/ sábado 20 de octubre de 2018

¿Primero la familia o la empresa? (Última parte)

¿Organizar primero los asuntos familiares y poner la casa en orden, o primero la organización de los asuntos de propiedad y dirección del negocio?


Continúo con los apuntes del caso ilustrativo que sirve para discusión en su familia empresaria: ¿Qué se ordena primero? ¿La empresa o la familia? En el orden de ideas que habíamos comentado, el primer reto que enfrentó el nuevo Consejo de Administración fue la búsqueda y selección del nuevo director.

De los candidatos presentados al consejo, uno cumplía con todas las exigencias del perfil, y por su actitud, competencias y experiencia, fue seleccionado. Sin embargo, antes de oficializar su nombramiento, fue presentado a los accionistas, de quienes se requería su aprobación.

Un accionista y director comercial evaluó el proceso en cuanto a si haber trabajado primero en el gobierno de la empresa fue positivo, y comentó: los cambios que se han hecho en la conformación del consejo y la manera como trabaja han sido muy importantes. Le han permitido a los socios y a los principales directivos entender la importancia de esos cambios. Cuando los accionistas hablan ahora de esos temas ya tienen conocimiento, lo que les permite durante las discusiones ser mucho más profundos. Si hubieran trabajado los acuerdos de la familia antes que los de gobierno de la empresa, el acuerdo habría sido muy superficial.

Uno de los consejeros independientes del nuevo consejo, con amplia experiencia en empresas familiares, igualmente respondió: nombrar un consejo con dos miembros independientes permitió tener discusiones que posiblemente antes no existían y ayudaron a que socios y directivos entendieran mejor la importancia del gobierno del negocio. Esos debates fueron la semilla para que los accionistas entendieran mejor los temas, y esto sin duda facilitó el buen avance en los acuerdos de las familias.

Algunas familias accionistas conscientes de la importancia del gobierno empresarial anualmente reúnen a los herederos maduros profesional y emocionalmente hablando, y los envían a cursos especiales de gobierno corporativo, con el fin de prepararlos para sus futuras responsabilidades como accionistas.

Además, les enseñan principios familiares tales como: permanencia, cambio y crecimiento. El primero, estudiar y conservar los valores de los fundadores: trabajo duro y honestidad; el segundo: estar abiertos a las nuevas tecnologías y a la investigación; el tercero: buscar nuevos mercados, nuevos negocios y nuevos productos. No es de extrañar que con esa política las empresas perduren a lo largo de los años y la propiedad aún se conserve en manos de la familia fundadora.

Finalmente se agrega a las conclusiones que la mayoría de los Protocolos Familiares en Latinoamérica no cumplen con las expectativas de las familias por el desconocimiento de las familias empresarias de la importancia del gobierno corporativo y la ausencia de éste en sus empresas.



¿Organizar primero los asuntos familiares y poner la casa en orden, o primero la organización de los asuntos de propiedad y dirección del negocio?


Continúo con los apuntes del caso ilustrativo que sirve para discusión en su familia empresaria: ¿Qué se ordena primero? ¿La empresa o la familia? En el orden de ideas que habíamos comentado, el primer reto que enfrentó el nuevo Consejo de Administración fue la búsqueda y selección del nuevo director.

De los candidatos presentados al consejo, uno cumplía con todas las exigencias del perfil, y por su actitud, competencias y experiencia, fue seleccionado. Sin embargo, antes de oficializar su nombramiento, fue presentado a los accionistas, de quienes se requería su aprobación.

Un accionista y director comercial evaluó el proceso en cuanto a si haber trabajado primero en el gobierno de la empresa fue positivo, y comentó: los cambios que se han hecho en la conformación del consejo y la manera como trabaja han sido muy importantes. Le han permitido a los socios y a los principales directivos entender la importancia de esos cambios. Cuando los accionistas hablan ahora de esos temas ya tienen conocimiento, lo que les permite durante las discusiones ser mucho más profundos. Si hubieran trabajado los acuerdos de la familia antes que los de gobierno de la empresa, el acuerdo habría sido muy superficial.

Uno de los consejeros independientes del nuevo consejo, con amplia experiencia en empresas familiares, igualmente respondió: nombrar un consejo con dos miembros independientes permitió tener discusiones que posiblemente antes no existían y ayudaron a que socios y directivos entendieran mejor la importancia del gobierno del negocio. Esos debates fueron la semilla para que los accionistas entendieran mejor los temas, y esto sin duda facilitó el buen avance en los acuerdos de las familias.

Algunas familias accionistas conscientes de la importancia del gobierno empresarial anualmente reúnen a los herederos maduros profesional y emocionalmente hablando, y los envían a cursos especiales de gobierno corporativo, con el fin de prepararlos para sus futuras responsabilidades como accionistas.

Además, les enseñan principios familiares tales como: permanencia, cambio y crecimiento. El primero, estudiar y conservar los valores de los fundadores: trabajo duro y honestidad; el segundo: estar abiertos a las nuevas tecnologías y a la investigación; el tercero: buscar nuevos mercados, nuevos negocios y nuevos productos. No es de extrañar que con esa política las empresas perduren a lo largo de los años y la propiedad aún se conserve en manos de la familia fundadora.

Finalmente se agrega a las conclusiones que la mayoría de los Protocolos Familiares en Latinoamérica no cumplen con las expectativas de las familias por el desconocimiento de las familias empresarias de la importancia del gobierno corporativo y la ausencia de éste en sus empresas.