/ jueves 4 de marzo de 2021

Punto y aparte | Hora de ser realistas

“La única verdad es la realidad”: Aristóteles

Una ilusión se define como aquella percepción que se tiene, muchas veces equivocadamente, de algo que está pasando realmente pero que se desea sea modificado y así ilusionados todos con que esta pandemia de origen asiático que nos trae en jaque terminará pronto, la verdad es que para como se ven las cosas tenemos que entender y comprender la realidad y actuar con objetividad, el mentado Covid permanecerá entre nosotros gran parte de este año sino es que todo.

En gran medida esto obedece a la incapacidad del gobierno en cuanto a la adquisición y suministro de las vacunas y a su falta de información precisa de lo que se está haciendo al respecto y, por otra parte, la actuación de nosotros como sociedad en donde muchos ya han bajado la guardia y ya no siguen las indicaciones para su propio cuidado y el de los demás. Los aforos de ciertos lugares públicos se encuentran a tope, gente por las calles sin su respectivo cubrebocas y familias que realizan fiestas y reuniones bajo el argumento de que ya están cansadas de tanto encierro. Así, pues cómo.

Sí, es hora de ser realistas porque el verdadero control de este virus no corresponde solamente a quienes encabezan el sector médico, claro que no, también tiene un amplio contenido político y es precisamente de la clase política de donde surgirá el adecuado control sanitario, ni modo que no. Es triste, pero la salud del pueblo está politizada y más en épocas de elecciones, es por ello la gran importancia de la acción del pueblo cuando estemos frente a las urnas.

En lo que llega el momento de recibir la vacuna que nos vaya a tocar tenemos que comprender que estamos pasando, posiblemente, por el período más oscuro y difícil de la historia y entendiendo esta realidad de alguna manera ayudaremos para aminorar los problemas de ansiedad, desesperación, tristeza o depresión, porque de nada sirve quedarse encerrados y no precisamente en casa, sino encerrados en nuestra mente amargándose la existencia y contagiando de mala vibra a los demás. Hay que poner de nuestra parte, la tormenta pasará y esto será hasta que todas las naciones estén relativamente curadas.

La pandemia llegó para estar entre nosotros, cada quien la enfrentará de diferente manera; el estudiante, el trabajador, el adolescente, el niño, el adulto o el anciano tienen sus propias formas de manejar al dichoso virus, unos se resignarán y otros harán todo lo que esté a su alcance para no aceptarlo como huésped ni temporal ni definitivo; estos meses nos han permitido tomar conciencia, no claudiquemos en lo que tenemos que hacer; no sabemos si falta poco o mucho, pero rendirnos no tiene que ser nunca nuestra opción.

Punto y aparte

Hace unos días se fue físicamente de este mundo terrenal mi amigo Carlos Fernández Baca, gustoso lector de este espacio, gran historiador y querido compañero colega maestro de la Universidad, extrañaré su amena charla, descanse en paz.

“La única verdad es la realidad”: Aristóteles

Una ilusión se define como aquella percepción que se tiene, muchas veces equivocadamente, de algo que está pasando realmente pero que se desea sea modificado y así ilusionados todos con que esta pandemia de origen asiático que nos trae en jaque terminará pronto, la verdad es que para como se ven las cosas tenemos que entender y comprender la realidad y actuar con objetividad, el mentado Covid permanecerá entre nosotros gran parte de este año sino es que todo.

En gran medida esto obedece a la incapacidad del gobierno en cuanto a la adquisición y suministro de las vacunas y a su falta de información precisa de lo que se está haciendo al respecto y, por otra parte, la actuación de nosotros como sociedad en donde muchos ya han bajado la guardia y ya no siguen las indicaciones para su propio cuidado y el de los demás. Los aforos de ciertos lugares públicos se encuentran a tope, gente por las calles sin su respectivo cubrebocas y familias que realizan fiestas y reuniones bajo el argumento de que ya están cansadas de tanto encierro. Así, pues cómo.

Sí, es hora de ser realistas porque el verdadero control de este virus no corresponde solamente a quienes encabezan el sector médico, claro que no, también tiene un amplio contenido político y es precisamente de la clase política de donde surgirá el adecuado control sanitario, ni modo que no. Es triste, pero la salud del pueblo está politizada y más en épocas de elecciones, es por ello la gran importancia de la acción del pueblo cuando estemos frente a las urnas.

En lo que llega el momento de recibir la vacuna que nos vaya a tocar tenemos que comprender que estamos pasando, posiblemente, por el período más oscuro y difícil de la historia y entendiendo esta realidad de alguna manera ayudaremos para aminorar los problemas de ansiedad, desesperación, tristeza o depresión, porque de nada sirve quedarse encerrados y no precisamente en casa, sino encerrados en nuestra mente amargándose la existencia y contagiando de mala vibra a los demás. Hay que poner de nuestra parte, la tormenta pasará y esto será hasta que todas las naciones estén relativamente curadas.

La pandemia llegó para estar entre nosotros, cada quien la enfrentará de diferente manera; el estudiante, el trabajador, el adolescente, el niño, el adulto o el anciano tienen sus propias formas de manejar al dichoso virus, unos se resignarán y otros harán todo lo que esté a su alcance para no aceptarlo como huésped ni temporal ni definitivo; estos meses nos han permitido tomar conciencia, no claudiquemos en lo que tenemos que hacer; no sabemos si falta poco o mucho, pero rendirnos no tiene que ser nunca nuestra opción.

Punto y aparte

Hace unos días se fue físicamente de este mundo terrenal mi amigo Carlos Fernández Baca, gustoso lector de este espacio, gran historiador y querido compañero colega maestro de la Universidad, extrañaré su amena charla, descanse en paz.