/ viernes 6 de diciembre de 2019

Por qué soy obradorista

La ocasión la pintan calva

para poder referir…

lo que me han de desmentir,

si a alguno verdad lo salva.


Me preocupa que los principales rotativos en la ciudad de Chihuahua mencionen en primera plana: una “marcha fifí”, de protesta contra AMLO en la Cd. de México, con cerca de cinco mil personas –con múltiples sirvientes acarreados- y una reunión en la Plaza del Ángel local; y en páginas interiores con mínimo espacio, describen el primer informe anual de Gobierno, a donde asistieron 250 mil personas. Esto nos habla de un afecto muy liminal hacia el “grupo fifí”, y un desafecto hacia el gobierno de AMLO. Pero también refleja cabalmente el estado de la cosa política en el país, el 99.5% con AMLO, y el .5% es la disidencia nacional; disidencia permanente de oscuros patrocinadores y evidentemente ligados en una mafia de intereses al PAN, y sus múltiples tentáculos. Ya no nos cabe duda que las grandes corporaciones comerciales nacionales han definido un enemigo común en AMLO, las que si actuaran con inteligencia ya se habrían adecuado en un compromiso de solidaridad y conveniencia; los tiempos y las circunstancias idas no se pueden retrotraer a voluntad o por capricho, enfado o enojo; los tiempos y las condiciones idas ya no regresarán; hay que adecuarse a las más razonables, honestas y reducidas ganancias.

Pero ahora sí, al grano… hubo alguno o algunos que no les gustó mi tesis de mi artículo próximo pasado, donde señalo que la disidencia de AMLO está sustentada primero en antagonismo de partido; un PRIAN resentido por haber sido derrotado por una mayoría abrumadora, como nunca en la historia del país; este grupo se ha convertido en un grupo reaccionario, fundamentalmente constituido por los panistas aparentes y los camuflados, dueños de los mayores capitales de México, individuos de doble moral, que lo que menos les interesa es la honestidad.

Y un segundo grupo mayormente virulento, corrosivo y letal, constituido por ciudadanos deshonestos; corruptos de todos los partidos cuya divisa existencial ha sido “la transa”, “el que no transa no avanza”. Personas de todas las condiciones sociales que no creen en la honestidad, ni que ellos puedan llegar a serlo; hijos de funcionarios y burócratas corruptos, que han vivido en la deshonestidad desde que ellos estaban “in útero”, hasta su actividad actual, en la que aun pudiendo ser honestos, subyace siempre la deshonestidad como el mejor mecanismo de supervivencia. Aceptar a AMLO, su política y su filosofía, es reconocer su realidad de corrupción hereditaria y de su deshonestidad manifiesta.

Según ellos, a AMLO y a la honestidad hay que odiarla, descalificarla como alternativa de un mejor país, y opinan que México debe seguir siendo… un país de deshonestas oportunidades.

Así las cosas, alguien se tomó la molestia de enviarme a través de un conocido, un mensaje que a la letra reza: “De que la perra es brava hasta los de casa muerde. De los que de la ubre mamaron y la leche a la vaca le acabaron, con Morena se juntaron e incorruptos se transformaron. Y de su pasado se olvidaron. ¿De qué se enfermó Visconti, que tira tan duro en su artículo reciente? Sic”. Con este verso “mamón” –habla de mamar- buscan mi perdición.

Hacer una réplica, aclarar y contestar, me permite dar a conocer mi opinión; ya que incluso tengo compañeros de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua, AC, que desconociendo que soy fundador del partido político de Morena local, todavía creen que milito en las fuerzas del PRI, un partido que se degeneró hasta sus últimas consecuencias cuando llegó al poder Carlos Salinas de Gortari, el mayor protector de los poderosos de México. Y de la globalización –neoliberal- nacional. Continuará…

La ocasión la pintan calva

para poder referir…

lo que me han de desmentir,

si a alguno verdad lo salva.


Me preocupa que los principales rotativos en la ciudad de Chihuahua mencionen en primera plana: una “marcha fifí”, de protesta contra AMLO en la Cd. de México, con cerca de cinco mil personas –con múltiples sirvientes acarreados- y una reunión en la Plaza del Ángel local; y en páginas interiores con mínimo espacio, describen el primer informe anual de Gobierno, a donde asistieron 250 mil personas. Esto nos habla de un afecto muy liminal hacia el “grupo fifí”, y un desafecto hacia el gobierno de AMLO. Pero también refleja cabalmente el estado de la cosa política en el país, el 99.5% con AMLO, y el .5% es la disidencia nacional; disidencia permanente de oscuros patrocinadores y evidentemente ligados en una mafia de intereses al PAN, y sus múltiples tentáculos. Ya no nos cabe duda que las grandes corporaciones comerciales nacionales han definido un enemigo común en AMLO, las que si actuaran con inteligencia ya se habrían adecuado en un compromiso de solidaridad y conveniencia; los tiempos y las circunstancias idas no se pueden retrotraer a voluntad o por capricho, enfado o enojo; los tiempos y las condiciones idas ya no regresarán; hay que adecuarse a las más razonables, honestas y reducidas ganancias.

Pero ahora sí, al grano… hubo alguno o algunos que no les gustó mi tesis de mi artículo próximo pasado, donde señalo que la disidencia de AMLO está sustentada primero en antagonismo de partido; un PRIAN resentido por haber sido derrotado por una mayoría abrumadora, como nunca en la historia del país; este grupo se ha convertido en un grupo reaccionario, fundamentalmente constituido por los panistas aparentes y los camuflados, dueños de los mayores capitales de México, individuos de doble moral, que lo que menos les interesa es la honestidad.

Y un segundo grupo mayormente virulento, corrosivo y letal, constituido por ciudadanos deshonestos; corruptos de todos los partidos cuya divisa existencial ha sido “la transa”, “el que no transa no avanza”. Personas de todas las condiciones sociales que no creen en la honestidad, ni que ellos puedan llegar a serlo; hijos de funcionarios y burócratas corruptos, que han vivido en la deshonestidad desde que ellos estaban “in útero”, hasta su actividad actual, en la que aun pudiendo ser honestos, subyace siempre la deshonestidad como el mejor mecanismo de supervivencia. Aceptar a AMLO, su política y su filosofía, es reconocer su realidad de corrupción hereditaria y de su deshonestidad manifiesta.

Según ellos, a AMLO y a la honestidad hay que odiarla, descalificarla como alternativa de un mejor país, y opinan que México debe seguir siendo… un país de deshonestas oportunidades.

Así las cosas, alguien se tomó la molestia de enviarme a través de un conocido, un mensaje que a la letra reza: “De que la perra es brava hasta los de casa muerde. De los que de la ubre mamaron y la leche a la vaca le acabaron, con Morena se juntaron e incorruptos se transformaron. Y de su pasado se olvidaron. ¿De qué se enfermó Visconti, que tira tan duro en su artículo reciente? Sic”. Con este verso “mamón” –habla de mamar- buscan mi perdición.

Hacer una réplica, aclarar y contestar, me permite dar a conocer mi opinión; ya que incluso tengo compañeros de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua, AC, que desconociendo que soy fundador del partido político de Morena local, todavía creen que milito en las fuerzas del PRI, un partido que se degeneró hasta sus últimas consecuencias cuando llegó al poder Carlos Salinas de Gortari, el mayor protector de los poderosos de México. Y de la globalización –neoliberal- nacional. Continuará…