/ sábado 16 de marzo de 2019

Razonamiento motivado

¿Por qué, cuando intentamos dialogar con un “chairo”, nunca acepta la verdad, consistente en estudios serios, estadísticas, evidencia histórica, fotos, y videos? Lo único que vale es la palabra de su presidente, a quien lo catalogan como lo más cercano a un extraño dios-todo-poderoso. ¿Nos hemos preguntado por qué estos raros individuos se rehúsan a cambiar sus creencias por más extrañas que parezcan, aun teniendo todos los hechos y la información disponible? Nos referimos al llamado “razonamiento motivado”. Prefieren creer lo que les dicen más no lo que en realidad es.


El psicólogo León Festingerr observó en 1956 que los que piensan así, aunque no lo creamos, son personas que llegan a las conclusiones que desean llegar, pero en ningún momento las reales. Concluyen que para ellos lo que ven, sienten y escuchan es obvio y que cuando queremos creer en algo, buscamos todo aquello que apoye aquella evidencia en nuestra mente, y aunque encontremos sólo una pequeña parte de ella, nos damos permiso de creer lo que la justificación que encontramos nos permite retener en nuestros procesos de pensamiento, así que este fenómeno en la toma de decisiones, es llamado “razonamiento motivado”. El psicólogo social Jonathan Haiddt escribió en alguna ocasión que “el proceso de razonamiento es más como un abogado defendiendo un cliente, que como un juez o científico buscando la verdad”.


El autor Dr. Steven Novella quien escribiera “La guía escéptica del Universo” concluye que los seguidores de cultos como el de Morena lo hacen a ciegas. En algún momento tienen alguna penetración en su propia psicología, y si no, utilizarán herramientas mentales para reforzar la creencia de lo que quieren o desean en un primer lugar. “De alguna forma utilizan dichas herramientas para reforzar la creencia que querían en primer lugar. Confrontan la propia psicología de sus creencias”.


El poder del razonamiento motivado no se puede exagerar. En un estudio de 1986, los sujetos de dicho estudio que habían tenido un bajo desempeño en los resultados de sus pruebas de inteligencia (IQ) desacreditaban todos aquellos informes que apoyaban dichas pruebas. Básicamente el razonamiento motivado puede influir en lo que una persona percibe físicamente. En otros estudios hubo quien confundió letras con números cuando se les influyó anticipadamente. En su libro, “Por qué la gente buena es dividida por la política y la religión”, Haidt afirma que el razonamiento motivado le causa jaquecas a los médicos y analistas. Ahora la amplia información en internet, a escoger, nos lleva a las conclusiones que más van de acuerdo a lo que queremos creer. Aun si a los más listos, siendo congruentes con “La guía para escépticos del razonamiento motivado” se les facilita encontrar información, aunque sea falsa, para apoyar sus creencias. Y la forma de corregir estas desviaciones, es involucrándose en el “escepticismo científico” algo muy difícil de lograr.


Ser un escéptico significa que conscientemente tenemos que aceptar principalmente una creencia que es válida, sobre las creencias que no lo son. Novella afirma que tenemos que preocuparnos más sobre el proceso de cómo evaluamos nuestra creencias sobe cualquier conclusión, o sea, aceptar la posibilidad de que estamos equivocados para cambiar nuestra creencia particular y hacerla menos equivocada. Podemos empezar en ser críticos de nuestras fuentes y sospechar de las mismas independientemente de ideologías. Siempre tenemos que cuestionarnos, algo que el que ya es parte de una secta política, probablemente nunca hará.


¿Por qué, cuando intentamos dialogar con un “chairo”, nunca acepta la verdad, consistente en estudios serios, estadísticas, evidencia histórica, fotos, y videos? Lo único que vale es la palabra de su presidente, a quien lo catalogan como lo más cercano a un extraño dios-todo-poderoso. ¿Nos hemos preguntado por qué estos raros individuos se rehúsan a cambiar sus creencias por más extrañas que parezcan, aun teniendo todos los hechos y la información disponible? Nos referimos al llamado “razonamiento motivado”. Prefieren creer lo que les dicen más no lo que en realidad es.


El psicólogo León Festingerr observó en 1956 que los que piensan así, aunque no lo creamos, son personas que llegan a las conclusiones que desean llegar, pero en ningún momento las reales. Concluyen que para ellos lo que ven, sienten y escuchan es obvio y que cuando queremos creer en algo, buscamos todo aquello que apoye aquella evidencia en nuestra mente, y aunque encontremos sólo una pequeña parte de ella, nos damos permiso de creer lo que la justificación que encontramos nos permite retener en nuestros procesos de pensamiento, así que este fenómeno en la toma de decisiones, es llamado “razonamiento motivado”. El psicólogo social Jonathan Haiddt escribió en alguna ocasión que “el proceso de razonamiento es más como un abogado defendiendo un cliente, que como un juez o científico buscando la verdad”.


El autor Dr. Steven Novella quien escribiera “La guía escéptica del Universo” concluye que los seguidores de cultos como el de Morena lo hacen a ciegas. En algún momento tienen alguna penetración en su propia psicología, y si no, utilizarán herramientas mentales para reforzar la creencia de lo que quieren o desean en un primer lugar. “De alguna forma utilizan dichas herramientas para reforzar la creencia que querían en primer lugar. Confrontan la propia psicología de sus creencias”.


El poder del razonamiento motivado no se puede exagerar. En un estudio de 1986, los sujetos de dicho estudio que habían tenido un bajo desempeño en los resultados de sus pruebas de inteligencia (IQ) desacreditaban todos aquellos informes que apoyaban dichas pruebas. Básicamente el razonamiento motivado puede influir en lo que una persona percibe físicamente. En otros estudios hubo quien confundió letras con números cuando se les influyó anticipadamente. En su libro, “Por qué la gente buena es dividida por la política y la religión”, Haidt afirma que el razonamiento motivado le causa jaquecas a los médicos y analistas. Ahora la amplia información en internet, a escoger, nos lleva a las conclusiones que más van de acuerdo a lo que queremos creer. Aun si a los más listos, siendo congruentes con “La guía para escépticos del razonamiento motivado” se les facilita encontrar información, aunque sea falsa, para apoyar sus creencias. Y la forma de corregir estas desviaciones, es involucrándose en el “escepticismo científico” algo muy difícil de lograr.


Ser un escéptico significa que conscientemente tenemos que aceptar principalmente una creencia que es válida, sobre las creencias que no lo son. Novella afirma que tenemos que preocuparnos más sobre el proceso de cómo evaluamos nuestra creencias sobe cualquier conclusión, o sea, aceptar la posibilidad de que estamos equivocados para cambiar nuestra creencia particular y hacerla menos equivocada. Podemos empezar en ser críticos de nuestras fuentes y sospechar de las mismas independientemente de ideologías. Siempre tenemos que cuestionarnos, algo que el que ya es parte de una secta política, probablemente nunca hará.