/ sábado 19 de marzo de 2022

¿Qué comunicación política queremos?

.:ULTIMALETRA ES COMPOL:.

Por: Luis Rubén Maldonado Alvídrez

Es un debate largo que no ha tenido fin: legislaturas van y vienen; presidentes llegan y se van y los cambios al modelo de comunicación política en México ha sufrido cambios que, en sus respectivos tiempos, ha recibido aplausos y críticas por igual. ¿Por qué nuestro país no ha podido consolidar un modelo efectivo de comunicación política? La respuesta, aunque simple, tiene que ver con la falta de miras de quienes han propuesto reformas legales en la materia desde inicios del siglo XXI.

Tras la negativa a aceptar su derrota y su amago de incendiar el país tras la derrota de 2006, Andrés Manuel López Obrador y sus fieles propusieron como moneda de cambio una reforma electoral que incluyera cirugía mayor al modelo (incipiente) de comunicación política, el cual, en ese entonces, todavía tenía un tufo de novedad.

¿Para qué sirve la comunicación política?

En el mejor de los escenarios, para gestionar el disenso y potenciar el consenso, según lo define la investigadora Angélica Mendieta Ramírez. Con base en esta capacidad, ¿en México ha servido para potenciar el consenso?

¡Qué difícil respuesta!

Nuestro entorno inmediato tiene como contexto el conflicto armado entre Rusia y Ucrania; además del permanente conflicto del presidente de México con varios colectivos y personajes; mientras en estados como Chihuahua, la gobernadora Maru Campos utiliza la comunicación política para intentar unir a sus gobernados alrededor de un propósito común.

Un entorno muy contradictorio, como sucede en otras entidades de la República Mexicana, así como en otras regiones del mundo.

En el contexto de fascinación por el triunfo de Fox, la comunicación política despertó un interés entre la sociedad, clase política y académica mexicana. Derivado de ello se han venido interesantes debates que han derivado en varias reformas legislativas para intentar normar la comunicación política; en el siglo XXI, todo comenzó con la impulsada por AMLO en 2007 y que aún conserva muchas disposiciones vigentes, a pesar de las reformas posteriores, como la realizada en la era Peña Nieto.

Todas las reformas realizadas por el Poder Legislativo en materia de comunicación política han arrojado un resultado cada vez más limitativo: restringen la libertad de expresión y alteran el espíritu de debate que toda democracia debería tener.

Por eso, las vedas famosas que tenemos previo a cada proceso electoral o de participación ciudadana resultan inoperantes e incongruentes.

¿Queremos un modelo de comunicación política moderno o regresar al modelo de propaganda al estilo soviético?

Esa es la gran pregunta que nuestros legisladores no han querido responder desde inicios de la década pasada.

ULTIMALETRA

Hasta Parral, Chihuahua; mis más sentidas condolencias para la familia de Paco Moreno; un parralense orgulloso, político hábil y mejor amigo. ¡Te vamos a extrañar, Paquito!

lrmaldonado@uach.mx

Consultor en comunicación política y coordinador de comunicación de la UACh.

.:ULTIMALETRA ES COMPOL:.

Por: Luis Rubén Maldonado Alvídrez

Es un debate largo que no ha tenido fin: legislaturas van y vienen; presidentes llegan y se van y los cambios al modelo de comunicación política en México ha sufrido cambios que, en sus respectivos tiempos, ha recibido aplausos y críticas por igual. ¿Por qué nuestro país no ha podido consolidar un modelo efectivo de comunicación política? La respuesta, aunque simple, tiene que ver con la falta de miras de quienes han propuesto reformas legales en la materia desde inicios del siglo XXI.

Tras la negativa a aceptar su derrota y su amago de incendiar el país tras la derrota de 2006, Andrés Manuel López Obrador y sus fieles propusieron como moneda de cambio una reforma electoral que incluyera cirugía mayor al modelo (incipiente) de comunicación política, el cual, en ese entonces, todavía tenía un tufo de novedad.

¿Para qué sirve la comunicación política?

En el mejor de los escenarios, para gestionar el disenso y potenciar el consenso, según lo define la investigadora Angélica Mendieta Ramírez. Con base en esta capacidad, ¿en México ha servido para potenciar el consenso?

¡Qué difícil respuesta!

Nuestro entorno inmediato tiene como contexto el conflicto armado entre Rusia y Ucrania; además del permanente conflicto del presidente de México con varios colectivos y personajes; mientras en estados como Chihuahua, la gobernadora Maru Campos utiliza la comunicación política para intentar unir a sus gobernados alrededor de un propósito común.

Un entorno muy contradictorio, como sucede en otras entidades de la República Mexicana, así como en otras regiones del mundo.

En el contexto de fascinación por el triunfo de Fox, la comunicación política despertó un interés entre la sociedad, clase política y académica mexicana. Derivado de ello se han venido interesantes debates que han derivado en varias reformas legislativas para intentar normar la comunicación política; en el siglo XXI, todo comenzó con la impulsada por AMLO en 2007 y que aún conserva muchas disposiciones vigentes, a pesar de las reformas posteriores, como la realizada en la era Peña Nieto.

Todas las reformas realizadas por el Poder Legislativo en materia de comunicación política han arrojado un resultado cada vez más limitativo: restringen la libertad de expresión y alteran el espíritu de debate que toda democracia debería tener.

Por eso, las vedas famosas que tenemos previo a cada proceso electoral o de participación ciudadana resultan inoperantes e incongruentes.

¿Queremos un modelo de comunicación política moderno o regresar al modelo de propaganda al estilo soviético?

Esa es la gran pregunta que nuestros legisladores no han querido responder desde inicios de la década pasada.

ULTIMALETRA

Hasta Parral, Chihuahua; mis más sentidas condolencias para la familia de Paco Moreno; un parralense orgulloso, político hábil y mejor amigo. ¡Te vamos a extrañar, Paquito!

lrmaldonado@uach.mx

Consultor en comunicación política y coordinador de comunicación de la UACh.