/ lunes 8 de febrero de 2021

¿Por qué sirve un protocolo policiaco de género?

Es difícil entender lo que significa la violencia estructural de género, si no has sido víctima de ello, o no sabes cómo detectarla. Los chistes que caracterizan a las mujeres como locas, histéricas, objetos sexuales, femizasis, etc., la violencia verbal, la creencia de que las mujeres debemos ser orientadas o educadas por un hombre, la invizibilazacion de nuestro trabajo, ideas o voz, los piropos violentos o educados, la violencia física en nuestra contra, el asesinato de mujeres, todo esto y más es violencia estructural de género. Esta es una violencia con raíces profundas dentro de la sociedad, misma que aún la niega, la justifica y la invisibiliza. Como problema estructural, hay un camino muy largo para prevenirla y un día eliminarla. Un primer paso en este camino es la adecuada atención policial cuando una mujer está siendo víctima de la violencia en su propio hogar.

La violencia de género en contra de las mujeres en el ámbito familiar es un problema social que existe hace décadas y que incrementó por la cuarentena causada por el coronavirus. El necesario #QuédateEnCasa generó una crisis para muchas mujeres que ya eran violentadas en sus hogares o bien comenzaron a serlo debido al resguardo que impuso esta medida.

De acuerdo con los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en abril de 2020, cuando se instauró la cuarentena, se registraron: 337 mujeres asesinadas, es decir, 11.2 mujeres al día; el total de llamadas relacionadas con violencia sexual y/o familiar en contra de las mujeres fue de un promedio de 143 llamadas por hora. Finalmente, la tasa de apertura de investigaciones penales por violencia familiar desde que el delito comenzó a ser registrado en el país en 2015.


El estudio de la organización Equis. Justicia para las Mujeres: “Las dos pandemias. Violencia contra las mujeres en México en el contexto del Covid-19”, señala que la Red Nacional de Refugios registró un aumento en las atenciones, acompañamientos y orientaciones brindadas entre marzo y mayo de 2020, periodo en el que atendió a 12 mil 710 mujeres, niñas y niños a través de llamadas y mensajes de auxilio, así como a través de espacios de prevención y protección.


Como respuesta, en la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), a través de su secretaria técnica, elaboramos e implementamos el Protocolo Nacional de Actuación Policial para la Atención a la Violencia de Género contra las Mujeres en el Ámbito Familiar.

El Protocolo busca que los policías, como primeros respondientes ante una situación de violencia, cuenten con un procedimiento adecuado, efectivo y con una perspectiva objetiva orientada al respeto de las garantías y derechos de las mujeres.

Con esta herramienta, los policías podrán identificar oportunamente los casos de violencia; implementar acciones para la protección y seguridad de las víctimas, así como aportar elementos necesarios para la investigación de los hechos; identificar las necesidades de las víctimas; orientar a las mujeres con alternativas que apoyen su enfrentamiento con la violencia que padecen; evitar la revictimización, y salvaguardar su integridad física, emocional y sexual.

¿Por qué es importante este protocolo? Contar con policías capacitados y con perspectiva de género coadyuvará en la oportuna detección de violencia y una vez sistematizada la información, evitará que lleguemos al caso más extremo de ésta, el feminicidio. Esa es sin duda la finalidad de este Protocolo y un anhelo para la “otra mitad”, que aún vivimos día a día con una violencia que nos grita en la cara que debe ser erradicada.


Es difícil entender lo que significa la violencia estructural de género, si no has sido víctima de ello, o no sabes cómo detectarla. Los chistes que caracterizan a las mujeres como locas, histéricas, objetos sexuales, femizasis, etc., la violencia verbal, la creencia de que las mujeres debemos ser orientadas o educadas por un hombre, la invizibilazacion de nuestro trabajo, ideas o voz, los piropos violentos o educados, la violencia física en nuestra contra, el asesinato de mujeres, todo esto y más es violencia estructural de género. Esta es una violencia con raíces profundas dentro de la sociedad, misma que aún la niega, la justifica y la invisibiliza. Como problema estructural, hay un camino muy largo para prevenirla y un día eliminarla. Un primer paso en este camino es la adecuada atención policial cuando una mujer está siendo víctima de la violencia en su propio hogar.

La violencia de género en contra de las mujeres en el ámbito familiar es un problema social que existe hace décadas y que incrementó por la cuarentena causada por el coronavirus. El necesario #QuédateEnCasa generó una crisis para muchas mujeres que ya eran violentadas en sus hogares o bien comenzaron a serlo debido al resguardo que impuso esta medida.

De acuerdo con los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en abril de 2020, cuando se instauró la cuarentena, se registraron: 337 mujeres asesinadas, es decir, 11.2 mujeres al día; el total de llamadas relacionadas con violencia sexual y/o familiar en contra de las mujeres fue de un promedio de 143 llamadas por hora. Finalmente, la tasa de apertura de investigaciones penales por violencia familiar desde que el delito comenzó a ser registrado en el país en 2015.


El estudio de la organización Equis. Justicia para las Mujeres: “Las dos pandemias. Violencia contra las mujeres en México en el contexto del Covid-19”, señala que la Red Nacional de Refugios registró un aumento en las atenciones, acompañamientos y orientaciones brindadas entre marzo y mayo de 2020, periodo en el que atendió a 12 mil 710 mujeres, niñas y niños a través de llamadas y mensajes de auxilio, así como a través de espacios de prevención y protección.


Como respuesta, en la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), a través de su secretaria técnica, elaboramos e implementamos el Protocolo Nacional de Actuación Policial para la Atención a la Violencia de Género contra las Mujeres en el Ámbito Familiar.

El Protocolo busca que los policías, como primeros respondientes ante una situación de violencia, cuenten con un procedimiento adecuado, efectivo y con una perspectiva objetiva orientada al respeto de las garantías y derechos de las mujeres.

Con esta herramienta, los policías podrán identificar oportunamente los casos de violencia; implementar acciones para la protección y seguridad de las víctimas, así como aportar elementos necesarios para la investigación de los hechos; identificar las necesidades de las víctimas; orientar a las mujeres con alternativas que apoyen su enfrentamiento con la violencia que padecen; evitar la revictimización, y salvaguardar su integridad física, emocional y sexual.

¿Por qué es importante este protocolo? Contar con policías capacitados y con perspectiva de género coadyuvará en la oportuna detección de violencia y una vez sistematizada la información, evitará que lleguemos al caso más extremo de ésta, el feminicidio. Esa es sin duda la finalidad de este Protocolo y un anhelo para la “otra mitad”, que aún vivimos día a día con una violencia que nos grita en la cara que debe ser erradicada.