/ viernes 18 de junio de 2021

Reconocimiento al Ichitaip

¿Cómo y en qué gastan los recursos públicos nuestros gobernantes? ¿Qué tan efectivo o benéfico es dicho gasto? ¿Corresponde ese gasto a las necesidades de los gobernados? Los ciudadanos queremos respuestas a estas preguntas, y el gobierno está obligado a responderlas.

Hacer que el gobierno sea transparente y rinda cuentas ante los gobernados no es una misión sencilla ni fácil. Por ello, quien la cumpla debe contar con el interés y el apoyo de la ciudadanía. Una vida pública democrática necesita del órgano que hace efectiva la obligación del gobierno a rendir cuentas.

Es evidente que el valor de una institución se establece por el beneficio que la misma le deja a la sociedad por la cual y para la cual ha sido creada; con todo y las dificultades y complicaciones para el cumplimiento de su misión, su utilidad pública la justifica, da razón a su ser.

El Instituto Chihuahuense de Transparencia y Acceso a la Información Pública (Ichitaip), que se dedica a garantizar esa transparencia y rendición de cuentas en nuestro estado, ha sido reconocido a nivel nacional no sólo por atender a los ciudadanos, sino por el eficaz desempeño como órgano garante.

El Ichitaip, en el seguimiento de su visión y el cumplimiento de su misión, ha actuado para responder eficaz y eficientemente a los chihuahuenses, cosa que no es de menor importancia, sabiendo que se enfrenta a voluntades (o no voluntades) que ejercen el poder político en la entidad.

Aunque a veces (quizás muy frecuentemente) el comisionado presidente del Ichitaip, Ernesto Alejandro de la Rocha Montiel, diga que los funcionarios de gobierno se enojan ante las demandas y quejas ciudadanas, hay que reconocer, a todo el equipo del instituto, que se sostiene en hacer cumplir la obligación a la que están sujetos.

Este órgano autónomo tiene la responsabilidad de hacer cumplir la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Estado de Chihuahua y la Ley de Protección de Datos Personales del Estado. Y ha sido en el cumplimiento de dicha responsabilidad que se ha ganado el reconocimiento del Sistema Nacional de Transparencia.

Los ciudadanos tenemos el derecho de solicitar información sobre la forma en que se manejan los recursos públicos, y el gobierno está obligado a informar sobre ello. El Ichitaip es el medio a través del cual hacemos valer nuestro derecho y obligamos al gobierno a respondernos. Parece muy fácil, ¿verdad? En teoría lo es, pero no siempre se ve así en la práctica.

El ideal es que la transparencia y la rendición de cuentas de instancias de gobierno, así como otros organismos y empresas, se vaya consolidando como uno de los elementos más importantes de la vida pública democrática, permitiendo una participación ciudadana con una mayor confianza.

Por contribuir a este ideal democrático, el reconocimiento al Ichitaip es merecido. Ciudadanos y servidores públicos serán mejores dentro de una cultura de transparencia.

¿Cómo y en qué gastan los recursos públicos nuestros gobernantes? ¿Qué tan efectivo o benéfico es dicho gasto? ¿Corresponde ese gasto a las necesidades de los gobernados? Los ciudadanos queremos respuestas a estas preguntas, y el gobierno está obligado a responderlas.

Hacer que el gobierno sea transparente y rinda cuentas ante los gobernados no es una misión sencilla ni fácil. Por ello, quien la cumpla debe contar con el interés y el apoyo de la ciudadanía. Una vida pública democrática necesita del órgano que hace efectiva la obligación del gobierno a rendir cuentas.

Es evidente que el valor de una institución se establece por el beneficio que la misma le deja a la sociedad por la cual y para la cual ha sido creada; con todo y las dificultades y complicaciones para el cumplimiento de su misión, su utilidad pública la justifica, da razón a su ser.

El Instituto Chihuahuense de Transparencia y Acceso a la Información Pública (Ichitaip), que se dedica a garantizar esa transparencia y rendición de cuentas en nuestro estado, ha sido reconocido a nivel nacional no sólo por atender a los ciudadanos, sino por el eficaz desempeño como órgano garante.

El Ichitaip, en el seguimiento de su visión y el cumplimiento de su misión, ha actuado para responder eficaz y eficientemente a los chihuahuenses, cosa que no es de menor importancia, sabiendo que se enfrenta a voluntades (o no voluntades) que ejercen el poder político en la entidad.

Aunque a veces (quizás muy frecuentemente) el comisionado presidente del Ichitaip, Ernesto Alejandro de la Rocha Montiel, diga que los funcionarios de gobierno se enojan ante las demandas y quejas ciudadanas, hay que reconocer, a todo el equipo del instituto, que se sostiene en hacer cumplir la obligación a la que están sujetos.

Este órgano autónomo tiene la responsabilidad de hacer cumplir la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Estado de Chihuahua y la Ley de Protección de Datos Personales del Estado. Y ha sido en el cumplimiento de dicha responsabilidad que se ha ganado el reconocimiento del Sistema Nacional de Transparencia.

Los ciudadanos tenemos el derecho de solicitar información sobre la forma en que se manejan los recursos públicos, y el gobierno está obligado a informar sobre ello. El Ichitaip es el medio a través del cual hacemos valer nuestro derecho y obligamos al gobierno a respondernos. Parece muy fácil, ¿verdad? En teoría lo es, pero no siempre se ve así en la práctica.

El ideal es que la transparencia y la rendición de cuentas de instancias de gobierno, así como otros organismos y empresas, se vaya consolidando como uno de los elementos más importantes de la vida pública democrática, permitiendo una participación ciudadana con una mayor confianza.

Por contribuir a este ideal democrático, el reconocimiento al Ichitaip es merecido. Ciudadanos y servidores públicos serán mejores dentro de una cultura de transparencia.