/ jueves 8 de marzo de 2018

PRI-Morena vs. PAN

La embestida de la PGR en contra de Ricardo Anaya es una verdadera celebración a la corrupción y el uso faccioso de las instituciones, embestida en contra del adversario político que amenaza con ganar la contienda, ha salvado todos los misiles que el PRI-Gobierno ha dirigido en contra del abanderado de la coalición Por México al Frente.

Persecución feroz, que como perro de caza, no le da reposo a su presa, un día sí y otro también, sale en la primera plana del periódico El Universal, vocero oficial del sistema, sumando ya 23 primeras planas en poco más de un mes, con el ataque sistemático y metódico, resultado de una meticulosa planeación e investigación estratégica, con el único fin de desbancar del segundo lugar de la contienda presidencial al queretano.

Como decía Juan Gabriel (q.e.p.d.): “Qué cinismo, que ni vergüenza  tienen…”, así lo deberían hacer con todos los casos de la verdadera corrupción, la “casa blanca”, Odebrecht, la “estafa maestra” de Sedesol y Sedatu, los 43 estudiantes de Ayotzinapa, y un largo etc., etc., etc., cuando han sido omisos, encubriendo al más puro y desvergonzado estilo priista, han dejado pasar, es más, han protegido, claro que lo sabemos aquí, a los diversos y variados pillos de la nación. Por otro lado, quieren inventar delincuentes para poder justificar su marcada corrupción e ineficiencia y falta de resultados.

Investigaciones interminables, declaraciones incompletas, interpretaciones de verdades a medias, pruebas inventadas y claras omisiones, dan sentido a una acusación sin sentido, donde su único objetivo es intentar acabar con el adversario político.

Hoy en día, el monopolio político del Estado dejó de ser el mismo, después de la alternancia del año 2000, cuando terminó el primer periodo del gobierno priista. Con la regresión que vivimos a partir del 2012, segundo (quizá último) gobierno priista, donde, con la aparición de los medios electrónicos y las redes sociales así como de los medios emergentes, o sea, los no oficiales, perdieron la hegemonía mediática que caracterizó y facilitó el control total de la oposición y sus detractores en los años anteriores, menospreciando esta nueva línea de comunicación y sin darse cuenta de lo verdaderamente poderoso que iban a resultar estos medios, siguieron insistiendo en una formato que ya no daba resultados, obsoleto pues.

La embestida sistémica con acciones como esta no benefician ni a la democracia ni a nadie, enturbian los sentidos y enrarecen el ambiente, es más, ni siquiera a los mismos priistas les ha resultado benéfica esta estrategia, en las encuestas semanales, AMLO sigue estable con una preferencia electoral que ronda los treintas, Ricardo Anaya ha tenido un sensible pero sostenido crecimiento acumulando ya más de 12 semanas de permanente y constante crecimiento, siendo el único con esta característica, mientras que el abanderado de la alianza Todos por México, José A Meade, empieza a manifestar los efectos negativos de la pésima elección en su estrategia de campaña, con una caída permanente rondando ya en los 14 puntos porcentuales.

Las declaraciones de Ricardo Anaya sobre la persecución de los delitos pendientes de perseguir de la actual administración y el anuncio de AMLO de la total impunidad a todo el que se someta a sus designios, avizoran un acercamiento PRI-Morena y como lo dice Aguilar Camín: “El fin del eje PRI-AN sería el principio del eje Morena-PRI, en muchos sentidos un eje PRI-PRI”.

 

La embestida de la PGR en contra de Ricardo Anaya es una verdadera celebración a la corrupción y el uso faccioso de las instituciones, embestida en contra del adversario político que amenaza con ganar la contienda, ha salvado todos los misiles que el PRI-Gobierno ha dirigido en contra del abanderado de la coalición Por México al Frente.

Persecución feroz, que como perro de caza, no le da reposo a su presa, un día sí y otro también, sale en la primera plana del periódico El Universal, vocero oficial del sistema, sumando ya 23 primeras planas en poco más de un mes, con el ataque sistemático y metódico, resultado de una meticulosa planeación e investigación estratégica, con el único fin de desbancar del segundo lugar de la contienda presidencial al queretano.

Como decía Juan Gabriel (q.e.p.d.): “Qué cinismo, que ni vergüenza  tienen…”, así lo deberían hacer con todos los casos de la verdadera corrupción, la “casa blanca”, Odebrecht, la “estafa maestra” de Sedesol y Sedatu, los 43 estudiantes de Ayotzinapa, y un largo etc., etc., etc., cuando han sido omisos, encubriendo al más puro y desvergonzado estilo priista, han dejado pasar, es más, han protegido, claro que lo sabemos aquí, a los diversos y variados pillos de la nación. Por otro lado, quieren inventar delincuentes para poder justificar su marcada corrupción e ineficiencia y falta de resultados.

Investigaciones interminables, declaraciones incompletas, interpretaciones de verdades a medias, pruebas inventadas y claras omisiones, dan sentido a una acusación sin sentido, donde su único objetivo es intentar acabar con el adversario político.

Hoy en día, el monopolio político del Estado dejó de ser el mismo, después de la alternancia del año 2000, cuando terminó el primer periodo del gobierno priista. Con la regresión que vivimos a partir del 2012, segundo (quizá último) gobierno priista, donde, con la aparición de los medios electrónicos y las redes sociales así como de los medios emergentes, o sea, los no oficiales, perdieron la hegemonía mediática que caracterizó y facilitó el control total de la oposición y sus detractores en los años anteriores, menospreciando esta nueva línea de comunicación y sin darse cuenta de lo verdaderamente poderoso que iban a resultar estos medios, siguieron insistiendo en una formato que ya no daba resultados, obsoleto pues.

La embestida sistémica con acciones como esta no benefician ni a la democracia ni a nadie, enturbian los sentidos y enrarecen el ambiente, es más, ni siquiera a los mismos priistas les ha resultado benéfica esta estrategia, en las encuestas semanales, AMLO sigue estable con una preferencia electoral que ronda los treintas, Ricardo Anaya ha tenido un sensible pero sostenido crecimiento acumulando ya más de 12 semanas de permanente y constante crecimiento, siendo el único con esta característica, mientras que el abanderado de la alianza Todos por México, José A Meade, empieza a manifestar los efectos negativos de la pésima elección en su estrategia de campaña, con una caída permanente rondando ya en los 14 puntos porcentuales.

Las declaraciones de Ricardo Anaya sobre la persecución de los delitos pendientes de perseguir de la actual administración y el anuncio de AMLO de la total impunidad a todo el que se someta a sus designios, avizoran un acercamiento PRI-Morena y como lo dice Aguilar Camín: “El fin del eje PRI-AN sería el principio del eje Morena-PRI, en muchos sentidos un eje PRI-PRI”.