/ viernes 18 de mayo de 2018

“Rarámuris”, ¿huyendo del diablo?

Por más de cuatro siglos los tarahumaras han resistido ante la acometida de los mestizos o chabochis, replegándose a la sierra para librar la agresión explotadora, prefiriendo las dificultades geográficas al sometimiento a los extraños.

La relación entre ambas culturas nunca ha sido de armonía. Orgullo ancestral de unos frente a la ambición de otros; dignidad frente a afán de poder y dominio siguen librando una batalla que no parece tener fin.

La tradición rarámuri dice que “en el principio de los tiempos Dios les dio vida a ellos y el diablo a los chabochi”. Así explican las relaciones asimétricas entre la sociedad rarámuri y la sociedad mestiza”. (Documento de resumen del Repositorio Universitario Digital del Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM)

William Merril refirió en su libro “Almas rarámuris” (INI, 1992) la historia indígena de que el diablo y Dios compitieron en los inicios por hacer a los humanos; Dios hizo las figuras con barro y el diablo las hizo con cenizas blancas. Así se originaron rarámuris y chabochis, teniendo Dios el aliento o alma (ariwá) para su creación, pero el diablo no.

Rarámuris y chabochis parecen ser culturas irreconciliables. Las históricas rebeliones indígenas de siglos pasados representan ese antagonismo, el cual prevalece, aunque ya sin tintes belicosos. Los tarahumaras siguen evadiendo a los mestizos, siempre desconfiando de ellos.

En un texto sobre las carreras tarahumaras, Tania Campos dice que los tarahumaras están “evitando el contacto con los chabochi, así es como llaman a los que no pertenecen a la comunidad, esa palabra significa aquellos que causan problemas, y por el contrario, rarámuris significa aquellos que huyen de los problemas” (www.xataka.com.mx. Octubre 2017).

Rarámuri (rara, pie; y muri, correr) es un etnónimo que literalmente se refiere a una característica: es gente que corre, y ese correr se ha entendido como un ritual de veneración a la naturaleza y a la vida.

Interesante es cuestionar: ¿Ese correr es realmente una huida del diablo? ¿Esa acción es un escape del chabochi? ¿“Rarámuri” significará, en el fondo, “correr del mal”?

Por más de cuatro siglos los tarahumaras han resistido ante la acometida de los mestizos o chabochis, replegándose a la sierra para librar la agresión explotadora, prefiriendo las dificultades geográficas al sometimiento a los extraños.

La relación entre ambas culturas nunca ha sido de armonía. Orgullo ancestral de unos frente a la ambición de otros; dignidad frente a afán de poder y dominio siguen librando una batalla que no parece tener fin.

La tradición rarámuri dice que “en el principio de los tiempos Dios les dio vida a ellos y el diablo a los chabochi”. Así explican las relaciones asimétricas entre la sociedad rarámuri y la sociedad mestiza”. (Documento de resumen del Repositorio Universitario Digital del Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM)

William Merril refirió en su libro “Almas rarámuris” (INI, 1992) la historia indígena de que el diablo y Dios compitieron en los inicios por hacer a los humanos; Dios hizo las figuras con barro y el diablo las hizo con cenizas blancas. Así se originaron rarámuris y chabochis, teniendo Dios el aliento o alma (ariwá) para su creación, pero el diablo no.

Rarámuris y chabochis parecen ser culturas irreconciliables. Las históricas rebeliones indígenas de siglos pasados representan ese antagonismo, el cual prevalece, aunque ya sin tintes belicosos. Los tarahumaras siguen evadiendo a los mestizos, siempre desconfiando de ellos.

En un texto sobre las carreras tarahumaras, Tania Campos dice que los tarahumaras están “evitando el contacto con los chabochi, así es como llaman a los que no pertenecen a la comunidad, esa palabra significa aquellos que causan problemas, y por el contrario, rarámuris significa aquellos que huyen de los problemas” (www.xataka.com.mx. Octubre 2017).

Rarámuri (rara, pie; y muri, correr) es un etnónimo que literalmente se refiere a una característica: es gente que corre, y ese correr se ha entendido como un ritual de veneración a la naturaleza y a la vida.

Interesante es cuestionar: ¿Ese correr es realmente una huida del diablo? ¿Esa acción es un escape del chabochi? ¿“Rarámuri” significará, en el fondo, “correr del mal”?