/ viernes 23 de agosto de 2019

Reflexiones en torno a la enfermedad de Alzheimer

Leyendo en un medio de comunicación internacional “cómo es el novedoso prototipo de casas para personas con Alzheimer” que la reina de Suecia y la empresa Ikea presentaron la semana pasada con motivo del alarmante proceso de envejecimiento de la población sueca, me nació la duda sobre cuál es la situación de México respecto a la enfermedad de Alzheimer.

Según las estimaciones que el Instituto Nacional de Geriatría presentó el año pasado, en México existen alrededor de 800,000 adultos mayores que sufren ese trastorno neurodegenerativo progresivo e irreversible. Es decir, 800,000 personas padecen esa enfermedad que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, debe ser prioridad en materia de salud pública.

Sin bien en el año 2014 la Secretaría de Salud publicó un “Plan de acción Alzheimer y otras demencias”, que tenía como objetivo promover los esfuerzos en la prevención, la promoción del diagnóstico temprano y el apoyo a los pacientes y sus cuidadores, no existen datos oficiales que indiquen los resultados de dicho plan, y -mucho menos- existe información reciente sobre algún otro plan para atender la problemática.

Es quizás por eso que el año pasado, en el marco del Día Mundial del Alzheimer, diferentes asociaciones mexicanas enfocadas en la atención de esta enfermedad hicieron un llamado para sumar esfuerzos y afrontarla como es debido. Es decir, considerando que las estimaciones indican que para el año 2050 el mal de Alzheimer será la demencia con mayor prevalencia en los mexicanos adultos mayores, alcanzando los 2 millones 450 mil pacientes.

Con todo lo anteriormente expresado -y muchas cosas más-, queda claro que el mal de Alzheimer, también conocido como la “enfermedad del olvido”, es un asunto de salud pública que requiere atención inmediata que tome en cuenta lo manifestado por las organizaciones de la sociedad civil e instituciones dedicadas al Alzheimer que recientemente participaron en el conversatorio “Te queremos escuchar”; o sea, que en México se requiere especialización en el padecimiento del Alzheimer y más información, a fin de que la sociedad pueda tratar dignamente a sus enfermos, contar con residencias de día, mayor investigación, presupuesto, orientación a familiares y capacitación a cuidadores.

En esta ocasión, concluyo citando lo dicho alguna vez por la doctora en Medicina y novelista estadounidense Tess Gerritsen: “La enfermedad de Alzheimer literalmente nos está matando, y la única forma de combatir este ‘crimen’ es a través de una oleada de personas que continúan levantando sus voces y fondos para asegurarse de que reciba la atención que merece”.

laecita.wordpress.com
laecita@gmail.com

Leyendo en un medio de comunicación internacional “cómo es el novedoso prototipo de casas para personas con Alzheimer” que la reina de Suecia y la empresa Ikea presentaron la semana pasada con motivo del alarmante proceso de envejecimiento de la población sueca, me nació la duda sobre cuál es la situación de México respecto a la enfermedad de Alzheimer.

Según las estimaciones que el Instituto Nacional de Geriatría presentó el año pasado, en México existen alrededor de 800,000 adultos mayores que sufren ese trastorno neurodegenerativo progresivo e irreversible. Es decir, 800,000 personas padecen esa enfermedad que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, debe ser prioridad en materia de salud pública.

Sin bien en el año 2014 la Secretaría de Salud publicó un “Plan de acción Alzheimer y otras demencias”, que tenía como objetivo promover los esfuerzos en la prevención, la promoción del diagnóstico temprano y el apoyo a los pacientes y sus cuidadores, no existen datos oficiales que indiquen los resultados de dicho plan, y -mucho menos- existe información reciente sobre algún otro plan para atender la problemática.

Es quizás por eso que el año pasado, en el marco del Día Mundial del Alzheimer, diferentes asociaciones mexicanas enfocadas en la atención de esta enfermedad hicieron un llamado para sumar esfuerzos y afrontarla como es debido. Es decir, considerando que las estimaciones indican que para el año 2050 el mal de Alzheimer será la demencia con mayor prevalencia en los mexicanos adultos mayores, alcanzando los 2 millones 450 mil pacientes.

Con todo lo anteriormente expresado -y muchas cosas más-, queda claro que el mal de Alzheimer, también conocido como la “enfermedad del olvido”, es un asunto de salud pública que requiere atención inmediata que tome en cuenta lo manifestado por las organizaciones de la sociedad civil e instituciones dedicadas al Alzheimer que recientemente participaron en el conversatorio “Te queremos escuchar”; o sea, que en México se requiere especialización en el padecimiento del Alzheimer y más información, a fin de que la sociedad pueda tratar dignamente a sus enfermos, contar con residencias de día, mayor investigación, presupuesto, orientación a familiares y capacitación a cuidadores.

En esta ocasión, concluyo citando lo dicho alguna vez por la doctora en Medicina y novelista estadounidense Tess Gerritsen: “La enfermedad de Alzheimer literalmente nos está matando, y la única forma de combatir este ‘crimen’ es a través de una oleada de personas que continúan levantando sus voces y fondos para asegurarse de que reciba la atención que merece”.

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