/ lunes 23 de agosto de 2021

Quiero ser presidenta del Senado

Por: Bertha Caraveo

Llegué al Senado de la República con la firme convicción de ayudar a transformar la realidad de nuestro país. Estaba y estoy convencida de que la creación de un nuevo régimen político es necesario para redistribuir mejor la riqueza y crear, esencialmente, una sociedad más justa.

En la LXIV legislatura aprobamos diversos cambios a la ley que están regenerando la vida pública de México. Entre ellos, se destacan: la creación de la Guardia Nacional para pacificar al país, la reforma constitucional en materia de paridad de género, el sustancial aumento al salario mínimo en la zona fronteriza, la elevación de los programas sociales a rango constitucional y la austeridad republicana que llegó a las instituciones públicas para terminar con la opulencia característica de los años del viejo régimen.

Quiero ser presidenta del Senado, lo digo sin rodeos y sin titubeos. Agradezco a los senadores que han motivado mi aspiración, no sin antes reconocer la trayectoria de todas y cada una de las compañeras de Morena que también han manifestado su intención de presidir los trabajos del primer año de la LXV Legislatura. Quiero señalar que aceptaré el resultado de la voluntad mayoritaria, pues soy una demócrata convencida de que siempre debe prevalecer la unidad y el proyecto de nación que nos convoca.

Sin embargo, considero que quien presida la Mesa Directiva debe ser una mujer comprometida con poner primero a los más pobres, en concordancia con el Gobierno de México, tomando siempre en consideración la etapa de transformación que atraviesa nuestro país y que nos convoca a todos a poner primero el interés superior de la nación.

Estamos por iniciar una nueva legislatura en el Senado de la República. En ella es necesaria una presidenta que, como hasta ahora, mantenga la imparcialidad en las sesiones y represente de manera digna a la Cámara Alta. Tenemos muchos retos por delante. La LXV legislatura tendrá que seguir impulsando las grandes reformas constitucionales que requiere el país para consolidar el cambio de régimen, que por mandato popular se dio en las urnas.

Justo a la mitad del histórico sexenio de la Cuarta Transformación, se hace necesario continuar con las excelentes tres presidencias que ha tenido el Senado en la nueva vida pública de México. Los legisladores nacionales habremos de reglamentar la revocación de mandato y conducir con respeto al marco constitucional la necesaria reforma electoral que es inevitable ante la decadencia de los órganos encargados de organizar y calificar las elecciones.

Soy una mujer prudente, de acuerdos y comprometida con Chihuahua y mi país. Me encargaré de fortalecer la facultad de revisar la política exterior de México, en una coyuntura multilateral que hace de la diplomacia parlamentaria una primera necesidad para alcanzar acuerdos regionales que beneficien a Latinoamérica como una potencia emergente y, a nuestro país, como un referente de políticas justas que nos permitan imaginar nuevas utopías.

De ser electa como presidenta de la Mesa Directiva, garantizaré la inviolabilidad del recinto legislativo, expresaré su unidad y conduciré las relaciones institucionales con la otra Cámara, los otros poderes de la unión y las autoridades locales con responsabilidad, honradez y sobre todo un profundo amor a México.

Velaré por el equilibrio entre las libertades de los legisladores y grupos parlamentarios, así como el debido cumplimiento de las facultades constitucionales de la Cámara Alta. Hay mucho trabajo por hacer y por ello levanto la mano para que el Senado siga siendo parte de la Cuarta Transformación que llegó a renovar la vida pública de México.

Estoy lista para seguir representando a Chihuahua al más alto nivel del poder Legislativo. Sé que no es un puesto o un cargo, por lo contrario, es una responsabilidad que conlleva el alto honor de tener el encargo de dirigir los debates y ayudar a la consolidación de acuerdos que siempre beneficien a México.

Soy Bertha Caraveo, orgullosa chihuhahuense, feminista, maestra universitaria, y quiero ser presidenta del Senado de la República.


Por: Bertha Caraveo

Llegué al Senado de la República con la firme convicción de ayudar a transformar la realidad de nuestro país. Estaba y estoy convencida de que la creación de un nuevo régimen político es necesario para redistribuir mejor la riqueza y crear, esencialmente, una sociedad más justa.

En la LXIV legislatura aprobamos diversos cambios a la ley que están regenerando la vida pública de México. Entre ellos, se destacan: la creación de la Guardia Nacional para pacificar al país, la reforma constitucional en materia de paridad de género, el sustancial aumento al salario mínimo en la zona fronteriza, la elevación de los programas sociales a rango constitucional y la austeridad republicana que llegó a las instituciones públicas para terminar con la opulencia característica de los años del viejo régimen.

Quiero ser presidenta del Senado, lo digo sin rodeos y sin titubeos. Agradezco a los senadores que han motivado mi aspiración, no sin antes reconocer la trayectoria de todas y cada una de las compañeras de Morena que también han manifestado su intención de presidir los trabajos del primer año de la LXV Legislatura. Quiero señalar que aceptaré el resultado de la voluntad mayoritaria, pues soy una demócrata convencida de que siempre debe prevalecer la unidad y el proyecto de nación que nos convoca.

Sin embargo, considero que quien presida la Mesa Directiva debe ser una mujer comprometida con poner primero a los más pobres, en concordancia con el Gobierno de México, tomando siempre en consideración la etapa de transformación que atraviesa nuestro país y que nos convoca a todos a poner primero el interés superior de la nación.

Estamos por iniciar una nueva legislatura en el Senado de la República. En ella es necesaria una presidenta que, como hasta ahora, mantenga la imparcialidad en las sesiones y represente de manera digna a la Cámara Alta. Tenemos muchos retos por delante. La LXV legislatura tendrá que seguir impulsando las grandes reformas constitucionales que requiere el país para consolidar el cambio de régimen, que por mandato popular se dio en las urnas.

Justo a la mitad del histórico sexenio de la Cuarta Transformación, se hace necesario continuar con las excelentes tres presidencias que ha tenido el Senado en la nueva vida pública de México. Los legisladores nacionales habremos de reglamentar la revocación de mandato y conducir con respeto al marco constitucional la necesaria reforma electoral que es inevitable ante la decadencia de los órganos encargados de organizar y calificar las elecciones.

Soy una mujer prudente, de acuerdos y comprometida con Chihuahua y mi país. Me encargaré de fortalecer la facultad de revisar la política exterior de México, en una coyuntura multilateral que hace de la diplomacia parlamentaria una primera necesidad para alcanzar acuerdos regionales que beneficien a Latinoamérica como una potencia emergente y, a nuestro país, como un referente de políticas justas que nos permitan imaginar nuevas utopías.

De ser electa como presidenta de la Mesa Directiva, garantizaré la inviolabilidad del recinto legislativo, expresaré su unidad y conduciré las relaciones institucionales con la otra Cámara, los otros poderes de la unión y las autoridades locales con responsabilidad, honradez y sobre todo un profundo amor a México.

Velaré por el equilibrio entre las libertades de los legisladores y grupos parlamentarios, así como el debido cumplimiento de las facultades constitucionales de la Cámara Alta. Hay mucho trabajo por hacer y por ello levanto la mano para que el Senado siga siendo parte de la Cuarta Transformación que llegó a renovar la vida pública de México.

Estoy lista para seguir representando a Chihuahua al más alto nivel del poder Legislativo. Sé que no es un puesto o un cargo, por lo contrario, es una responsabilidad que conlleva el alto honor de tener el encargo de dirigir los debates y ayudar a la consolidación de acuerdos que siempre beneficien a México.

Soy Bertha Caraveo, orgullosa chihuhahuense, feminista, maestra universitaria, y quiero ser presidenta del Senado de la República.