/ jueves 28 de febrero de 2019

Punto y aparte

Vino

“El vino es la cosa más civilizada del mundo”


- Ernest Hemingway -

La vida está llena de placeres, es decir, de aquellas sensaciones que al ser experimentadas nos producen un sentimiento positivo; los motores de estas sensaciones pueden ser el dormir, una buena comida, una interesante lectura o una deliciosa bebida y es aquí en este último punto donde nos enfocaremos, ya que dicen que uno de los mejores placeres que existen es el degustar un buen vino.

Hoy en día la enología ha dejado de ser tema de ricos o privilegiados, ya que cada vez ha tomado fuerza la cultura del vino que no sólo significa seleccionar una botella sino conocer de la historia, los procesos, las variedades de uva y hasta acudir a los viñedos para sentir el ambiente que envuelve a este fantástico mundo de la vid.

El olor de un vino tiene que ver con nuestro conocimiento de los aromas de la naturaleza ya que dentro del gran mar de posibilidades encontramos frutas (ciruela, toronja, manzana o pera), vegetales (espárrago, aceituna, menta), maderas, flores, bálsamos y hasta olores que pudieran resultar no gratos para nuestro sentido del olfato como el yodo, el azufre o el vinagre. Cada persona es un mundo diferente.

El filósofo romano Lucio Séneca sostenía que la primera copa de vino era para saciar la sed, la segunda para la alegría, la tercera nos brinda placer y la cuarta nos invita a la locura. Como todo producto el vino tiene virtudes y defectos, pero debido a la tecnología es menos frecuente encontrar un vino defectuoso y esto tiene que ver con sabores excesivamente amargos, agriados, alterados o azufrados; un consejo de los conocedores es la decantación, es decir, el trasladar el vino que se adquiera de su botella original a una garrafa de cristal, esto para eliminar los residuos que traiga, pero este proceso debe realizarse con gran cuidado y por alguien que sepa hacerlo, de lo contrario, una mal decantación puede anular rápidamente muchos años de trabajo y de cultivo.

La tierra árida y el clima que raya en lo extremoso aquí en Chihuahua son dos factores que de alguna manera benefician al cultivo de ciertas frutas, el mejor ejemplo es la manzana, no obstante, gracias a algunos productores que solicitaron analizar esta tierra norteña se determinó que más de la mitad del territorio es idóneo para el cultivo de la vid y la producción de vinos con elevados estándares de calidad, prueba de ello se dejó ver el año pasado en China, donde en un evento mundial los vinos chihuahuenses obtuvieron medallas de oro y plata. Bien por ellos.


Vino

“El vino es la cosa más civilizada del mundo”


- Ernest Hemingway -

La vida está llena de placeres, es decir, de aquellas sensaciones que al ser experimentadas nos producen un sentimiento positivo; los motores de estas sensaciones pueden ser el dormir, una buena comida, una interesante lectura o una deliciosa bebida y es aquí en este último punto donde nos enfocaremos, ya que dicen que uno de los mejores placeres que existen es el degustar un buen vino.

Hoy en día la enología ha dejado de ser tema de ricos o privilegiados, ya que cada vez ha tomado fuerza la cultura del vino que no sólo significa seleccionar una botella sino conocer de la historia, los procesos, las variedades de uva y hasta acudir a los viñedos para sentir el ambiente que envuelve a este fantástico mundo de la vid.

El olor de un vino tiene que ver con nuestro conocimiento de los aromas de la naturaleza ya que dentro del gran mar de posibilidades encontramos frutas (ciruela, toronja, manzana o pera), vegetales (espárrago, aceituna, menta), maderas, flores, bálsamos y hasta olores que pudieran resultar no gratos para nuestro sentido del olfato como el yodo, el azufre o el vinagre. Cada persona es un mundo diferente.

El filósofo romano Lucio Séneca sostenía que la primera copa de vino era para saciar la sed, la segunda para la alegría, la tercera nos brinda placer y la cuarta nos invita a la locura. Como todo producto el vino tiene virtudes y defectos, pero debido a la tecnología es menos frecuente encontrar un vino defectuoso y esto tiene que ver con sabores excesivamente amargos, agriados, alterados o azufrados; un consejo de los conocedores es la decantación, es decir, el trasladar el vino que se adquiera de su botella original a una garrafa de cristal, esto para eliminar los residuos que traiga, pero este proceso debe realizarse con gran cuidado y por alguien que sepa hacerlo, de lo contrario, una mal decantación puede anular rápidamente muchos años de trabajo y de cultivo.

La tierra árida y el clima que raya en lo extremoso aquí en Chihuahua son dos factores que de alguna manera benefician al cultivo de ciertas frutas, el mejor ejemplo es la manzana, no obstante, gracias a algunos productores que solicitaron analizar esta tierra norteña se determinó que más de la mitad del territorio es idóneo para el cultivo de la vid y la producción de vinos con elevados estándares de calidad, prueba de ello se dejó ver el año pasado en China, donde en un evento mundial los vinos chihuahuenses obtuvieron medallas de oro y plata. Bien por ellos.