/ sábado 14 de agosto de 2021

Releyendo a Elias Canetti 

El preciado don de la metamorfosis

Escritor austriaco de origen búlgaro, Elias Canetti nació en el seno de una familia de origen sefardita. Políglota, sus primeras lenguas fueron el búlgaro que empezaría a olvidar tras dejar el país, y el ladino o castellano antiguo en que se comunicaba con sus seres más cercanos. Su lengua de expresión literaria, el alemán, le llegó ya siendo adulto.

Escritor del éxodo perpetuo, durante la primera posguerra se afianzaría su verdadera vocación literaria, cuando su familia alternaba su residencia entre Viena, Zurich y Frankfurt. Ya instalado en Austria, resultaría definitiva su relación con Karl Kraus, fundador de la revista La Antorcha que publicó los primeros esbozos de su ulterior y nodal libro Masa y poder.

\u0009Tras breves estancias en el agitado Berlín de la época inicia la redacción de su crucial novela Auto de fe, su única obra propiamente de ficción. Violento ataque contra el intelecto puro, se trata de una elaborada metáfora del Yo individual amenazado otra vez por la masa, tema esencial en su tensada escritura.

\u0009Entre las novelas en lengua alemana esenciales del siglo XX, este elaborado andamiaje narrativo sorprende por su capacidad fabuladora, su juicio inclemente, su instinto poético y su carga filosófica. Claudio Magris ha visto en ella la más profunda y conmovedora tragedia de la individualidad que, a punto de ser disuelta en la dimensión de la masa, reacciona exasperando su propia singularidad hasta extremos caricaturescos, conforme se mutila cualquier pasión o impulso tras su propio instinto de sobrevivencia.

\u0009Pero si Auto de fe representa una experiencia en extremo pesimista e implacable del intelecto y la imaginación, Masa y poder cierra ese círculo en su creación incendiariamente crítica. Ambicioso proyecto que le llevó más de tres décadas, ha sido motivo de atención además de sociólogos, antropólogos y psicólogos, por su autonomía ideológica y la audacia de muchos de sus influyentes planteamientos extraliterarios.

\u0009Escritor que nos ha legado uno de los más penetrantes catálogos de la literatura contemporánea, la obra ecléctica de Canetti se identifica sobre todo por su acendrado humanismo, que igual tocó la novela, el teatro, el ensayo, el aforismo y el recuento autobiográfico enriquecido con su trilogía compuesta por La lengua absuelta, La antorcha al oído y El juego de ojos. El otro proceso de Kafka aparece como uno de los ensayos esenciales dentro de la nutrida y a veces farragosa bibliografía en derredor del autor de El castillo, valioso porque arroja luz tras una lectura más puntual del ya paradigmático escritor judío-praguense. \u0009

Maestro en lo que se ha dado en llamar “antropología poética”, Canetti ha pasado a la historia por una obra pletórica de los más vivos síntomas de un humanismo vital y asistemático, por una honda visión panorámica que en su consciente crítica del cientificismo reduccionista toca las fibras más sensibles de nuestra compleja condición. Uno de sus libros más hermosos, por su efervescencia lírica, es Las voces de Marrakesh, impresiones visuales e imaginativas de quien supo viajar dentro y fuera de la literatura sin ataduras.

El preciado don de la metamorfosis

Escritor austriaco de origen búlgaro, Elias Canetti nació en el seno de una familia de origen sefardita. Políglota, sus primeras lenguas fueron el búlgaro que empezaría a olvidar tras dejar el país, y el ladino o castellano antiguo en que se comunicaba con sus seres más cercanos. Su lengua de expresión literaria, el alemán, le llegó ya siendo adulto.

Escritor del éxodo perpetuo, durante la primera posguerra se afianzaría su verdadera vocación literaria, cuando su familia alternaba su residencia entre Viena, Zurich y Frankfurt. Ya instalado en Austria, resultaría definitiva su relación con Karl Kraus, fundador de la revista La Antorcha que publicó los primeros esbozos de su ulterior y nodal libro Masa y poder.

\u0009Tras breves estancias en el agitado Berlín de la época inicia la redacción de su crucial novela Auto de fe, su única obra propiamente de ficción. Violento ataque contra el intelecto puro, se trata de una elaborada metáfora del Yo individual amenazado otra vez por la masa, tema esencial en su tensada escritura.

\u0009Entre las novelas en lengua alemana esenciales del siglo XX, este elaborado andamiaje narrativo sorprende por su capacidad fabuladora, su juicio inclemente, su instinto poético y su carga filosófica. Claudio Magris ha visto en ella la más profunda y conmovedora tragedia de la individualidad que, a punto de ser disuelta en la dimensión de la masa, reacciona exasperando su propia singularidad hasta extremos caricaturescos, conforme se mutila cualquier pasión o impulso tras su propio instinto de sobrevivencia.

\u0009Pero si Auto de fe representa una experiencia en extremo pesimista e implacable del intelecto y la imaginación, Masa y poder cierra ese círculo en su creación incendiariamente crítica. Ambicioso proyecto que le llevó más de tres décadas, ha sido motivo de atención además de sociólogos, antropólogos y psicólogos, por su autonomía ideológica y la audacia de muchos de sus influyentes planteamientos extraliterarios.

\u0009Escritor que nos ha legado uno de los más penetrantes catálogos de la literatura contemporánea, la obra ecléctica de Canetti se identifica sobre todo por su acendrado humanismo, que igual tocó la novela, el teatro, el ensayo, el aforismo y el recuento autobiográfico enriquecido con su trilogía compuesta por La lengua absuelta, La antorcha al oído y El juego de ojos. El otro proceso de Kafka aparece como uno de los ensayos esenciales dentro de la nutrida y a veces farragosa bibliografía en derredor del autor de El castillo, valioso porque arroja luz tras una lectura más puntual del ya paradigmático escritor judío-praguense. \u0009

Maestro en lo que se ha dado en llamar “antropología poética”, Canetti ha pasado a la historia por una obra pletórica de los más vivos síntomas de un humanismo vital y asistemático, por una honda visión panorámica que en su consciente crítica del cientificismo reduccionista toca las fibras más sensibles de nuestra compleja condición. Uno de sus libros más hermosos, por su efervescencia lírica, es Las voces de Marrakesh, impresiones visuales e imaginativas de quien supo viajar dentro y fuera de la literatura sin ataduras.