/ jueves 28 de octubre de 2021

Punto y aparte | A Vargas Llosa prefiero leerlo

“Lo que te construye como escritor, más de lo que escribes, es lo que lees” Sacheri -

Hace unos días leí con atención un artículo cuya intención era mostrarnos al reconocido escritor Mario Vargas Llosa como un dictador ya que, según el columnista, al premio Nobel peruano no le gusta la democracia, sino que le gusta que la gente vote como él quiera que voten, ya que de lo contrario cae en el enfado y la intolerancia; ¿será cierto que el escritor se enfade por esto?, tengo mis reservas al respecto. Siendo honestos, a todos nos gusta que los demás voten como nosotros, ¿no?, pero, qué aburrido sería.

El autor de “El paraíso en la otra esquina”, que está a unos pasos de ingresar a la prestigiada academia francesa (organismo fundado por el cardenal Richelieu para fortalecer la lengua de este país), aunque ha participado en la política (en 1990 buscó la presidencia de su país a través de una coalición de partidos y fue derrotado en segunda vuelta por Alberto Fujimori), cada quien lo puede considerar como le venga en gana, somos libres para ello, faltaba más, por supuesto que quien esto escribe no lo considera un asesor en materia política ni electoral, podrá dar sus opiniones sobre el tema en diversos foros y programas de televisión y su voz será recibida por algunos con gran aceptación y otros la analizarán para fortalecer sus criterios, pero lo de él es escribir y vaya que lo hace bien. En materia de literatura es toda una autoridad internacional.

Vargas Llosa no ha sido ajeno al tema dictatorial ni en su pensamiento ni en su tinta, en 1990 dijo en un programa de Televisa, donde también participaba Octavio Paz, que México representaba la dictadura perfecta por la permanencia del Partido Revolucionario Institucional en el poder, situación que disgustó en su momento a más de dos. En su obra “La fiesta del chivo”, llevada a la pantalla grande por su primo Luis Llosa, nos traslada a la República Dominicana en tiempos del dictador Rafael Leónidas Trujillo, quien permaneció en el poder por más de 30 años hasta que fue asesinado. En 2016 el escritor retoma el tema de la dictadura con su libro “Cinco esquinas”, donde asoma la manera intimidatoria que Fujimori tenía sobre los periodistas del Perú, obligando a muchos de ellos a escribir a su favor.

Como miembro de la Academia Peruana y de la Real Academia de la Lengua de España, Vargas Llosa ha sido cuestionado sobre el polémico tema del lenguaje inclusivo y su opinión sobre decir “todes” en lugar de todos o todas, a lo que considera una estupidez, sosteniendo que no aprobaría nunca desnaturalizar ni empobrecer al lenguaje por razones ideológicas o machistas, mencionando, además, que está de acuerdo con las feministas en los aspectos fundamentales.

El autor de “La ciudad y los perros”, que ha sido considerado socialista crítico, socialdemócrata y liberal, no es vago en sus posiciones y tiene (debe tener) bien delimitados los alcances entre la escritura literaria y la política, la primera obedece a sus sentimientos privados que decide compartir con los celosos lectores y la segunda observa al sector público en donde su imaginación queda de lado.

En lo personal, me quedo con Vargas Llosa, el escritor, quien nos permitió conocer a la Tía Julia y el escribidor, a Pantaleón y las visitadoras y al joven estudiante Santiago Zavala a través de su Conversación en la catedral. Seguro que sí.

aruedam@hotmail.com

“Lo que te construye como escritor, más de lo que escribes, es lo que lees” Sacheri -

Hace unos días leí con atención un artículo cuya intención era mostrarnos al reconocido escritor Mario Vargas Llosa como un dictador ya que, según el columnista, al premio Nobel peruano no le gusta la democracia, sino que le gusta que la gente vote como él quiera que voten, ya que de lo contrario cae en el enfado y la intolerancia; ¿será cierto que el escritor se enfade por esto?, tengo mis reservas al respecto. Siendo honestos, a todos nos gusta que los demás voten como nosotros, ¿no?, pero, qué aburrido sería.

El autor de “El paraíso en la otra esquina”, que está a unos pasos de ingresar a la prestigiada academia francesa (organismo fundado por el cardenal Richelieu para fortalecer la lengua de este país), aunque ha participado en la política (en 1990 buscó la presidencia de su país a través de una coalición de partidos y fue derrotado en segunda vuelta por Alberto Fujimori), cada quien lo puede considerar como le venga en gana, somos libres para ello, faltaba más, por supuesto que quien esto escribe no lo considera un asesor en materia política ni electoral, podrá dar sus opiniones sobre el tema en diversos foros y programas de televisión y su voz será recibida por algunos con gran aceptación y otros la analizarán para fortalecer sus criterios, pero lo de él es escribir y vaya que lo hace bien. En materia de literatura es toda una autoridad internacional.

Vargas Llosa no ha sido ajeno al tema dictatorial ni en su pensamiento ni en su tinta, en 1990 dijo en un programa de Televisa, donde también participaba Octavio Paz, que México representaba la dictadura perfecta por la permanencia del Partido Revolucionario Institucional en el poder, situación que disgustó en su momento a más de dos. En su obra “La fiesta del chivo”, llevada a la pantalla grande por su primo Luis Llosa, nos traslada a la República Dominicana en tiempos del dictador Rafael Leónidas Trujillo, quien permaneció en el poder por más de 30 años hasta que fue asesinado. En 2016 el escritor retoma el tema de la dictadura con su libro “Cinco esquinas”, donde asoma la manera intimidatoria que Fujimori tenía sobre los periodistas del Perú, obligando a muchos de ellos a escribir a su favor.

Como miembro de la Academia Peruana y de la Real Academia de la Lengua de España, Vargas Llosa ha sido cuestionado sobre el polémico tema del lenguaje inclusivo y su opinión sobre decir “todes” en lugar de todos o todas, a lo que considera una estupidez, sosteniendo que no aprobaría nunca desnaturalizar ni empobrecer al lenguaje por razones ideológicas o machistas, mencionando, además, que está de acuerdo con las feministas en los aspectos fundamentales.

El autor de “La ciudad y los perros”, que ha sido considerado socialista crítico, socialdemócrata y liberal, no es vago en sus posiciones y tiene (debe tener) bien delimitados los alcances entre la escritura literaria y la política, la primera obedece a sus sentimientos privados que decide compartir con los celosos lectores y la segunda observa al sector público en donde su imaginación queda de lado.

En lo personal, me quedo con Vargas Llosa, el escritor, quien nos permitió conocer a la Tía Julia y el escribidor, a Pantaleón y las visitadoras y al joven estudiante Santiago Zavala a través de su Conversación en la catedral. Seguro que sí.

aruedam@hotmail.com