/ jueves 31 de marzo de 2022

Punto y aparte | Mi amigo Víctor, el rebelde

Alejandro Rueda Moreno


“El recuerdo es el único paraíso del cual no podemos ser expulsados” Jean Paul -

La partida terrenal de los familiares o amigos se convierte de inmediato en su nueva vida, porque el recuerdo de su existencia en este mundo quedará más vivo que nunca, al adelantarse dejan un compromiso importante que hace más responsables a los que se quedan. Quien muere no necesariamente está comprobando que vivió. La vida carece de esencia si no se lleva con rectitud; la vida es plena cuando es confeccionada por el amor por los demás y este amor se hace presente de varias maneras, defender las causas sociales es una de ellas.

Recuerdos de la poeta Gabriela Trejo: “Entre la vida y muerte sólo hay un paso, pero para saber vivir y morir se lleva una eternidad, saber vivir es disfrutar de cada instante, cada segundo sin voltear atrás, sin ver hacia el futuro, sólo debe existir el presente y grabarlo en nuestra mente porque el pasado y lo que realizamos será el inicio para un buen futuro y así concluir con una vida plena. La muerte es el inicio de un eterno descanso, a la muerte no se le debe temer porque ese no es tu fin, ahora no sólo vives en ti, vives en el corazón de cada persona que bien hiciste sentir, la muerte no sólo la acepta el más fuerte, la acepta el que no sólo vivió, el que vino a este mundo y verdaderamente existió”.

El pasado lunes 21 de marzo despertamos con la triste noticia de la partida física de nuestro compañero de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua Víctor Manuel Medina Calderón, quien nos regalaba todos los martes su acertada tinta en este rotativo y era fiel amigo de don Marco Antonio Guevara, a quien acompañaba de lunes a viernes en su programa “Opinión pública” resolviendo, dentro de sus posibilidades, algunos problemas que los radioescuchas le exponían, motivo por el cual se ganó el aprecio de mucha gente, entre ellos mis queridos padres, que lo escuchaban siempre y con quienes hoy debe estar conviviendo en un hermoso lugar, ahí te los encargo amigo.

Sostuve varias pláticas con Víctor, su carácter tranquilo dejaba ver ciertos aspectos de rebeldía en sus palabras, a veces coincidíamos en la manera de pensar sobre cierto tema, otras veces (las más) no tanto, sin embargo, el respeto por la diferencia de opinión siempre cupo en los dos. Sus argumentos eran sólidos y los defendía contra todo, pero escuchando siempre al receptor de sus palabras.

Cuando recibió el diagnóstico de su enfermedad hablaba por teléfono con él una vez por semana y al preguntarle cómo se encontraba su respuesta siempre fue: “Ahí voy, echándole ganas” y antes de terminar la conversación mandaba saludar a los compañeros editorialistas. La última vez que lo vi en persona fue en mi casa, cuando pasó a recoger el libro en el que participó con varios de sus artículos y que editamos la Asociación de Editorialistas junto y el Instituto Estatal Electoral, llegó manejando su vehículo y me comentó que se iría unos días a Estados Unidos a visitar a su hija, celebro que lo haya hecho.

El sábado pasado compañeros de la Asociación de Editorialistas y de la Comisión Estatal de Derechos Humanos dedicamos un minuto de silencio a su memoria, sin lugar a dudas será bien recordado.

Punto y aparte

Don Mario Góngora Castañeda hace unos días también decidió partir de este mundo terrenal, perdí la cuenta de cuántos años tenía, pero recuerdo su grata actitud y su amabilidad; para mi compañero Mario Góngora, mi condolencia.

aruedam@hotmail.co

Alejandro Rueda Moreno


“El recuerdo es el único paraíso del cual no podemos ser expulsados” Jean Paul -

La partida terrenal de los familiares o amigos se convierte de inmediato en su nueva vida, porque el recuerdo de su existencia en este mundo quedará más vivo que nunca, al adelantarse dejan un compromiso importante que hace más responsables a los que se quedan. Quien muere no necesariamente está comprobando que vivió. La vida carece de esencia si no se lleva con rectitud; la vida es plena cuando es confeccionada por el amor por los demás y este amor se hace presente de varias maneras, defender las causas sociales es una de ellas.

Recuerdos de la poeta Gabriela Trejo: “Entre la vida y muerte sólo hay un paso, pero para saber vivir y morir se lleva una eternidad, saber vivir es disfrutar de cada instante, cada segundo sin voltear atrás, sin ver hacia el futuro, sólo debe existir el presente y grabarlo en nuestra mente porque el pasado y lo que realizamos será el inicio para un buen futuro y así concluir con una vida plena. La muerte es el inicio de un eterno descanso, a la muerte no se le debe temer porque ese no es tu fin, ahora no sólo vives en ti, vives en el corazón de cada persona que bien hiciste sentir, la muerte no sólo la acepta el más fuerte, la acepta el que no sólo vivió, el que vino a este mundo y verdaderamente existió”.

El pasado lunes 21 de marzo despertamos con la triste noticia de la partida física de nuestro compañero de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua Víctor Manuel Medina Calderón, quien nos regalaba todos los martes su acertada tinta en este rotativo y era fiel amigo de don Marco Antonio Guevara, a quien acompañaba de lunes a viernes en su programa “Opinión pública” resolviendo, dentro de sus posibilidades, algunos problemas que los radioescuchas le exponían, motivo por el cual se ganó el aprecio de mucha gente, entre ellos mis queridos padres, que lo escuchaban siempre y con quienes hoy debe estar conviviendo en un hermoso lugar, ahí te los encargo amigo.

Sostuve varias pláticas con Víctor, su carácter tranquilo dejaba ver ciertos aspectos de rebeldía en sus palabras, a veces coincidíamos en la manera de pensar sobre cierto tema, otras veces (las más) no tanto, sin embargo, el respeto por la diferencia de opinión siempre cupo en los dos. Sus argumentos eran sólidos y los defendía contra todo, pero escuchando siempre al receptor de sus palabras.

Cuando recibió el diagnóstico de su enfermedad hablaba por teléfono con él una vez por semana y al preguntarle cómo se encontraba su respuesta siempre fue: “Ahí voy, echándole ganas” y antes de terminar la conversación mandaba saludar a los compañeros editorialistas. La última vez que lo vi en persona fue en mi casa, cuando pasó a recoger el libro en el que participó con varios de sus artículos y que editamos la Asociación de Editorialistas junto y el Instituto Estatal Electoral, llegó manejando su vehículo y me comentó que se iría unos días a Estados Unidos a visitar a su hija, celebro que lo haya hecho.

El sábado pasado compañeros de la Asociación de Editorialistas y de la Comisión Estatal de Derechos Humanos dedicamos un minuto de silencio a su memoria, sin lugar a dudas será bien recordado.

Punto y aparte

Don Mario Góngora Castañeda hace unos días también decidió partir de este mundo terrenal, perdí la cuenta de cuántos años tenía, pero recuerdo su grata actitud y su amabilidad; para mi compañero Mario Góngora, mi condolencia.

aruedam@hotmail.co