/ jueves 18 de noviembre de 2021

Punto y aparte | Los viejos

¡Envejece conmigo! Lo mejor está aún por llegar

Robert Browning -

Mis progenitores están por llegar a las nueve décadas de vida y aunque la misma se les está apagando paulatinamente por circunstancias propias del correr de los años, siguen estando juntos en una estancia donde se saben queridos y en compañía.

Hace unos días a la autora de mis días le dio un bajón de sodio como consecuencia de un problema que tiene con sus riñones, situación que le afectó su coordinación neurológica, hablaba despacio y estaba con la mirada ida, el escenario se tornó preocupante; tras ser trasladada a la clínica y permanecer en ella cuatro noches fue dada de alta pero con los cuidados requeridos que implicaban oxígeno y doce ampolletas que se las tenían que suministrar de forma intravenosa; después de conocer todas las farmacias de Chihuahua nunca encontré las citadas ampolletas, tuvieron que cambiarme la receta y después de cinco horas de seguir deambulando por la ciudad logré adquirir los medicamentos, esperemos la mejoría de doña Meche.


En otra ocasión les comentaré la odisea que pasé para que algún nefrólogo pudiera acudir a revisarla, cuando no me anteponían el costo de la consulta antes de conocer la situación me argumentaban algunos pretextos fuera de contexto para realizar la consulta a domicilio. La parte humana que, se supone, deben tener los galenos tal parece ha desaparecido (afortunadamente no en todos).


Es importante y hasta cierto punto reconfortante observar que al gobierno federal le interese apoyar a los adultos mayores, pero el inconveniente radica en que sólo les interesa en el terreno de lo monetario a través de los apoyos mensuales depositándoles dinero en las cuentas bancarias aperturadas para el caso, paliativo que, aunque no resuelve sus necesidades, en algo ayuda. No se ha establecido un plan de acción relevante para mejorar la vida de nuestros viejos que cada día se suman más a la base de esta gran parte de la población. Actualmente cerca del 13% se encuentran aquí y lamentablemente el sistema de salud pública para atenderlos como debiera ser deja mucho que desear, desde infraestructura, medicamentos y médicos especializados que, aunque los hay, son insuficientes.


El tener una calidad de vida considerada como adecuada para los adultos mayores tiene que ver desde la etapa de juventud a través de brindarles educación de calidad para enfrentar al globalizado mundo cambiante y que su oferta de desarrollo profesional presente un abanico amplio de posibilidades; el trabajo dignifica a las personas y conlleva a la felicidad cuando éste es bien remunerado y abona a los niveles de autorrealización de las personas, independientemente de la edad que se tenga.


Se pronostica que para el año 2050 uno de cada cuatro mexicanos estará en el rubro de adulto mayor y esto repercutirá en la familia en su conjunto, en las instituciones de salud, los doctores, enfermeros y en toda la sociedad, aunque es una realidad que no todos llegan a la vejez bajo las mismas condiciones que otros ni gozan de los mismos privilegios. Así es esto.


Cuidemos a nuestros viejos, sus arrugas representan el esfuerzo y el cariño que han otorgado en el largo camino de su vida.


Presidente de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua


aruedam@hotmail.com



¡Envejece conmigo! Lo mejor está aún por llegar

Robert Browning -

Mis progenitores están por llegar a las nueve décadas de vida y aunque la misma se les está apagando paulatinamente por circunstancias propias del correr de los años, siguen estando juntos en una estancia donde se saben queridos y en compañía.

Hace unos días a la autora de mis días le dio un bajón de sodio como consecuencia de un problema que tiene con sus riñones, situación que le afectó su coordinación neurológica, hablaba despacio y estaba con la mirada ida, el escenario se tornó preocupante; tras ser trasladada a la clínica y permanecer en ella cuatro noches fue dada de alta pero con los cuidados requeridos que implicaban oxígeno y doce ampolletas que se las tenían que suministrar de forma intravenosa; después de conocer todas las farmacias de Chihuahua nunca encontré las citadas ampolletas, tuvieron que cambiarme la receta y después de cinco horas de seguir deambulando por la ciudad logré adquirir los medicamentos, esperemos la mejoría de doña Meche.


En otra ocasión les comentaré la odisea que pasé para que algún nefrólogo pudiera acudir a revisarla, cuando no me anteponían el costo de la consulta antes de conocer la situación me argumentaban algunos pretextos fuera de contexto para realizar la consulta a domicilio. La parte humana que, se supone, deben tener los galenos tal parece ha desaparecido (afortunadamente no en todos).


Es importante y hasta cierto punto reconfortante observar que al gobierno federal le interese apoyar a los adultos mayores, pero el inconveniente radica en que sólo les interesa en el terreno de lo monetario a través de los apoyos mensuales depositándoles dinero en las cuentas bancarias aperturadas para el caso, paliativo que, aunque no resuelve sus necesidades, en algo ayuda. No se ha establecido un plan de acción relevante para mejorar la vida de nuestros viejos que cada día se suman más a la base de esta gran parte de la población. Actualmente cerca del 13% se encuentran aquí y lamentablemente el sistema de salud pública para atenderlos como debiera ser deja mucho que desear, desde infraestructura, medicamentos y médicos especializados que, aunque los hay, son insuficientes.


El tener una calidad de vida considerada como adecuada para los adultos mayores tiene que ver desde la etapa de juventud a través de brindarles educación de calidad para enfrentar al globalizado mundo cambiante y que su oferta de desarrollo profesional presente un abanico amplio de posibilidades; el trabajo dignifica a las personas y conlleva a la felicidad cuando éste es bien remunerado y abona a los niveles de autorrealización de las personas, independientemente de la edad que se tenga.


Se pronostica que para el año 2050 uno de cada cuatro mexicanos estará en el rubro de adulto mayor y esto repercutirá en la familia en su conjunto, en las instituciones de salud, los doctores, enfermeros y en toda la sociedad, aunque es una realidad que no todos llegan a la vejez bajo las mismas condiciones que otros ni gozan de los mismos privilegios. Así es esto.


Cuidemos a nuestros viejos, sus arrugas representan el esfuerzo y el cariño que han otorgado en el largo camino de su vida.


Presidente de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua


aruedam@hotmail.com