Por: Alejandro Rueda Moreno
Estos 26 años como catedrático del área financiera en la Facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Autónoma de Chihuahua me ha permitido conocer y afianzar una amistad con maestras y maestros con quienes comparto el gusto de formar a jóvenes en las diferentes carreras que esta importante unidad académica de mi alma mater ofrece a la sociedad. En esta ocasión me referiré a cuatro hombres de todo mi respeto en cuanto a su trato, capacidad y sencillez y que tienen en común el haber dirigido de manera eficiente la facultad.
En 1999 Juan Francisco Cinco Zamarron asume la dirección de la escuela, ya en el nuevo campus universitario. Bajo su periodo empiezan a tomar relevancia los maratones de conocimientos realizados por la Asociación Nacional de Facultades y Escuelas de Contaduría y Administración (ANFECA), tuve el honor de asesorar a los alumnos que participaron en los del área financiera, los resultados hasta la fecha nos llenan de orgullo y alegría. Las maestrías en Sistemas e Impuestos vieron la luz en esta administración encabezada por quien también fuera dirigente del SPAUACh, síndico del Municipio de Chihuahua, director del Cecytech y empresario en el mundo de los dulces.
A Raúl Chávez Espinoza lo conocí en la sala de maestros de “Conta”, donde siempre me saludaba con esa cortesía que a la fecha lo caracteriza, cuando fue candidato para dirigir a la escuela nuestra amistad se fortaleció y me permitió conocer a su apreciable esposa Flora y a sus hijos Flora, Ana y Raúl. Formamos parte del Consejo Técnico en el 2003 siendo este escribidor parte de la comisión académica. En su administración se crearon las licenciaturas en Administración Financiera y Administración Gubernamental, así como la Maestría en Administración Pública. Su reconocida capacidad lo llevó a interrumpir su dirección, ya que fue electo en el 2004 como rector de nuestra máxima casa de estudios, con resultados que representaron un gran reto para su sucesor.
Fue precisamente en el 2004 cuando la escuela requería a un director que no dejara caer el dinamismo que se venía presentando, Ramiro Valles Martínez llegó en un proceso de unidad a la dirección de la FCA encabezándola hasta el 2010, su administración se caracterizó por un ambiente de verdadera alianza entre alumnos, maestros y trabajadores de la escuela; se creó el centro de negocios y se fortalecieron de manera considerable los estudios de posgrado. Acompañé a Ramiro como consejero universitario en el 2005 y en el 2010 y hasta la fecha sigo reconociendo su don de gente; Su prestigiado despacho contable y haber sido el presidente del patronato de la UACh son prueba de su capacidad; para él, su esposa Graciela (con quien comparto la fecha de cumpleaños) y sus hijos Gabriela y Ramiro mi respeto de siempre.
Alfredo de la Torre Aranda fue mi maestro en la licenciatura y en una de las maestrías, la preparación de cada una de las materias daban muestra de su capacidad académica, carta fuerte que lo posicionó como director de la facultad en el 2010 después de haber sido director académico de la UACh; el fortalecimiento de la infraestructura de la escuela y la creación del Congreso Internacional de Ciencias Sociales y Administrativas siguen siendo fuerte testimonio de la administración de quien también fuera delegado de Relaciones Exteriores, funcionario en la Secretaría de Economía y hoy gerente de este importante rotativo, desde aquí un abrazo para él, para su esposa Lety y para su chavo Alain.
Juan, Raúl, Ramiro y Alfredo, cuatro directores del siglo XXI cuya huella quedará para siempre en los pasillos, salones y patios de la Facultad de Conta, claro que sí.
