/ martes 15 de diciembre de 2020

Reinventarse en tiempos de Covid-19

Reinventarse en tiempos de Covid-19

El “paréntesis” que originalmente duraría algunas semanas a causa de la pandemia se ha extendido casi un año, con un futuro incierto. Estamos a dos semanas de concluir este 2020 y las cifras de fallecidos en el mundo ya superan los 1.6 millones, de acuerdo con la Universidad de John Hopkins. Nadie nunca imaginó una crisis de esta magnitud, por tanto, no había estrategia para darle frente. Continúa siendo difícil tratar de entender este fenómeno que nos ha marcado globalmente, así como tratar de encontrar salidas efectivas contrarreloj para reponernos. Parece que la vacuna contra este virus llegará pronto; eso nos da esperanza de parar las muertes y contagios; volver a salir, retomar actividades y viajar. Aunque ello representa una luz para el oscuro camino en el que andamos, desconocemos si ésta funcionará o si habrá nuevas oleadas de contagios. Dada la incertidumbre, los planes y proyectos deben diseñarse un día a la vez, pues no sabemos cómo cambiará el panorama en algunos meses, tal como lo hemos visto desde inicio de año.

Con las restricciones adoptadas para evitar contagios, negocios considerados no esenciales tuvieron que cerrar por cuestión de seguridad sanitaria. Ello afectó fuertemente la condición financiera que por años tuvieron los dueños y que abruptamente se detuvo. Empresarios presionaron al gobierno y finalmente ya han reabierto actividades como la restaurantera. Para ello el semáforo tuvo que cambiar de rojo a rojo “bajito”, luego a naranja “peligrosito”, para que políticamente sonara mejor. Nomás faltó llegar al rosa salvaje. Sin embargo, dueños de gimnasios continúan manifestándose a lo largo del país para exigir la reapertura de sus establecimientos, alegando que ejercitarse es una actividad esencial, aunque sabemos que el riesgo de contagiarse dentro de uno es alto.

Los viajes han quedado suspendidos, por lo menos aquellos que con sentido común pospusieron sus planes turísticos. Varios que “osadamente” volaron a Cancún por las rebajas, regresaron contagiados. El secretario general de la ONU indicó que, debido al cierre sin precedentes de los viajes y el comercio mundial, “el turismo ha sido uno de los sectores más afectados por el coronavirus”. Estas actividades son riesgosas para el contagio, más cuando los hospitales están rebasados en su capacidad y la probabilidad de ser atendido en caso grave, disminuye. Entonces, ¿cómo seguir adelante con este escenario adverso donde la vida está en juego? No es fácil abandonar lo que nos daba sentido en el pasado, es un duelo fuerte.

Una palabra que ya se ha vuelto parte de nuestro vocabulario es reinventarse, es decir, buscar otras vías para dar cara a las adversidades que este año nos han golpeado. Para hacerlo, es menester reconocer que las prioridades de las personas cambiaron y existen nuevos hábitos en los consumidores, como comprar ligas y aparatos para hacer ejercicio en casa por internet. Soltar es difícil y esta crisis nos está obligando a cambiar: si ya no vamos a volver antes, por lo menos no del todo, entonces tendremos que adaptarnos a las nuevas circunstancias y encontrar un nuevo rumbo con la realidad que tenemos, que ya no es un paréntesis, sino que es la nueva forma de vida.

Reinventarse en tiempos de Covid-19

El “paréntesis” que originalmente duraría algunas semanas a causa de la pandemia se ha extendido casi un año, con un futuro incierto. Estamos a dos semanas de concluir este 2020 y las cifras de fallecidos en el mundo ya superan los 1.6 millones, de acuerdo con la Universidad de John Hopkins. Nadie nunca imaginó una crisis de esta magnitud, por tanto, no había estrategia para darle frente. Continúa siendo difícil tratar de entender este fenómeno que nos ha marcado globalmente, así como tratar de encontrar salidas efectivas contrarreloj para reponernos. Parece que la vacuna contra este virus llegará pronto; eso nos da esperanza de parar las muertes y contagios; volver a salir, retomar actividades y viajar. Aunque ello representa una luz para el oscuro camino en el que andamos, desconocemos si ésta funcionará o si habrá nuevas oleadas de contagios. Dada la incertidumbre, los planes y proyectos deben diseñarse un día a la vez, pues no sabemos cómo cambiará el panorama en algunos meses, tal como lo hemos visto desde inicio de año.

Con las restricciones adoptadas para evitar contagios, negocios considerados no esenciales tuvieron que cerrar por cuestión de seguridad sanitaria. Ello afectó fuertemente la condición financiera que por años tuvieron los dueños y que abruptamente se detuvo. Empresarios presionaron al gobierno y finalmente ya han reabierto actividades como la restaurantera. Para ello el semáforo tuvo que cambiar de rojo a rojo “bajito”, luego a naranja “peligrosito”, para que políticamente sonara mejor. Nomás faltó llegar al rosa salvaje. Sin embargo, dueños de gimnasios continúan manifestándose a lo largo del país para exigir la reapertura de sus establecimientos, alegando que ejercitarse es una actividad esencial, aunque sabemos que el riesgo de contagiarse dentro de uno es alto.

Los viajes han quedado suspendidos, por lo menos aquellos que con sentido común pospusieron sus planes turísticos. Varios que “osadamente” volaron a Cancún por las rebajas, regresaron contagiados. El secretario general de la ONU indicó que, debido al cierre sin precedentes de los viajes y el comercio mundial, “el turismo ha sido uno de los sectores más afectados por el coronavirus”. Estas actividades son riesgosas para el contagio, más cuando los hospitales están rebasados en su capacidad y la probabilidad de ser atendido en caso grave, disminuye. Entonces, ¿cómo seguir adelante con este escenario adverso donde la vida está en juego? No es fácil abandonar lo que nos daba sentido en el pasado, es un duelo fuerte.

Una palabra que ya se ha vuelto parte de nuestro vocabulario es reinventarse, es decir, buscar otras vías para dar cara a las adversidades que este año nos han golpeado. Para hacerlo, es menester reconocer que las prioridades de las personas cambiaron y existen nuevos hábitos en los consumidores, como comprar ligas y aparatos para hacer ejercicio en casa por internet. Soltar es difícil y esta crisis nos está obligando a cambiar: si ya no vamos a volver antes, por lo menos no del todo, entonces tendremos que adaptarnos a las nuevas circunstancias y encontrar un nuevo rumbo con la realidad que tenemos, que ya no es un paréntesis, sino que es la nueva forma de vida.