/ sábado 27 de octubre de 2018

Predial y consulta AIM

La propuesta de Maru Campus para incrementar el Impuesto Predial hasta en un 22% ha provocado enérgicas protestas y la oportunidad de lucirse especialmente para los regidores y diputados morenos, donde no han faltado los liderazgos y las plumas enemigas y a dieta de los pitufo gobiernos.

A nadie nos gusta pagar más los impuestos, después de los miles de casos de corrupción que detonan el sospechosismo, sobre la forma y transparencia con que se aplican los dineros públicos, pero este incremento sucede en la coyuntura de la incertidumbre fiscal que se avecina para los gobiernos estatales y municipales en el 2019.

Porque el gobierno de López Obrador no ha encontrado ahorros suficientes para cumplir sus desmesuradas promesas, especialmente las ofrecidas a los pensionados y a los jóvenes. Lo cual permite razonablemente anticipar que los recursos federales para el municipio de Chihuahua y del resto del estado fluirán con lentitud e inclusive podrían retrasarse más de lo normal el próximo año.

Sin considerar que desde el 2015 el Impuesto Predial en nuestra ciudad no se ha incrementado, en esta ocasión la propuesta de elevarlo, aunque nos duela y encabrite, resulta oportuna y responsable.

El tema de la consulta Morena sobre si el nuevo AIM se seguirá construyendo en Texcoco o se acudirá a los malabares circenses de habilitar Santa Lucía utilizando los aeropuertos de Toluca y el existente en la Ciudad de México también está conectado con temas económicos y financieros que nos deben alarmar.

Al considerar que la inmensa mayoría de los estudios de factibilidad serios para tomar la decisión antagonizan con la promesa electoral de AMLO de enterrar el proyecto en Texcoco, salvo el último estudio vacilada realizado por una filial del fabricante de aviones franceses Airbus, que no se especializa en diseño de aeropuertos sino de software para las aeronaves.

Los resultados del primer día de la consulta vacilada tocaron casi el ridículo, cuando la aplicación para teléfonos celulares mediante la cual se controlaría la consulta, para evitar que un ciudadano votara en varias ocasiones, simplemente falló, y la página de internet donde uno podría localizar las mesas de votación dejó de funcionar, mientras los senadores de Morena se retiraron del salón de sesiones para evitar que PAN y PRI exhibieran el ridículo del día.

El emperramiento de los morenos por enterrar el proyecto del aeropuerto en Texcoco, en esta ocasión rebasa por mucho los límites el tradicional surrealismo político mexicano, porque lo que está en juego no son sólo los cientos de miles de millones en indemnizaciones que le costaría al gobierno de AMLO por detener el proyecto de Texcoco.

Lo que está en juego es la confianza internacional de la inversión y los inversionistas extranjeros en México, así como la parálisis de la inversión privada nacional en los proyectos de infraestructura del gobierno federal durante un sexenio, así como su impacto en la creación y conservación de empleos, el precio del dólar y la inflación, en pocas palabras en nuestros bolsillos y la economía familiar.


La propuesta de Maru Campus para incrementar el Impuesto Predial hasta en un 22% ha provocado enérgicas protestas y la oportunidad de lucirse especialmente para los regidores y diputados morenos, donde no han faltado los liderazgos y las plumas enemigas y a dieta de los pitufo gobiernos.

A nadie nos gusta pagar más los impuestos, después de los miles de casos de corrupción que detonan el sospechosismo, sobre la forma y transparencia con que se aplican los dineros públicos, pero este incremento sucede en la coyuntura de la incertidumbre fiscal que se avecina para los gobiernos estatales y municipales en el 2019.

Porque el gobierno de López Obrador no ha encontrado ahorros suficientes para cumplir sus desmesuradas promesas, especialmente las ofrecidas a los pensionados y a los jóvenes. Lo cual permite razonablemente anticipar que los recursos federales para el municipio de Chihuahua y del resto del estado fluirán con lentitud e inclusive podrían retrasarse más de lo normal el próximo año.

Sin considerar que desde el 2015 el Impuesto Predial en nuestra ciudad no se ha incrementado, en esta ocasión la propuesta de elevarlo, aunque nos duela y encabrite, resulta oportuna y responsable.

El tema de la consulta Morena sobre si el nuevo AIM se seguirá construyendo en Texcoco o se acudirá a los malabares circenses de habilitar Santa Lucía utilizando los aeropuertos de Toluca y el existente en la Ciudad de México también está conectado con temas económicos y financieros que nos deben alarmar.

Al considerar que la inmensa mayoría de los estudios de factibilidad serios para tomar la decisión antagonizan con la promesa electoral de AMLO de enterrar el proyecto en Texcoco, salvo el último estudio vacilada realizado por una filial del fabricante de aviones franceses Airbus, que no se especializa en diseño de aeropuertos sino de software para las aeronaves.

Los resultados del primer día de la consulta vacilada tocaron casi el ridículo, cuando la aplicación para teléfonos celulares mediante la cual se controlaría la consulta, para evitar que un ciudadano votara en varias ocasiones, simplemente falló, y la página de internet donde uno podría localizar las mesas de votación dejó de funcionar, mientras los senadores de Morena se retiraron del salón de sesiones para evitar que PAN y PRI exhibieran el ridículo del día.

El emperramiento de los morenos por enterrar el proyecto del aeropuerto en Texcoco, en esta ocasión rebasa por mucho los límites el tradicional surrealismo político mexicano, porque lo que está en juego no son sólo los cientos de miles de millones en indemnizaciones que le costaría al gobierno de AMLO por detener el proyecto de Texcoco.

Lo que está en juego es la confianza internacional de la inversión y los inversionistas extranjeros en México, así como la parálisis de la inversión privada nacional en los proyectos de infraestructura del gobierno federal durante un sexenio, así como su impacto en la creación y conservación de empleos, el precio del dólar y la inflación, en pocas palabras en nuestros bolsillos y la economía familiar.