Es imperante mantener en la agenda pública la importancia de migrar, como sociedad articulada, a una Economía de Mercado con Desarrollo Inclusivo (EMDI), que tiene por objetivo impulsar el desarrollo económico, social y ecológico-sustentable del país.
En mi análisis pasado hacía referencia a ello, no obstante, en esta ocasión me es importante hablar de cuáles son los puntos básicos para implementar este nuevo modelo que da paso a la sensibilización desde el seno de nuestro sector hacia toda la sociedad.
Primero que nada, debemos tomar en cuenta que el desarrollo económico y el acceso a oportunidades no ha sido igualitario en nuestro país, y eso no nos ha dejado detonar el potencial que tenemos como mexicanos, en muchos rubros.
En ese sentido, si analizamos dónde nos encontramos en este momento como país, tenemos que comprender que un proceso inclusivo necesita de la pluralidad, que todas las personas opinen sobre temas específicos y se les tome en cuenta, pues esta cooperación garantiza la oportunidad de diseñar soluciones más atinadas respecto de las necesidades más apremiantes de las mayorías.
En esa interacción múltiple deben estar concentradas las voces de grupos regionales civiles, organizaciones diversas, comunidades, partidos políticos, gobiernos y todos quienes día a día nos desenvolvemos en diversos ámbitos de nuestra sociedad.
Y es que nos resulta necesario aprovechar ese cúmulo de experiencias que tienen los profesionales, estudiantes, colaboradores de nuestras empresas, líderes sociales y otras partes interesadas, que tienen perspectivas variadas que pueden poner a la vista de todos nuevos enfoques para lograr la atinada toma de decisiones que necesitamos.
Recordemos que la Coparmex presentó un catálogo de 20 puntos bajo los cuales podemos articular este modelo de Economía de Mercado, y que aquí menciono algunos de los más importantes:
Necesitamos libertad de emprender, de invertir, competir y de intercambiar bienes y servicios lícitos dentro de un marco legal y ético. Es apremiante también construir un marco de respeto a los derechos humanos, igualdad ante la ley y fomento de la equidad, la inclusión y la diversidad.
Asimismo, para que podamos fomentar la inversión, es indispensable respetar los derechos de propiedad privada de todo tipo de bienes: físicos, inmateriales y digitales.
Requerimos de un sistema político democrático, de derecho, con instituciones independientes, así como leyes y reglas claras, estables y que se cumplan. Las empresas deben tener respeto y responsabilidad solidaria ante todos sus grupos involucrados y relacionados como sus colaboradores, clientes, accionistas, proveedores, comunidad y gobierno.
En lo que se refiere a la educación, es necesario construir un sistema educativo de calidad, actualizado y accesible a todos como base para el desarrollo humano, conocido y social. Por otra parte, en el aspecto digital, tenemos una tarea muy importante para dar acceso a todos a una conectividad digital como base permanente para el desarrollo personal y la cohesión social.
Estos son algunos de los retos más importantes, sin embargo, este tema da para muchas más opiniones, y seguiremos hablando de ello pues, como lo reitero, es necesario transitar a un modelo funcional cuyo fin sea el bien común. Hasta la próxima.
Presidente de la Coparmex
