/ sábado 28 de diciembre de 2019

Realismo sacrificio o no habrá futuro


La próxima semana termina un año en que las fantasías promesas electorales de AMLO se fueron esfumando una a una, porque no existen los famosos 500 mil millones de pesos una vez "controlada una corrupción", que todavía no sabemos si continúa, considerando que se ha abusado de la asignación directa de proyectos mil millonarios sin concurso.

Finalmente, cerraron el Seguro Popular sin que su sustituto se encuentre operando. El déficit de medicinas en los hospitales y sistema de salud público es asunto de todos los días, mientras que el huachicoleo que iba a cortar de tajo AMLO continúa, con una que otra explosión de ductos, mientras los ingresos de Pemex por venta de combustibles no crecen, lo que debería de suceder si ya hubieran controlado el robo.

Miles de solicitudes no atendidas, hacen mexicana fila en decenas de oficinas federales, debido a la honestidad de batallones de funcionarios incapaces e incompetentes, y lo más trágico, la deuda de estados y municipios crece, toda vez que un porcentaje de las participaciones federales autorizadas en diciembre de 2018, simplemente no les llegaron, porque a AMLO se le cayó la recaudación del IVA y del ISR.

Lo más triste, se desmanteló el sistema de evaluación de maestros, que era el principio de la calidad educativa, para que nuestros jóvenes y niños pudieran competir con otros jóvenes y niños de la India, Vietnam, Singapur, etc. en la competidísima sociedad del conocimiento del siglo XXI.

Por último, la promesa de reducir los índices de inseguridad, especialmente en los delitos más graves como el homicidio, narcotráfico, extorsión, desaparición de personas, simplemente no sucedió.

Y entonces usted mi estimado lector, me preguntará, a ver, mi criticón articulista, si se lanzara de candidato, ¿qué le prometería a sus electores? Bueno, lo que yo les prometería probablemente me haría perder, casi con absoluta seguridad.

Para empezar, les explicaría que el deterioro del Metro, las calles, las tuberías de agua potable que abren socavones todos los meses en la CDMX, sucede porque López Obrador y los perredistas que gobernaron tomaron los recursos para el mantenimiento de la infraestructura urbana para darle pensiones a miles de ancianos y comprar su voto, porque del futuro y sus nietos, ninguno se acuerda.

Y les explicaría, que los gobiernos de los estados y municipios endeudados, ya no tienen recursos para ampliar los servicios de agua potable, calles y drenaje, ni para reparar miles de lámparas de alumbrado público, etc., por lo cual se tienen que concesionar sin favores ni raterías. Por lo cual, perdería la elección.


La próxima semana termina un año en que las fantasías promesas electorales de AMLO se fueron esfumando una a una, porque no existen los famosos 500 mil millones de pesos una vez "controlada una corrupción", que todavía no sabemos si continúa, considerando que se ha abusado de la asignación directa de proyectos mil millonarios sin concurso.

Finalmente, cerraron el Seguro Popular sin que su sustituto se encuentre operando. El déficit de medicinas en los hospitales y sistema de salud público es asunto de todos los días, mientras que el huachicoleo que iba a cortar de tajo AMLO continúa, con una que otra explosión de ductos, mientras los ingresos de Pemex por venta de combustibles no crecen, lo que debería de suceder si ya hubieran controlado el robo.

Miles de solicitudes no atendidas, hacen mexicana fila en decenas de oficinas federales, debido a la honestidad de batallones de funcionarios incapaces e incompetentes, y lo más trágico, la deuda de estados y municipios crece, toda vez que un porcentaje de las participaciones federales autorizadas en diciembre de 2018, simplemente no les llegaron, porque a AMLO se le cayó la recaudación del IVA y del ISR.

Lo más triste, se desmanteló el sistema de evaluación de maestros, que era el principio de la calidad educativa, para que nuestros jóvenes y niños pudieran competir con otros jóvenes y niños de la India, Vietnam, Singapur, etc. en la competidísima sociedad del conocimiento del siglo XXI.

Por último, la promesa de reducir los índices de inseguridad, especialmente en los delitos más graves como el homicidio, narcotráfico, extorsión, desaparición de personas, simplemente no sucedió.

Y entonces usted mi estimado lector, me preguntará, a ver, mi criticón articulista, si se lanzara de candidato, ¿qué le prometería a sus electores? Bueno, lo que yo les prometería probablemente me haría perder, casi con absoluta seguridad.

Para empezar, les explicaría que el deterioro del Metro, las calles, las tuberías de agua potable que abren socavones todos los meses en la CDMX, sucede porque López Obrador y los perredistas que gobernaron tomaron los recursos para el mantenimiento de la infraestructura urbana para darle pensiones a miles de ancianos y comprar su voto, porque del futuro y sus nietos, ninguno se acuerda.

Y les explicaría, que los gobiernos de los estados y municipios endeudados, ya no tienen recursos para ampliar los servicios de agua potable, calles y drenaje, ni para reparar miles de lámparas de alumbrado público, etc., por lo cual se tienen que concesionar sin favores ni raterías. Por lo cual, perdería la elección.