/ jueves 21 de octubre de 2021

Punto y aparte |  25 años de maestro universitario

“No es el conocimiento, sino el acto del aprendizaje el que concede el mejor disfrute” Gauss -

Todos tenemos adheridos en la memoria a algún maestro en las diferentes etapas educativas de nuestra vida, ya sea porque es al que más le entendíamos, el que nos caía mejor o por ser el más regañón, el caso es que lo recordamos y eso es lo que importa. La nostalgia y el cariño traen la presencia de la maestra Eloísa, de la Primaria Melchor Guaspe; del temible profesor de inglés Víctor Luis Terrazas, de la Secundaria Estatal No. 5; del profesor Roberto Limas, que nos impartía la clase de biología en el Bachilleres No. 2, y de mi estimado profesor universitario Silvio Márquez, quien de alguna manera me motivó a dedicarme al mundo de las finanzas. Todos ellos siguen estando aquí, conmigo.


Si bien es cierto que nuestros logros en la vida son debido al esfuerzo que dedicamos día con día para salir adelante en este mundo que cada vez nos grita que le echemos la mano, es de reconocer también la labor de todos los maestros que tuvimos en nuestra existencia para la obtención de dichos éxitos. Prueba de ello es este preciso momento en el que me acompañas leyendo estas letras y que lo podemos hacer gracias al amor de esos seres que se dedican a la hermosa profesión de la enseñanza.


Los tiempos en que el maestro imponía su disciplina, hablaba, dictaba y explicaba mientras el alumno sólo escuchaba, escribía y se grababa de memoria lo escrito para acreditar el molesto examen quedaron atrás con el nuevo modelo educativo, donde la formación se centra más en la persona. En tiempos modernos, de este globalizado mundo, el maestro tiene que observar y detectar las habilidades de los jóvenes y dialogar con ellos sobre sus criterios en relación a algún tema en particular fortaleciendo en ellos los principios y valores éticos que conlleva toda profesión. Al alumno que no sea participativo, pero sobre todo comprometido consigo mismo y con la sociedad, seguramente se le dificultará más que a otros el momento de querer desempeñar su actividad profesional.


Hace algunos ayeres, el gusto por la enseñanza me encaminó a dar clases en una preparatoria de la ciudad para de ahí pasar al Colegio de Bachilleres No. 3, turno vespertino; escuelas que sirvieron de base para que después de ingresar como maestro adjunto del director de la Facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Autónoma de Chihuahua, fuera invitado como maestro titular en octubre de 1996 con la materia de Finanzas para los estudiantes de los primeros semestres; desde ese entonces y hasta la fecha, el amor por el aula sigue estando presente y aunque ahora, por las condiciones pandémicas, lo hacemos de manera virtual, el reto ha sido cumplido satisfactoriamente gracias a las herramientas, los cursos y las plataformas que nuestra máxima casa de estudios nos ha brindado a docentes y alumnos; bien por ello.


Ser maestro representa mucho más de lo que pudiera expresar en este espacio, la educación continúa siendo el motor de la esperanza para que avancemos a un mejor mañana; los conflictos y las dificultades se seguirán presentando siempre en todo camino, así es la vida, pero es un motivo de orgullo poder transitar parte de ese camino junto con quienes sueñan con un mejor país, con un mejor mundo, se aprende mucho de ellos. Seguro que sí.




Punto y aparte.




Una felicitación a los consejeros del Instituto Estatal Electoral por su informe final de actividades, en especial a su presidenta, la Dra. Claudia Espino.




Presidente de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua.




aruedam@hotmail.com



“No es el conocimiento, sino el acto del aprendizaje el que concede el mejor disfrute” Gauss -

Todos tenemos adheridos en la memoria a algún maestro en las diferentes etapas educativas de nuestra vida, ya sea porque es al que más le entendíamos, el que nos caía mejor o por ser el más regañón, el caso es que lo recordamos y eso es lo que importa. La nostalgia y el cariño traen la presencia de la maestra Eloísa, de la Primaria Melchor Guaspe; del temible profesor de inglés Víctor Luis Terrazas, de la Secundaria Estatal No. 5; del profesor Roberto Limas, que nos impartía la clase de biología en el Bachilleres No. 2, y de mi estimado profesor universitario Silvio Márquez, quien de alguna manera me motivó a dedicarme al mundo de las finanzas. Todos ellos siguen estando aquí, conmigo.


Si bien es cierto que nuestros logros en la vida son debido al esfuerzo que dedicamos día con día para salir adelante en este mundo que cada vez nos grita que le echemos la mano, es de reconocer también la labor de todos los maestros que tuvimos en nuestra existencia para la obtención de dichos éxitos. Prueba de ello es este preciso momento en el que me acompañas leyendo estas letras y que lo podemos hacer gracias al amor de esos seres que se dedican a la hermosa profesión de la enseñanza.


Los tiempos en que el maestro imponía su disciplina, hablaba, dictaba y explicaba mientras el alumno sólo escuchaba, escribía y se grababa de memoria lo escrito para acreditar el molesto examen quedaron atrás con el nuevo modelo educativo, donde la formación se centra más en la persona. En tiempos modernos, de este globalizado mundo, el maestro tiene que observar y detectar las habilidades de los jóvenes y dialogar con ellos sobre sus criterios en relación a algún tema en particular fortaleciendo en ellos los principios y valores éticos que conlleva toda profesión. Al alumno que no sea participativo, pero sobre todo comprometido consigo mismo y con la sociedad, seguramente se le dificultará más que a otros el momento de querer desempeñar su actividad profesional.


Hace algunos ayeres, el gusto por la enseñanza me encaminó a dar clases en una preparatoria de la ciudad para de ahí pasar al Colegio de Bachilleres No. 3, turno vespertino; escuelas que sirvieron de base para que después de ingresar como maestro adjunto del director de la Facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Autónoma de Chihuahua, fuera invitado como maestro titular en octubre de 1996 con la materia de Finanzas para los estudiantes de los primeros semestres; desde ese entonces y hasta la fecha, el amor por el aula sigue estando presente y aunque ahora, por las condiciones pandémicas, lo hacemos de manera virtual, el reto ha sido cumplido satisfactoriamente gracias a las herramientas, los cursos y las plataformas que nuestra máxima casa de estudios nos ha brindado a docentes y alumnos; bien por ello.


Ser maestro representa mucho más de lo que pudiera expresar en este espacio, la educación continúa siendo el motor de la esperanza para que avancemos a un mejor mañana; los conflictos y las dificultades se seguirán presentando siempre en todo camino, así es la vida, pero es un motivo de orgullo poder transitar parte de ese camino junto con quienes sueñan con un mejor país, con un mejor mundo, se aprende mucho de ellos. Seguro que sí.




Punto y aparte.




Una felicitación a los consejeros del Instituto Estatal Electoral por su informe final de actividades, en especial a su presidenta, la Dra. Claudia Espino.




Presidente de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua.




aruedam@hotmail.com