca. Pero es una muestra de lo lejos que estamos del diálogo y la convivencia que han alcanzado en Alemania y el propio proyecto civilizatorio de la Unión Europea que demuestra la capacidad de inclusión en la pluralidad y la diversidad fortaleciendo los valores democráticos, la defensa de los derechos humanos y la sostenibilidad ecológica de su economía, sólida, pero con responsabilidad social.

Ese es el reto que tenemos en México, recuperar el centro político e ideológico en nuestro país. Recuperar el diálogo y construir acuerdos entre los diferentes. México es un país plural, megadiverso y pluriétinco. Con una falta de consenso de futuro.

Requerimos generar consensos y una visión de largo plazo en torno a nuestra idea de Estado: cuánto y qué tipo de gobierno; cuánto y qué tipo de mercado; cuánta y qué tipo de sociedad y participación ciudadana.

Debemos cambiar el tono y el tema. Salirnos de la trampa que nos paraliza e irrita. Los partidos políticos deben de cambiar y salirse de sus órbitas endogámicas para reencontrarse entre ellos y con la ciudadanía. Hoy, los partidos están coptados por dirigencias que privilegian el control de los espacios burocráticos partidistas y de las candidaturas en una lógica pragmática que daña la calidad democrática. La manera de salir de esta captura es abriendo la selección de los candidatos a la ciudadanía mediante el método PASO, Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias. El proceso electoral cuenta con dos momentos, la selección de los candidatos y la elección del funcionario. El segundo paso ya está democratizado por la elección y el control del árbitro confiable, el INE. Pero el primer momento, la selección del candidato, sigue estando monopolizada por las estructuras dominantes de los partidos que recurren a mecanismos de imposición por la vía del dedazo, las encuestas opacas o la votación directa de militancias corporativizadas. Ésta y otras ideas democratizadoras para recuperar la salud del sistema político y de la vida de los partidos son algunas de las ideas que estaremos impulsando en el Grupo Plural para fortalecer el centro político e ideológico que, como dijera Adlofo Suarez en la transición española: el centro como factor de equilibrio a la oferte bipolar. Al final de cuentas, la gran mayoría de los ciudadanos, son de centro moderado y no se identifican con posturas extremas.

Salvemos al espacio huérfano que tenemos en México fortaleciendo al Centro como postura política.

El arranque de esta nueva legislatura y la segunda parte del sexenio nos llevó a reconocer dos hechos preocupantes:

1.- Que los problemas estructurales del país, en vez de solucionarse, cada vez se agudizan y

2.- Que el debate político cada día se crispa y polariza mas.

Las brechas y rezagos estructurales que se ha querido atender con nuevas propuestas por el gobierno de Morena no han logrado los resultados esperados y la realidad (no la oposición) está venciendo a la 4T. Basta reconocer los datos duros oficiales en materia de violencia, homicidios, feminicidios, narcocontrol de zonas y sectores, combate a la pobreza y la desigualdad, combate a la corrupción, inversión publica y privada, educación, salud, cambio climático, etc.

Pero la crispación y polarización política crece. El presidente promueve una narrativa maniquea de liberales-buenos vs conservadores-malos y la oposición muerde el anzuelo y se dedica a atacar al gobierno y capitalizar el miedo que genera en algunos sectores de la población en un disco rayado ensordecedor. Este formato nos tiene atrapados y sin salida previsible

Y reconocer estos dos hechos también nos permite anticipar que, si no hacemos nada diferente, para el 2024 la situación va a estar mas complicada y mas polarizada lo que constituye un caldo de cultivo propicio para el surgimiento de caudillismos radicales de derecha o de izquierda que capitalicen la irritación social.

No conviene propiciar que en México llegue un Jair Bolsonaro (populista de derecha) ni un Hugo Chávez (populista de izquierda). A lo que debiéramos aspirar es a tener una Ángela Merkel (moderada de centro). Ella ha gobernado 16 años Alemania y 12 de ellos lo ha hecho en una gran coalición, de su partido, la CDU, y el SPD. Su lema fue siempre: Die Mitte (el Centro). Es como si soñáramos que, en México, durante doce años gobernara una gran alianza: de la mejor versión del PAN (Demócrata Cristiano) y la versión que pretende ser Morena (Democracia Social). Hoy esa imagen es impensable por la polarización y hasta nos choca. Pero es una muestra de lo lejos que estamos del diálogo y la convivencia que han alcanzado en Alemania y el propio proyecto civilizatorio de la Unión Europea que demuestra la capacidad de inclusión en la pluralidad y la diversidad fortaleciendo los valores democráticos, la defensa de los derechos humanos y la sostenibilidad ecológica de su economía, sólida, pero con responsabilidad social.

Ese es el reto que tenemos en México, recuperar el centro político e ideológico en nuestro país. Recuperar el diálogo y construir acuerdos entre los diferentes. México es un país plural, megadiverso y pluriétinco. Con una falta de consenso de futuro.

Requerimos generar consensos y una visión de largo plazo en torno a nuestra idea de Estado: cuánto y qué tipo de gobierno; cuánto y qué tipo de mercado; cuánta y qué tipo de sociedad y participación ciudadana.

Debemos cambiar el tono y el tema. Salirnos de la trampa que nos paraliza e irrita. Los partidos políticos deben de cambiar y salirse de sus órbitas endogámicas para reencontrarse entre ellos y con la ciudadanía. Hoy, los partidos están coptados por dirigencias que privilegian el control de los espacios burocráticos partidistas y de las candidaturas en una lógica pragmática que daña la calidad democrática. La manera de salir de esta captura es abriendo la selección de los candidatos a la ciudadanía mediante el método PASO, Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias. El proceso electoral cuenta con dos momentos, la selección de los candidatos y la elección del funcionario. El segundo paso ya está democratizado por la elección y el control del árbitro confiable, el INE. Pero el primer momento, la selección del candidato, sigue estando monopolizada por las estructuras dominantes de los partidos que recurren a mecanismos de imposición por la vía del dedazo, las encuestas opacas o la votación directa de militancias corporativizadas. Ésta y otras ideas democratizadoras para recuperar la salud del sistema político y de la vida de los partidos son algunas de las ideas que estaremos impulsando en el Grupo Plural para fortalecer el centro político e ideológico que, como dijera Adlofo Suarez en la transición española: el centro como factor de equilibrio a la oferte bipolar. Al final de cuentas, la gran mayoría de los ciudadanos, son de centro moderado y no se identifican con posturas extremas.

Salvemos al espacio huérfano que tenemos en México fortaleciendo al Centro como postura política.