/ viernes 19 de noviembre de 2021

Recortes presupuestales al INE      

En una república democrática, para que las instituciones del sector público funcionen eficientemente requieren de recursos suficientes para el cumplimiento de sus atribuciones, la propia Constitución así lo ordena. No se deben convertir las instituciones públicas en tristes floreros que sólo sirvan de simulación, es lamentable que ya existen varias sometidas a los mandatos de una sola persona, en este caso del presidente de la República. No se debe caer en el papel de la Comisión Nacional de Derechos Humanos que ha perdido autonomía y credibilidad tras su sometimiento a las órdenes de López Obrador, es paradójico que ante tantos atropellos por parte de las autoridades federales, no se emitan recomendaciones a las mismas, ni se dé seguimiento a los asuntos graves e importantes que debe atender.

No es posible que en una república con división de poderes se permita que el presidente marque las agendas de los otros poderes del Estado, o de las instituciones y organismos autónomos que son los contrapesos que exige el Estado de Derecho para su buen funcionamiento.

Qué lamentable que en el Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio 2022 haya sido aprobado por los 273 legisladores de Morena, del Partido del Trabajo y del PVEM que acataron las órdenes del Ejecutivo sin cambiarle una sola coma o un solo punto, y sin que se haya debatido ni tomado en consideración las casi dos mil reservas de los diputados de “oposición”, en las cuales se solicitaba destinar mayores recursos al sector salud, para vacunas, medicamentos y tratamientos de los niños con cáncer, también se solicitaba etiquetar más recursos a la educación, a la seguridad, al apoyo a la economía, y se puede seguir haciendo una lista interminable de necesidades, no obstante se volvieron a privilegiar recursos para las obras faraónicas y para los programas sociales del presidente, que más bien responden a fines electorales.

Es de llamar la atención el recorte de 4 mil 913 millones de pesos al presupuesto del INE, aunque ya se veía venir, desde hace tiempo AMLO en las mañaneras ha descalificado frecuentemente la labor del INE, no obstante que es una de las instituciones públicas de mayor confianza entre los mexicanos, de conformidad con encuestas recientes.

En la pasada comparecencia de Lorenzo Córdova, consejero presidente del INE en la Cámara de Diputados, misma en la que aguantó insultos y faltas de respeto de los legisladores del presidente, cuya animadversión contra el funcionario fue evidente, pero él estuvo a la altura de su investidura, sin perder la calma y con firmeza defendió la institución que representa y a la que todos los mexicanos debemos defender también. Es obvio que el recorte presupuestal del INE es con la intención de hacerlo quedar mal en la realización de la “Ratificación Presidencial” disfrazada de revocación de mandato y que costará los mismos millones que una elección presidencial, para luego argumentar que el INE no cumple sus funciones y justificar su desaparición, es plan con maña.



En una república democrática, para que las instituciones del sector público funcionen eficientemente requieren de recursos suficientes para el cumplimiento de sus atribuciones, la propia Constitución así lo ordena. No se deben convertir las instituciones públicas en tristes floreros que sólo sirvan de simulación, es lamentable que ya existen varias sometidas a los mandatos de una sola persona, en este caso del presidente de la República. No se debe caer en el papel de la Comisión Nacional de Derechos Humanos que ha perdido autonomía y credibilidad tras su sometimiento a las órdenes de López Obrador, es paradójico que ante tantos atropellos por parte de las autoridades federales, no se emitan recomendaciones a las mismas, ni se dé seguimiento a los asuntos graves e importantes que debe atender.

No es posible que en una república con división de poderes se permita que el presidente marque las agendas de los otros poderes del Estado, o de las instituciones y organismos autónomos que son los contrapesos que exige el Estado de Derecho para su buen funcionamiento.

Qué lamentable que en el Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio 2022 haya sido aprobado por los 273 legisladores de Morena, del Partido del Trabajo y del PVEM que acataron las órdenes del Ejecutivo sin cambiarle una sola coma o un solo punto, y sin que se haya debatido ni tomado en consideración las casi dos mil reservas de los diputados de “oposición”, en las cuales se solicitaba destinar mayores recursos al sector salud, para vacunas, medicamentos y tratamientos de los niños con cáncer, también se solicitaba etiquetar más recursos a la educación, a la seguridad, al apoyo a la economía, y se puede seguir haciendo una lista interminable de necesidades, no obstante se volvieron a privilegiar recursos para las obras faraónicas y para los programas sociales del presidente, que más bien responden a fines electorales.

Es de llamar la atención el recorte de 4 mil 913 millones de pesos al presupuesto del INE, aunque ya se veía venir, desde hace tiempo AMLO en las mañaneras ha descalificado frecuentemente la labor del INE, no obstante que es una de las instituciones públicas de mayor confianza entre los mexicanos, de conformidad con encuestas recientes.

En la pasada comparecencia de Lorenzo Córdova, consejero presidente del INE en la Cámara de Diputados, misma en la que aguantó insultos y faltas de respeto de los legisladores del presidente, cuya animadversión contra el funcionario fue evidente, pero él estuvo a la altura de su investidura, sin perder la calma y con firmeza defendió la institución que representa y a la que todos los mexicanos debemos defender también. Es obvio que el recorte presupuestal del INE es con la intención de hacerlo quedar mal en la realización de la “Ratificación Presidencial” disfrazada de revocación de mandato y que costará los mismos millones que una elección presidencial, para luego argumentar que el INE no cumple sus funciones y justificar su desaparición, es plan con maña.