/ miércoles 13 de octubre de 2021

Reforma energética de la 4T | El regreso del nacionalismo (primera parte)

En días recientes fue enviada por el presidente López Obrador al Congreso de la Unión una propuesta de Reforma Constitucional de los Artículos 25,27 y 28 en Materia Energética a fin de recuperar la rectoría del Estado en la industria eléctrica y establecer que únicamente empresas estatales podrán explotar el litio que se encuentra en el subsuelo del país.

Al respecto se ha desatado una férrea oposición del PAN y de algunos organismos empresariales pues “argumentan” voz en cuello que es un retroceso y que el mercado, ese dios al que tanto veneran, se ve amenazado. Al respecto me gustaría hacer unos comentarios en el ánimo de aportar al necesario debate de un tema estratégico para el desarrollo económico del país. Me disculpo de antemano pero por la amplitud y complejidad me veo obligado a dividir el análisis en dos partes.

Después de la reforma energética del año 2013, aquella lograda a partir de los “moches Anayescos”, la CFE perdió mercado y fue obligada a comprar electricidad a privados, endeudándose. También fue dividida en subsidiarias, lo que afectó el intercambio de información, pérdidas económicas reflejadas en que los productores privados utilizan prácticamente sin costo la red de transmisión y distribución de CFE, infraestructura que ha costado al pueblo mexicano.

Así entonces, una modificación centrales de la propuesta para revertir la contrarreforma peñista es la que asigna a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) la facultad de determinar cuándo y cuánta energía comprar a los generadores privados, además de establecer que en cada caso éstos deberán hacer ofertas y se elegirá la que mejor convenga a los intereses nacionales. Es necesario recordar que, bajo el esquema vigente, la CFE es obligada a comprar la producción de los privados, incluso cuando posee la capacidad de satisfacer la demanda con sus propios medios, lo cual implica el doble quebranto de comprar algo que puede generar por sí misma y de mantener ociosas sus plantas.

Los opositores a la reforma pretenden asustar con el fantasma del estatismo advirtiendo de un supuesto monopolio estatal, pero yo tengo otros datos, hasta hoy la CFE es una empresa productiva del Estado y con esta iniciativa será un organismo del Estado, encargándose de todo el proceso eléctrico (generación, conducción, distribución y abastecimiento). Se busca que la CFE opere a su máxima capacidad y que genere el 54% del consumo eléctrico nacional y por tanto los privados el 46% restante, este mecanismo de adquisición se hará basado en un procedimiento de competencia. NO SE CIERRA EL MERCADO PARA LOS PRODUCTORES PRIVADOS. Pueden suministrar 46% del mercado, pero ahora lo harán bajo nuevas condiciones. No existe tal monopolio, cualquier estudiante de economía les podría explicar con manzanitas.

Es importante señalar que la Reforma Eléctrica no va a golpear la economía de las familias, al contrario, se trata de bajar la tarifa más alta que es la doméstica y bajarle el subsidio por el uso gratuito del uso de las redes de transmisión y distribución a las empresas que están vendiendo la energía gracias a que desde 2013 se les concesionó con la reforma peñista. Por cierto, la tarifa domiciliaria sólo ha aumentado la inflación a partir del 2018 mientras que en España, gracias a las empresas favorecidas por Calderón y Peña, como Iberdrola que son las que manejan el mercado decidieron aumentar las tarifas unilateralmente en un 26% de un día para otro…

Continuará.


En días recientes fue enviada por el presidente López Obrador al Congreso de la Unión una propuesta de Reforma Constitucional de los Artículos 25,27 y 28 en Materia Energética a fin de recuperar la rectoría del Estado en la industria eléctrica y establecer que únicamente empresas estatales podrán explotar el litio que se encuentra en el subsuelo del país.

Al respecto se ha desatado una férrea oposición del PAN y de algunos organismos empresariales pues “argumentan” voz en cuello que es un retroceso y que el mercado, ese dios al que tanto veneran, se ve amenazado. Al respecto me gustaría hacer unos comentarios en el ánimo de aportar al necesario debate de un tema estratégico para el desarrollo económico del país. Me disculpo de antemano pero por la amplitud y complejidad me veo obligado a dividir el análisis en dos partes.

Después de la reforma energética del año 2013, aquella lograda a partir de los “moches Anayescos”, la CFE perdió mercado y fue obligada a comprar electricidad a privados, endeudándose. También fue dividida en subsidiarias, lo que afectó el intercambio de información, pérdidas económicas reflejadas en que los productores privados utilizan prácticamente sin costo la red de transmisión y distribución de CFE, infraestructura que ha costado al pueblo mexicano.

Así entonces, una modificación centrales de la propuesta para revertir la contrarreforma peñista es la que asigna a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) la facultad de determinar cuándo y cuánta energía comprar a los generadores privados, además de establecer que en cada caso éstos deberán hacer ofertas y se elegirá la que mejor convenga a los intereses nacionales. Es necesario recordar que, bajo el esquema vigente, la CFE es obligada a comprar la producción de los privados, incluso cuando posee la capacidad de satisfacer la demanda con sus propios medios, lo cual implica el doble quebranto de comprar algo que puede generar por sí misma y de mantener ociosas sus plantas.

Los opositores a la reforma pretenden asustar con el fantasma del estatismo advirtiendo de un supuesto monopolio estatal, pero yo tengo otros datos, hasta hoy la CFE es una empresa productiva del Estado y con esta iniciativa será un organismo del Estado, encargándose de todo el proceso eléctrico (generación, conducción, distribución y abastecimiento). Se busca que la CFE opere a su máxima capacidad y que genere el 54% del consumo eléctrico nacional y por tanto los privados el 46% restante, este mecanismo de adquisición se hará basado en un procedimiento de competencia. NO SE CIERRA EL MERCADO PARA LOS PRODUCTORES PRIVADOS. Pueden suministrar 46% del mercado, pero ahora lo harán bajo nuevas condiciones. No existe tal monopolio, cualquier estudiante de economía les podría explicar con manzanitas.

Es importante señalar que la Reforma Eléctrica no va a golpear la economía de las familias, al contrario, se trata de bajar la tarifa más alta que es la doméstica y bajarle el subsidio por el uso gratuito del uso de las redes de transmisión y distribución a las empresas que están vendiendo la energía gracias a que desde 2013 se les concesionó con la reforma peñista. Por cierto, la tarifa domiciliaria sólo ha aumentado la inflación a partir del 2018 mientras que en España, gracias a las empresas favorecidas por Calderón y Peña, como Iberdrola que son las que manejan el mercado decidieron aumentar las tarifas unilateralmente en un 26% de un día para otro…

Continuará.