/ sábado 22 de septiembre de 2018

Regresión educativa, “Morena” vs. la urgencia de mayor productividad y competitividad

La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo. -Nelson Mandela

Lo que no se mide, no se puede mejorar.- Peter Drucker

Azael Santiago Chepi, profesor ex líder de la CNTE en Oaxaca y hoy diputado federal, festejó la “aprovación” del inaudito exhorto -en virtud del mayoriteo “morenista” en la Cámara Baja- a Peña Nieto, a la SEP y a los gobernadores para que, “de manera inmediata e indefinida”, suspendan los procesos de evaluación para ingreso, promoción, reconocimiento y permanencia de los docentes. Con ello, se evidencia que quienes no saben escribir, tampoco saben enseñar con calidad y, lo más grave, que los actuales responsables de aprobar las leyes están promoviendo su violación. Así terminarían con el fondo y la forma de la educación de calidad, lo cual sería criminal para nuestros niños y socialmente vejatorio.

Mario Delgado -líder de Morena en la Cámara de Diputados- dio un espectáculo poco edificante en un debate con representantes del PRI y el PAN (programa Despierta con Loret): Ante preguntas sobre políticas de contenido eminentemente técnico, fundó sus posicionamientos sólo en el resultado de las urnas y en la sapiencia del pueblo inconforme; además, antepuso los intereses de los profesores sindicalizados a los derechos de nuestros niños a la educación pública de calidad, prescrita en la Reforma Educativa (RE).

Lo que ahora sólo es un exhorto de las mayorías congresales se convertirá en una nociva legislación. Los “morenos” cambiarán la constitución para evitar la evaluación docente y los concursos por plazas, eliminado al INEE. Si no medimos el aprendizaje de los alumnos y la capacidad de enseñar de los docentes, agravaremos la mediocridad de la educación pública. Si los padres callamos ante la cancelación de la RE, seremos responsables de arriesgar que nuestros hijos, si asisten a escuelas públicas, sean ¿educados? por profesores grillos, posicionados clientelarmente con sindicatos y partidos políticos, merced a su participación en paros, marchas y actos vandálicos, azuzados por intereses mezquinos de carácter gremial.

Creo que todavía estamos a tiempo para tomar decisiones inteligentes y orientadas a un mejor futuro, apoyando la capacitación actualizada de la inmensa mayoría de los profesores quienes, frente a grupo, se entregan con vocación de servicio y profesionalismo, conscientes de su invaluable apostolado.

Con optimismo, espero que AMLO tome conciencia de la realidad y opte por que se revise, perfeccione e implemente la RE como una política pública efectiva, en virtud de ser esencialmente adecuada, y de la urgencia de incrementar nuestra productividad laboral, con miras a un futuro aún más competitivo.

La ciudadanía democrática no embelesada por promesas populistas tiene la responsabilidad histórica de exigir que se refuerce la RE y se aprovechen sus experiencias e inversiones en dinero y esfuerzo, so pena de mantenernos como cuasiesclavos (mano de obra barata industrial, maquiladora y rural), en vez de transformarnos en un país de mente de obra acorde a las dinámicas tendencias mundiales. Otro peligro es que crezca la desigualdad, en caso de que los clasemedieros y los ricos decidan inscribir a sus hijos en escuelas particulares, no contaminadas por las cúpulas de la CNTE y el SNTE.

“Sálvese quien pueda”, el libro de Oppenheimer, advierte sobre los efectos globales de la tecnología en la economía y los aspectos laborales. Pronostica alto riesgo de desempleo masivo y reducción de inversión extranjera en México dada nuestra pobre educación, ya que la mano de obra barata perderá valor como “ventaja competitiva”, a causa de la inteligencia digital, la automatización y la robotización.

Las aportaciones de Santiago Levy (“Esfuerzos mal recompensados”) y de J. A. Fernández y Salvador Alva (“Un México posible”) en materia de productividad y competitividad, también abonan al argumento de que la buena educación es el principal factor de progreso de las personas, las familias, las empresas, las organizaciones de la sociedad civil y los gobiernos.

Continuaré analizando la educación básica de calidad, como requisito sine qua non para el desarrollo de México, y como derecho de los 25.6 millones de alumnos, cuya jerarquía es infinitamente superior a los viles intereses de las cúpulas de la CNTE y el SNTE que agremian, no necesariamente en forma voluntaria, a 1.2 millones de docentes; 20 educandos por cada profesor en el nivel básico.

Apreciado lector, por favor, luche por la buena educación de nuestros hijos y un mejor futuro socioeconómico para nuestra querida patria. ¡¡Vale la pena!!, o ¿no?



La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo. -Nelson Mandela

Lo que no se mide, no se puede mejorar.- Peter Drucker

Azael Santiago Chepi, profesor ex líder de la CNTE en Oaxaca y hoy diputado federal, festejó la “aprovación” del inaudito exhorto -en virtud del mayoriteo “morenista” en la Cámara Baja- a Peña Nieto, a la SEP y a los gobernadores para que, “de manera inmediata e indefinida”, suspendan los procesos de evaluación para ingreso, promoción, reconocimiento y permanencia de los docentes. Con ello, se evidencia que quienes no saben escribir, tampoco saben enseñar con calidad y, lo más grave, que los actuales responsables de aprobar las leyes están promoviendo su violación. Así terminarían con el fondo y la forma de la educación de calidad, lo cual sería criminal para nuestros niños y socialmente vejatorio.

Mario Delgado -líder de Morena en la Cámara de Diputados- dio un espectáculo poco edificante en un debate con representantes del PRI y el PAN (programa Despierta con Loret): Ante preguntas sobre políticas de contenido eminentemente técnico, fundó sus posicionamientos sólo en el resultado de las urnas y en la sapiencia del pueblo inconforme; además, antepuso los intereses de los profesores sindicalizados a los derechos de nuestros niños a la educación pública de calidad, prescrita en la Reforma Educativa (RE).

Lo que ahora sólo es un exhorto de las mayorías congresales se convertirá en una nociva legislación. Los “morenos” cambiarán la constitución para evitar la evaluación docente y los concursos por plazas, eliminado al INEE. Si no medimos el aprendizaje de los alumnos y la capacidad de enseñar de los docentes, agravaremos la mediocridad de la educación pública. Si los padres callamos ante la cancelación de la RE, seremos responsables de arriesgar que nuestros hijos, si asisten a escuelas públicas, sean ¿educados? por profesores grillos, posicionados clientelarmente con sindicatos y partidos políticos, merced a su participación en paros, marchas y actos vandálicos, azuzados por intereses mezquinos de carácter gremial.

Creo que todavía estamos a tiempo para tomar decisiones inteligentes y orientadas a un mejor futuro, apoyando la capacitación actualizada de la inmensa mayoría de los profesores quienes, frente a grupo, se entregan con vocación de servicio y profesionalismo, conscientes de su invaluable apostolado.

Con optimismo, espero que AMLO tome conciencia de la realidad y opte por que se revise, perfeccione e implemente la RE como una política pública efectiva, en virtud de ser esencialmente adecuada, y de la urgencia de incrementar nuestra productividad laboral, con miras a un futuro aún más competitivo.

La ciudadanía democrática no embelesada por promesas populistas tiene la responsabilidad histórica de exigir que se refuerce la RE y se aprovechen sus experiencias e inversiones en dinero y esfuerzo, so pena de mantenernos como cuasiesclavos (mano de obra barata industrial, maquiladora y rural), en vez de transformarnos en un país de mente de obra acorde a las dinámicas tendencias mundiales. Otro peligro es que crezca la desigualdad, en caso de que los clasemedieros y los ricos decidan inscribir a sus hijos en escuelas particulares, no contaminadas por las cúpulas de la CNTE y el SNTE.

“Sálvese quien pueda”, el libro de Oppenheimer, advierte sobre los efectos globales de la tecnología en la economía y los aspectos laborales. Pronostica alto riesgo de desempleo masivo y reducción de inversión extranjera en México dada nuestra pobre educación, ya que la mano de obra barata perderá valor como “ventaja competitiva”, a causa de la inteligencia digital, la automatización y la robotización.

Las aportaciones de Santiago Levy (“Esfuerzos mal recompensados”) y de J. A. Fernández y Salvador Alva (“Un México posible”) en materia de productividad y competitividad, también abonan al argumento de que la buena educación es el principal factor de progreso de las personas, las familias, las empresas, las organizaciones de la sociedad civil y los gobiernos.

Continuaré analizando la educación básica de calidad, como requisito sine qua non para el desarrollo de México, y como derecho de los 25.6 millones de alumnos, cuya jerarquía es infinitamente superior a los viles intereses de las cúpulas de la CNTE y el SNTE que agremian, no necesariamente en forma voluntaria, a 1.2 millones de docentes; 20 educandos por cada profesor en el nivel básico.

Apreciado lector, por favor, luche por la buena educación de nuestros hijos y un mejor futuro socioeconómico para nuestra querida patria. ¡¡Vale la pena!!, o ¿no?