/ sábado 6 de agosto de 2022

¿Quién cuida a nuestros médicos?

Por: María de los Ángeles Ruiz

Hace poco menos de un mes, el 11 de julio, en la Sierra Tarahumara después del terrible golpe que recibimos todos por el asesinato de los sacerdotes jesuitas, el guía de turistas, el joven beisbolista, nos vuelve a sacudir el alma la noticia de la muerte de una doctora anestesióloga que radicaba en San Juanito, municipio de Bocoyna, a manos de un hombre de 19 años de edad, quien se encontraba drogado y alcoholizado y que parece ser andaba en un “viaje” de esos que provocan el uso de estas substancias que exacerban el cerebro, y pues simplemente asesinó a la doctora.

La fiscalía nunca nos dio detalles de los motivos, pero creo que con tantas historias podemos llenar huecos, y ahora sí que haya sido como haya sido, el resultado es el mismo, nuevamente hay huérfanos, en este caso una niña de cinco años de edad, y nuestra sociedad se vuelve a quedar sin un recurso tan importante como lo es una médica, y las personas que eran favorecidas por su atención ya no contarán con este apoyo, porque ella no volverá y probablemente nadie llegue a reemplazarla.

El 16 de julio, Érick David Andrade Ramírez, de 24 años de edad, quien era médico pasante a quince días de terminar su servicio social, es asesinado por proyectil de arma de fuego, esto al encontrarse laborando dentro del Hospital Integral del Ejido El Brillante, en el municipio Pueblo Nuevo en el estado de Durango, por un joven de 21 años, que se encontraba en el hospital precisamente por encontrarse bajo el influjo de sustancias sicotrópicas, quien en lenguaje coloquial se despertó agresivo después de la reanimación a la que estaba siendo sometido y sacó un arma disparó, matando a Érick David.

¿Les parece una novela de terror? Para mí sí, ¿cómo es posible que la sociedad mexicana estamos siendo acotados por las sustancias destructivas conocidas como drogas? Póngale el nombre que usted guste y mande, una realidad es que las que se están usando en la actualidad como el fentanilo están dando prueba de ser más venenosas y de producir efectos de irritabilidad más fuertes en los consumidores, dando como resultado un aumento en la violencia y por ende poniendo cada vez en más riesgo a toda la población y desafortunadamente a los médicos, quienes sólo hacen su trabajo, que no es nada fácil.

Es derivado de estos dos hechos que tanto en la ciudad de Chihuahua como en Ciudad Juárez todo el gremio estudiantil de la salud ha salido a las calles a manifestar su desaprobación por la poca preocupación por parte de la autoridad hacia la seguridad de los estudiantes y profesionales de la salud, ya que no son sólo los médicos quienes peligran, también enfermeros, odontólogos y demás participantes en este tan importante pilar de la sociedad.

El colectivo de Médicxs en Formación, así como las federaciones, sociedades y colegios médicos de México, exigen que la autoridad federal y las correspondientes estatales trabajen efectivamente en políticas públicas eficaces que garanticen la seguridad de todos, tanto de los médicos como de los ciudadanos.

La realidad hoy es que ninguno estamos seguros, la inseguridad cabalga sin freno, y desafortunadamente a cualquiera nos puede tocar, pero como sociedad civil debemos organizarnos y trabajar en equipo para evitar que los médicos pasantes lleven a su casa y a sus padres, un certificado de defunción en vez de un título de Médico Cirujano Partero.

Gracias, Hasta la próxima. AECH.


Por: María de los Ángeles Ruiz

Hace poco menos de un mes, el 11 de julio, en la Sierra Tarahumara después del terrible golpe que recibimos todos por el asesinato de los sacerdotes jesuitas, el guía de turistas, el joven beisbolista, nos vuelve a sacudir el alma la noticia de la muerte de una doctora anestesióloga que radicaba en San Juanito, municipio de Bocoyna, a manos de un hombre de 19 años de edad, quien se encontraba drogado y alcoholizado y que parece ser andaba en un “viaje” de esos que provocan el uso de estas substancias que exacerban el cerebro, y pues simplemente asesinó a la doctora.

La fiscalía nunca nos dio detalles de los motivos, pero creo que con tantas historias podemos llenar huecos, y ahora sí que haya sido como haya sido, el resultado es el mismo, nuevamente hay huérfanos, en este caso una niña de cinco años de edad, y nuestra sociedad se vuelve a quedar sin un recurso tan importante como lo es una médica, y las personas que eran favorecidas por su atención ya no contarán con este apoyo, porque ella no volverá y probablemente nadie llegue a reemplazarla.

El 16 de julio, Érick David Andrade Ramírez, de 24 años de edad, quien era médico pasante a quince días de terminar su servicio social, es asesinado por proyectil de arma de fuego, esto al encontrarse laborando dentro del Hospital Integral del Ejido El Brillante, en el municipio Pueblo Nuevo en el estado de Durango, por un joven de 21 años, que se encontraba en el hospital precisamente por encontrarse bajo el influjo de sustancias sicotrópicas, quien en lenguaje coloquial se despertó agresivo después de la reanimación a la que estaba siendo sometido y sacó un arma disparó, matando a Érick David.

¿Les parece una novela de terror? Para mí sí, ¿cómo es posible que la sociedad mexicana estamos siendo acotados por las sustancias destructivas conocidas como drogas? Póngale el nombre que usted guste y mande, una realidad es que las que se están usando en la actualidad como el fentanilo están dando prueba de ser más venenosas y de producir efectos de irritabilidad más fuertes en los consumidores, dando como resultado un aumento en la violencia y por ende poniendo cada vez en más riesgo a toda la población y desafortunadamente a los médicos, quienes sólo hacen su trabajo, que no es nada fácil.

Es derivado de estos dos hechos que tanto en la ciudad de Chihuahua como en Ciudad Juárez todo el gremio estudiantil de la salud ha salido a las calles a manifestar su desaprobación por la poca preocupación por parte de la autoridad hacia la seguridad de los estudiantes y profesionales de la salud, ya que no son sólo los médicos quienes peligran, también enfermeros, odontólogos y demás participantes en este tan importante pilar de la sociedad.

El colectivo de Médicxs en Formación, así como las federaciones, sociedades y colegios médicos de México, exigen que la autoridad federal y las correspondientes estatales trabajen efectivamente en políticas públicas eficaces que garanticen la seguridad de todos, tanto de los médicos como de los ciudadanos.

La realidad hoy es que ninguno estamos seguros, la inseguridad cabalga sin freno, y desafortunadamente a cualquiera nos puede tocar, pero como sociedad civil debemos organizarnos y trabajar en equipo para evitar que los médicos pasantes lleven a su casa y a sus padres, un certificado de defunción en vez de un título de Médico Cirujano Partero.

Gracias, Hasta la próxima. AECH.