/ miércoles 13 de febrero de 2019

Qué clase de amor

¿Qué clase de amor es? Se preguntaba en una canción de los dorados años del rock. La respuesta apelaba a los sentimientos del protagonista, que se seguía interrogando.

Esa pregunta se sigue haciendo y las respuestas pueden ser variadas. A través del tiempo el concepto del amor ha tenido muchos altibajos, pero la mayoría lo cifra como un sentimiento de vivo afecto e inclinación hacia una persona o cosa a la que se le desea todo lo bueno.

El próximo día 14 se celebra el Día del Amor y la Amistad, enmarcada ésta última en un afecto especial hacia otro(a). Varias teorías existen respecto a su origen, pero se alude a San Valentín como el eje de donde procede el festejo, aunque otros ubican la fecha desde tiempos de la antigua Roma. Fue el Papa Gelasio I en el año 496 quien declaró el 14 de febrero como el Día de San Valentín y lo convirtió en una fiesta cristiana.

En muchas partes del mundo el significado del amor ese día se centra en el llamado amor romántico que alude especialmente a los enamorados o los novios. En nuestro país se añade la amistad, y se celebra como una oportunidad de mostrar afecto y agradecimiento a las personas con quienes se convive y a quienes –supuestamente a veces- se ama.

Bueno es celebrar el amor en su forma más pura, que incluye no sólo un sentimiento o atracción vaga entre las personas, sino también –y de modo más propio- la voluntad de amar al otro(a) sin condiciones. Ya san Pablo en el capítulo 13 de su primera carta a los primeros cristianos de Corinto les hace ver las características esenciales del verdadero amor.

Hoy, como expresamos al principio, se ofrecen muchos conceptos de amor. Hace años otra canción expresaba: “El hombre y la mujer nacen para amarse, no pueden resistir la fuerza del amor”. Y refería esa atracción que los lleva al enamoramiento, primero, y luego al compromiso. Y una melodía más exponía: “Eso que llaman amor mi corazón lo sintió nomás contigo”, que acentuaba la individualidad del amor entre un hombre y una mujer.

Se señalaba sin ambages que el amor –llamémosle romántico o de cualquier otra forma- se daba entre hombre y mujer. Hoy parece que no importa el sexo de quienes dicen amarse. Y se recalcaba que el amor era sólo para un hombre o una mujer, y para siempre, de lo cual hoy se duda. La infidelidad campea en muchos lados y las separaciones o el divorcio están a la orden del día.

El noviazgo, que de algún modo dio inicio a la celebración de este día, se ha desvirtuado y se llama novio(a) a quien vive, convive, o está con otro(a) sin matrimonio de por medio y donde, generalmente, impera el atractivo sexual.

El amor al prójimo –no ya el amor “romántico”- no es en muchos casos comida de todos los días. Los conflictos, los enfrentamientos, las envidias, los rencores, los chismes, la violencia y otras tantas cosas hacen presa de las relaciones de no pocos. Y aprender a amar se aprende amando, donde el sacrificio, el olvido de sí mismo, el servicio al otro, la consideración, la atención a las necesidades ajenas, son esenciales para mostrar y demostrar que el amor existe. ¿Lo ven?


¿Qué clase de amor es? Se preguntaba en una canción de los dorados años del rock. La respuesta apelaba a los sentimientos del protagonista, que se seguía interrogando.

Esa pregunta se sigue haciendo y las respuestas pueden ser variadas. A través del tiempo el concepto del amor ha tenido muchos altibajos, pero la mayoría lo cifra como un sentimiento de vivo afecto e inclinación hacia una persona o cosa a la que se le desea todo lo bueno.

El próximo día 14 se celebra el Día del Amor y la Amistad, enmarcada ésta última en un afecto especial hacia otro(a). Varias teorías existen respecto a su origen, pero se alude a San Valentín como el eje de donde procede el festejo, aunque otros ubican la fecha desde tiempos de la antigua Roma. Fue el Papa Gelasio I en el año 496 quien declaró el 14 de febrero como el Día de San Valentín y lo convirtió en una fiesta cristiana.

En muchas partes del mundo el significado del amor ese día se centra en el llamado amor romántico que alude especialmente a los enamorados o los novios. En nuestro país se añade la amistad, y se celebra como una oportunidad de mostrar afecto y agradecimiento a las personas con quienes se convive y a quienes –supuestamente a veces- se ama.

Bueno es celebrar el amor en su forma más pura, que incluye no sólo un sentimiento o atracción vaga entre las personas, sino también –y de modo más propio- la voluntad de amar al otro(a) sin condiciones. Ya san Pablo en el capítulo 13 de su primera carta a los primeros cristianos de Corinto les hace ver las características esenciales del verdadero amor.

Hoy, como expresamos al principio, se ofrecen muchos conceptos de amor. Hace años otra canción expresaba: “El hombre y la mujer nacen para amarse, no pueden resistir la fuerza del amor”. Y refería esa atracción que los lleva al enamoramiento, primero, y luego al compromiso. Y una melodía más exponía: “Eso que llaman amor mi corazón lo sintió nomás contigo”, que acentuaba la individualidad del amor entre un hombre y una mujer.

Se señalaba sin ambages que el amor –llamémosle romántico o de cualquier otra forma- se daba entre hombre y mujer. Hoy parece que no importa el sexo de quienes dicen amarse. Y se recalcaba que el amor era sólo para un hombre o una mujer, y para siempre, de lo cual hoy se duda. La infidelidad campea en muchos lados y las separaciones o el divorcio están a la orden del día.

El noviazgo, que de algún modo dio inicio a la celebración de este día, se ha desvirtuado y se llama novio(a) a quien vive, convive, o está con otro(a) sin matrimonio de por medio y donde, generalmente, impera el atractivo sexual.

El amor al prójimo –no ya el amor “romántico”- no es en muchos casos comida de todos los días. Los conflictos, los enfrentamientos, las envidias, los rencores, los chismes, la violencia y otras tantas cosas hacen presa de las relaciones de no pocos. Y aprender a amar se aprende amando, donde el sacrificio, el olvido de sí mismo, el servicio al otro, la consideración, la atención a las necesidades ajenas, son esenciales para mostrar y demostrar que el amor existe. ¿Lo ven?